El ambiente agropecuario argentino está como el equipo nacional de tenis ante la final de la Davis.

Cuenta con probadas herramientas para ganar "su" Copa de este año, pero entre buena parte del público hostil y las autoridades, no del todo imparciales, el match se le complica en cada punto.>

Primero fue el turno del trigo. Un punto que tenía casi todas las chances de ser ganado, pero al cual ya en el calentamiento previo lo sorprendió un "tirón", cuando la corrección en los precios FOB índices o mínimos preanunció un desenlace con sabor amargo.>

Tras varias idas y vueltas, este partido está en su último "set", el de las definiciones y durante el cual hay que rogar mucho para que la entrega sea plena; al menos para arrancar con buen pie la serie y recobrar aire para ir a pelearla más tarde.>

Aunque la cancha del sudeste esté medio seca y necesite algún riego adicional, como para rendir adecuadamente. Desde afuera de la cancha llegan noticias alentadoras, como la de la sequía en Australia o los incipientes problemas que en el mismo sentido están atravesando los lotes invernales de Estados Unidos ya finalizando su nacimiento.>

Brasil -el otro jugador importante para este momento de la final- exhibe valores aproximados en dólares de 205-223 por tonelada; con molinos bastante bien abastecidos en general y mercado trabado, mirando cómo se define el partido sectorial argentino.>

En lo comercial local, recordemos que hay un millón de toneladas en juego, entre lo comprometido en el exterior hasta marzo (6 millones) y lo colocado anticipadamente por los productores (5).>

Luego, el del maíz (y en cierta medida su asociada, la carne). Los representantes argentinos empezaron su partido entre dudas; vieron en los primeros tantos un escenario que se fue tornando favorable a cada tiro y, de repente, se toparon con un árbitro que no perdonó la libertad en el juego y procedió a aplicar algo más que el reglamento, cosa de no perder su "silla".>

Así, ahora estamos en medio de la supervisión de cierto "Gran Hermano" y ante peloteos algo anodinos, sin el entusiasmo del comienzo y encima con un público en contra.>

Los "capitanes" sectoriales anunciaron que el domingo retirarán a algunos jugadores de la cancha y exasperaron a la hinchada, ya que las autoridades reaccionaron tardíamente con decisiones como para compensarlos.>

Metáforas aparte, lo cierto es que el consumo no para de crecer, la gente devora pollo como nunca (casi 28 kilos y medio por cabeza, este año) y el partido maicero tiene cada vez más interesados.>

Ahora, ¿por qué algunos jugadores amagaron irse y volvieron? Por 5 millones de toneladas de razones, en principio. Un final abierto, casi diríamos "auditado" y muy influyente en los bolsillos de espectadores y protagonistas.>

El punto que puede definir la serie es el de la soja. Como si se estuviera "iguales" (considerando que los precios del maíz, aunque regulados, son más que satisfactorios) y el último single dictará quién se queda con la gloria.>

El poroto sigue siendo la joven gran figura del conjunto nacional. Un elenco que promete 31 millones de toneladas de molienda y que, por este flanco, no para de progresar en su juego.>

Mientras, los árbitros hacen de recaudadores, a manos llenas. Por el lado brasileño notamos una sorpresiva, para muchos, seca en el centro-oeste al terminar noviembre, equiparable a nuestras faltas de agua allí donde ya flaquean los lotes.>

Un tiro ganador sería el probable récord productivo que en total depararía la cosecha granaria 2006/7, pero entre la roya que camina rápidamente por la cancha desde antes de comenzar el partido y la menor rentabilidad que amenaza como la mejor volea cualquier intento de pasar la red.>

Las dudas sobre el desempeño de este jugador subsisten. El gran jugador de Oriente, China, terminamos, está generando una movida sin par en el ambiente; pero tememos que se halle próximo a una lesión que podría influir en su carrera: colapso energético, grave sequía o crisis ambiental por su creciente urbanización.>