Entrevista a Roberto Lavagna
"Me da lo mismo competir contra Kirchner o Cristina"
El ex ministro de Economía define los alcances de la alianza que lo llevaría como candidato a presidente. Sus opiniones sobre el conflicto con Uruguay y las alianzas con Venezuela.

Niega que la difusión de sus lineamientos programáticos que hizo esta semana sea su lanzamiento como candidato opositor a las presidenciales de 2007 y asegura que lo hará recién "cuando sienta que es el momento". Sin embargo, Roberto Lavagna se comporta y habla como tal: desde los alcances y límites que fija para la conformación de una alianza con el sector oficialista del radicalismo y con el macrismo, hasta cuando se le pregunta a quién prefiere de competidor el próximo octubre, si a Néstor Kirchner o a Cristina Fernández de Kirchner. "Me da lo mismo", responde tras una primera reacción risueña, en una entrevista que mantuvo con este diario.

El programa hecho público esta semana parece no haber caído bien en un eventual aliado suyo, Mauricio Macri.--La primera reacción fue que los noventistas salieron todos como locos porque hay un punto de la propuesta que va en contra de la especulación financiera, que es el tipo de cambio alto para proteger la producción y el empleo nacionales. Son los que estuvieron ligados a sector financiero, al principio de la convertibilidad y durante la Alianza también, y alguno que estuvo durante este gobierno". Haber lanzado lineamientos programáticos ¿no acota la posibilidad de construir alianzas?-Puede ser. Pero a mí no me interesa juntar, sino unir. Juntar partes que tienen poco que ver entre sí no sirve para gobernar, que es lo que hizo en alguna medida la Alianza. Uno tiene que unificar en torno a un conjunto de ideas fuerza que deje en claro cuál va a ser la dirección de ese gobierno. La Alianza no es el único caso. También lo es el que empezamos a vivir ahora con el propio gobierno. Tiene adentro los piqueteros, funcionarios de la derecha cavallista, los intendentes del Gran Buenos Aires; muchos de la izquierda setentista, y empieza a haber conflictos más evidentes. Es, de facto, una coalición con intereses totalmente contrapuestos. Sin embargo, ha funcionado.-Pero los resultados políticos de este año han sido crecientemente conflictivos. No me interesa ni aquella Alianza ni esta alianza de facto que va a traer problemas cada vez más fuertes en la gobernabilidad. Me interesa unir en torno a un programa. Con sus lineamientos programáticos, sólo parece comulgar el oficialismo de la Unión Cívica Radical.-No lo sé. Los diarios de la semana pasada habían decidido que no había posibilidad de acuerdo con el radicalismo y sí avanzadas conversaciones con Macri; esta semana dijeron lo contrario. La verdad es que inventaron todo. El único elemento concreto fue la acción en el Parlamento del PJ no kirchnerista, radicales, PRO, algunos partidos provinciales y hasta algún legislador socialista, cuando se planteó el tema de los poderes extraordinarios. ¿Pero hay conversaciones con el macrismo?-Ahora no. Sí en el Congreso. Lo mismo con el radicalismo. Si las habrá, no lo sé. La publicación de estos lineamientos programáticos ¿es el lanzamiento de su candidatura?-Antes que nada se trata de cumplir con la palabra. En enero dije lo que iba a hacer a lo largo de este año: presentar propuestas, no acuerdos electorales ni candidaturas. Eso lo hacen los otros. Ponen una candidatura, que después la sacan; dicen que no van a hacer acuerdos y después los hacen. ¿Cuándo hará pública su candidatura?-Cuando sienta que es el momento. Hoy la sociedad argentina no tiene la necesidad de discutir candidaturas. Incluso uno se encuentra con gente que le pregunta cuándo hay elecciones. El resto es del mundillo de la política. ¿Cómo evalúa la decisión de Kirchner de trasladar a Daniel Scioli como posible candidato a la provincia de Buenos Aires?-No tomo como definitiva ninguna de estas medidas. Hay antecedentes de idas y venidas. Se manejan con encuestas, no con programas. Ni siquiera se interesa (el Presidente) en saber cuál es el currículum, y un gobierno que pretende mostrarse a la izquierda, termina promoviendo candidatos más ligados a la derecha. Lo mismo puedo decir sobre candidaturas presidenciales. Todo gira en torno a tácticas, nada es definitivo, porque no hay un contenido de programas. ¿Prefiere a Kirchner o a Cristina como candidato a enfrentar en el 2007?-Me da lo mismo.

Uruguay y Venezuela

Sobre el conflicto con Uruguay usted ha dicho que la estrategia del gobierno ha sido un absoluto fracaso. ¿Qué haría hoy si fuera presidente para resolverlo?

-Ningún argentino que haya seguido el tema duda de que ha sido un fracaso. La planta está ahí, sin que nosotros pudiéramos intervenir en el control, cosa que en su momento Uruguay ofreció. Perdimos en La Haya, en el Mercosur, en el Banco Mundial. El daño está hecho.

¿Pero usted qué haría?-Hoy la situación de deterioro es muy grande y se empiezan a agrandar los errores de ambos lados. Lo del ejército en Uruguay es un error y el papel del gobierno argentino de hacerse la víctima es muy ridículo después de los errores y agresiones que cometió. Hoy está claro que la planta va a estar y que las relaciones con un país hermano como Uruguay están decididamente deterioradas y probablemente lo estén por un buen rato. Cuando era ministro de Economía, apoyó la venta de bonos a Venezuela y ahora critica a Kirchner por su relación con el presidente Chávez. -Siempre separé la cuestión económico-financiera de la política. Chávez le vende al gobierno de (George W.) Bush más petróleo hoy que cuando asumió y, sin embargo, tiene una diferencia política muy grande. Al revés sucede lo mismo. Ambos separaron los temas. Pero en el caso de Argentina no. Las injerencias de Chávez en Argentina, con algunas cosas graves como haber traído médicos cubanos a una zona del norte del país, las contracumbres que armó, la idea de Chávez de armar un ejército sudamericano. También es una idea de Lula-Son barbaridades. Ningún ciudadano de nuestros países, con semejante deuda social, cree razonable poner plata en un ejército para pelear contra quién. La política argentina respecto de Chávez nos hace mucho daño y no se la tapa después tocando la campanita (por la presencia de Kirchner en la Bolsa de Nueva York). Eso genera desconfianza en el mundo.

Horacio Serafini (CMI)