Más allá de la polémica política de si está bien o no que un sector no aporte legisladores para dar quórum a una sesión, quedan los lastimados por la decisión adoptada en este caso por las bancadas de senadores y diputados justicialistas, cuestión agravada porque fue en el último día del período en que la Legislatura puede considerar proyectos propios. Desde ahora y hasta el 30 de abril, dependerán de la voluntad del Poder Ejecutivo que les habilite o no los asuntos.
Entre los más molestos con la decisión se encuentra un numeroso grupo de ex trabajadores del Banco de Santa Fe que pasaron al Estado provincial y que desde hace casi diez años mantienen congelados sus ingresos pese a todo lo que pasó en materia económica en ese lapso en la Argentina. Durante quince días, el sector insistió una y otra vez en que la Legislatura reivindique su votación donde les reconocen el derecho de tener estatuto bancario. Como contrapartida, en el Ejecutivo dicen estar dispuestos a soluciones individuales para cada caso.>
La situación más dramática parece ser la de un grupo de mujeres, no muy numeroso pero persistente en sus reclamos, que solicitaban la prórroga de una norma provincial que evita el remate de vivienda única hipotecada. De aquí en más, la bandera roja podrá flamear libremente en varias unidades habitacionales que hasta noviembre tuvieron algún grado de protección.>
Dirigentes del Sindicato de Luz y Fuerza también se quedaron esperando que el Senado derogara la ley 11.327 que habilitó la privatización de la EPE. Si bien hoy los tiempos han cambiado, pretenden desde el sector gremial que esa posibilidad no quede latente a la espera de algún gobierno futuro que trate de insistir en el camino.>
Además, en un rincón de la plaza se quedó un pequeño grupo de pescadores que ahora avalan la veda o bien pretenden poder acceder a un subsidio que los saque del río y les permita iniciar la tarea de aprendizaje punteril que, con los años, los depositará en una bancada para no dar quórum.>
