Análisis
Como en una telenovela
Por Luis Rodrigo

Los capítulos de la puja política entre socialistas y radicales ya contiene las desdichas y reproches de las telenovelas. Incluso, por estas horas ha aparecido un tercero, el ARI, que se abraza al ex intendente socialista y también complica la pareja central de partidos que tantas promesas se había jurado años atrás.

El miércoles, la UCR tuvo su escena, y se mostró enojada por el desaire del socialismo, que la trata con indiferencia, y no le ha contestado su formal invitación por escrito para volver a conversar. Sus bloques hacen como si no se vieran, ya ni despachos conjuntos firman en las Cámaras legislativas.

Los radicales le recuerdan a los dirigentes del PS que son ellos quienes aceptaron estas reglas de juego y que cada partido iba a definir su candidato para la fórmula a gobernador y vice de 2007. Les aseguran que no harán "abandono del hogar".

Ayer a la tarde, Binner en Rafaela, tuvo su momento para mirar a los ojos a las cámaras (y quizá por éstas dirigirse al corazón de sus interlocutores radicales). Dijo que es optimista y que por lo tanto no ha dejado de creer en la relación. Pero, otra vez hizo el mismo reproche: que no es santafesino, que no es mujer.

Sin la TV de la siesta, se verá que de la mano de una discusión que sólo reconoce nombres y sus potenciales efectos en el electorado, la banalización de la discusión política se ha instalado en el Frente que pretende ser la alternativa de cambio al partido que gobierna Santa Fe desde 1983. La pregunta es si lo resistirán tanto la coalición como los espectadores.