En Arroyo Aguiar

Un cambio de mentalidad para aumentar la oferta productiva

Martín Lupotti, Agustín Musuruana e Ignacio Lupotti. Ausente con aviso el Médico Veterinario Francisco Lupotti. Fotos:Federico Aguer. 

Desde hace más de 10 años, en el establecimiento La Reforma encararon un proceso de transformación acorde con los desafíos que imponían los nuevos tiempos. El rinde de sus trigos, como en casi toda la región, fue una grata sorpresa para quienes apostaron a un planteo mixto y a la permanente incorporación de la mejor genética.

La paz que transmite la centenaria arboleda parece ocultar la efervescencia con la que se trabaja en este campo. Pero lo que hoy es La Reforma es el resultado de muchos cambios, transformaciones y divisiones.

En sus comienzos, el campo estaba compuesto por unas 3.800 hectáreas pertenecientes al ex molino Lupotti-Franchino, que llegaban hasta Monte Vera y la ruta 11. Luego de la división de los bienes de estas dos familias, el campo quedó en manos de los primeros.>

A su vez, luego de una subdivisión posterior, el mismo quedó en manos de Carlos José Lupotti, a cargo de la responsabilidad de administrar el establecimiento, y de heredarle a sus hijos la pasión y el amor por la vida de campo.>

Hace 13 años, "Carlitos" le pasó la posta a sus hijos, especialmente a Martín, quien tomó en sus manos el gerenciamiento asociado con su padre.>

En aquel entonces el esquema productivo era similar al de todas las explotaciones de la región, es decir sólo de tambo; con un bajo nivel de tecnología, y en donde no se hacía nada de agricultura. Tan sólo por terceros en algunos potreros y de manera esporádica.>

El comienzo del cambio

El proceso de transformación se fundamentó en un cambio de mentalidad. En todo el país soplaban nuevos aires que traían nombres nuevos y metodologías hasta entonces inéditas de trabajo. La tecnología de la siembra directa, entonces llamada labranza mínima, era desarrollada por Martín y un grupo de ingenieros agrónomos en los campos de Saralegui. En aquel entonces, aquellos aventureros decidieron invertir en la compra de una máquina de siembra directa a la que aún le siguen sacando provecho. Esa Semeatto TD 400 que todavía se usa con varias reformas y el tanque de frío del tambo -de unos 3.300 litros- significaron el comienzo de la avanzada tecnológica del establecimiento.

Los siguientes pasos fueron la intensificación del tambo, dándole lugar a la agricultura, con la incorporación de profesionales de todos los ámbitos y la capacitación gradual y permanente del personal.>

Como en todos lados, el campo tuvo sus altibajos, provocado por los vaivenes de la economía, las inundaciones y las sequías. Con la idea de incorporar tierras ociosas, se arregló el terraplén lindante con el arroyo, y actualmente se recuperaron algunas tierras para la producción, dedicadas a la agricultura, siempre con la premisa de respetar las rotaciones, con la conservación del suelo como bandera, junto a la siembra directa como metodología incorporada.>

Una dulce producción

La fábrica de dulce de leche surgió en agosto del 2.000, suspendiendo entonces la histórica provisión de leche a Milkaut, para destinarla por completo a esta nueva apuesta. En el 2.002 se inauguró la actual fábrica de dulce de leche dentro del campo, con la idea de darle un valor agregado a la producción. Los principales mercados son Santa Fe, Rosario, Entre Ríos, Córdoba, Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Buenos Aires y hasta en Neuquén y Río Negro, llegaron a comercializar el producto. Hoy, este emprendimiento vive un momento difícil, en un contexto de cierre de fábricas y de baja rentabilidad, lo que hace replantearse la actual situación.

El tambo

El tambo tiene unas 200 vacas promedio por año, compuesto por animales de raza Holando media sangre Jersey, con el propósito de aumentar los sólidos de la grasa obtenida y la carga animal, mejorando con ello la producción. Se dedica a la cría y la recría de terneras con un promedio de 23 litros por vaca aproximadamente, basado en un sistema netamente pastoril, suplementando en los baches de invierno con forrajeras (silos de granos de maíz, silo de soja y rollo).

La carga animal del campo es de 2,5 vacas totales por hectárea por año. El total de la producción de leche se industrializa en la planta de dulce de leche desde el 2.000, siendo de destacar el hecho que el campo es libre de brucelosis y tuberculosis desde hace 10 años.>

Otro valor para remarcar es que durante los años que estuvo al frente la ex sociedad siempre se trabajó seriamente en el tema genético, con premios en Palermo y exposiciones de sus toros. Continuando con la misma línea de trabajo, hoy se sigue incorporando genética como una parte fundamental del esquema productivo.>

Para el Ingeniero Agrónomo Agustín Musuruana, éste es un típico establecimiento mixto, donde se hace agricultura con rotación, trigo-soja-maíz, en un 60 % y en le 40 % restante con la producción de leche en el tambo y recría. El establecimiento posee 500 hectáreas, con unas 300 dedicadas para la agricultura aproximadamente.>

Buenos trigos

Para el profesional, ésta fue una cosecha buena. "Al principio no teníamos tantas expectativas cuando comenzamos con la siembra. Este año optamos por variedades de grupo corto, por una cuestión de fecha de siembra que se fue atrasando, largamos toda la superficie de 100 hectáreas de grupos cortos sembrados en la primera semana de julio", nos cuenta.

"Si bien al comienzo el panorama pintaba bastante mal, algunas lluvias puntuales hacen que hoy, con el 70 % del trigo cosechado, estemos en unos 23 quintales por hectárea y lo que nos queda va a andar en ese promedio.>

"Con respecto a la soja de primera, decidimos optar por variedades del grupo 5, que recién terminamos de sembrar, con la idea de `zafar' en los calores de enero, pero contamos con buenas lluvias hasta ahora.>

"Con respecto a la de segunda, la idea es hacer sojas de grupo 6 o 7, tanto por la calidad de los lotes como por el temor a los calores de enero. Se anticipa un año bueno, siempre y cuando el mes de diciembre se comporte tal como lo esperamos", afirma.>

Abriendo puertas

Hoy, La Reforma se encuentra en un proceso de permanente cambio y superación. En la cotidiana apuesta a ampliar su oferta productiva, se han lanzado a la producción de césped brasilero para su comercialización e implantación en quintas y hogares de la zona.

Para ello, aprovecharon un pequeño lote cercano a la casa que se encontraba ocioso y desde allí desarrollan este nuevo emprendimiento.>

Además, tienen en mente el lanzamiento de un proyecto a gran escala que transformaría el establecimiento de punta a punta.>

El desafío sigue siendo buscar nuevas fronteras, aprovechando al máximo el potencial del campo, siempre dando un paso adelante.>

Un lugar que combina la paz del campo con la mentalidad de progreso heredada de los mayores. Porque en La Reforma se respira historia, tradición de trabajo y una permanente apuesta al futuro.>

La opinión del contratista

Gustavo Bernardi es el encargado de cosechar en La Reforma, como todos los años. En su opinión, los rindes han sido un poco dispares por la escasez de lluvias, potenciados por el rendimiento de cada potrero en particular. "Hay en un mismo campo diferencias de hasta 10 quintales en 2.000 metros de distancia. Entonces, la historia de cada lote y el manejo agronómico de cada uno son temas que se marcaron muy fuerte este año. Estaremos terminando en 27 quintales de promedio".

Para el contratista, cuando hay lluvias generalizadas buenas se disimula el paquete parta cada lote, pero cuando escasea la lluvia el manejo agronómico es fundamental.

"Nuestra vida es como la de todos los contratistas, siempre en la zona, haciendo trabajos a terceros. Arrancamos muy temprano organizando todo, gracias a que estamos teniendo buenos días para la trilla. Mientras el cuerpo resista le damos para adelante, y tratamos de avanzar en cuanto se pueda y el tiempo nos lo permita. Ahora estamos sembrando soja y quedará algún maíz de segunda, porque se está especulando por la escasez del mismo.

"Para nosotros el precio es fundamental. No es fácil estar trabajando en la producción cuando no sabés cuánto te van a pagar el grano. Uno tiene que planificar igual el trabajo, pero nos estamos encontrando con demasiadas sorpresas demasiado seguidas, y es mucho lo que invertimos en el campo durante todo el año, por eso es que necesitamos tener un horizonte claro para todos", afirma.

Federico Aguer[email protected]