Análisis
La profesión como herramienta
Por Ivana Fux

Corregir, según la Real Academia Española, enmendar lo errado. ¿Sólo eso? No se interpreten estas líneas como una osadía para desafiar el concepto; simplemente, como el intento de transmitir una experiencia personal.

Sí. Porque aunque pueda resultar paradójico para agasajarlos, no parten estos párrafos de alguien que ejerza la profesión repasando los escritos de otros; en todo caso, de alguien que sí compartió la formación, pero la usufructúa con sus propios textos desde otro rol, desde el periodismo.>

Y es a partir de ese ejercicio que sí me atrevo a plantear que la preparación del Técnico Corrector puede trascender (y con creces) los límites de las reglas ortográficas. Que hay mucho por explorar más allá de la cohesión y la coherencia, la concordancia y el acento diacrítico, los giros preposicionales, los gerundios y los tiempos verbales.>

El aprendizaje permite descubrir la fuerza de un verbo performativo, y la posibilidad de "hacer" a partir del "decir"; ayuda a elegir los vocablos según su carga semántica; facilita la tarea de detectar el corazón de la información para narrarla como noticia, y ofrece estrategias para mitigarla o reforzarla. >

Es la lengua para el periodista lo que la arcilla para el escultor; su materia prima. Sus normas y reglas constituyen las herramientas. Los artículos se visten con las expresiones que el cronista escoge. En ellas él se muestra: desalineado, desprolijo, deslucido; o pulcro, equilibrado, esmerado y agradable. >

En 1994, la por entonces Facultad de Formación Docente en Ciencias -todavía con sus aulas en el antiguo edificio de calle 9 de Julio- (nos) recibía a la primera promoción de futuros correctores. Pero fue una carrera con poca fortuna; a los pocos años cerró.>

La formación no evita que sobrevengan las dudas, pero traza un esquema de la normativa a la que apelar para evacuarlas. Tampoco garantiza excelencia. Sin embargo, puede ser un haz de luz para alcanzar la claridad y precisión en la escritura. Aprender la lengua es el primer desafío para aprehenderla después como cincel. Conocerla, estudiarla y explorarla es imprescindible para quien corrige, pero fundamental y necesario para quien escribe.>