Bicicletas: románticas y peligrosas

En el tránsito, concurre una serie de elementos que están obligados a una coexistencia que debe ser normada con claridad porque lo que está en juego es la vida y la salud de quienes se mueven por calles y veredas de la ciudad de Santa Fe. Esto es una verdad tan evidente que cualquiera puede advertir lo elemental pero acertado de la aseveración.

Desde el peatón hasta el transporte internacional de carga, calles y avenidas reciben diariamente un caudal creciente de vehículos de diferente porte que debe ser normado. Además, las diferentes crisis que ha sufrido nuestro país en general y la ciudad en particular, alentaron el uso de vehículos de pequeño porte -bicicletas, ciclomotores- como una forma de moverse con facilidad, y que genera un ahorro al momento de hacer frente los costos en este rubro.>

La utilización de la bicicleta es también promocionada en otros puntos del orbe, incluidos países muy próximos y con realidades socioeconómicas similares a las nuestras como una forma de generar ahorros y bajar los impactos medioambientales.>

Éstos son algunos aspectos positivos sobre el uso de bicicletas como medio de transporte pero habrá que reconocer que aún falta un enorme trecho en lo que tiene que ver con la conciencia sobre la participación de este frágil actor dentro del movimiento de motovehículos.>

Hubo en la ciudad intentos por normar el uso como, también, de reprimir con severidad las faltas cometidas por ciclistas. Sin embargo, poco o nada se ha logrado en este sentido a lo que hay que sumar el incumplimiento de generar nuevas bicisendas en aquellas avenidas que fueron remodeladas, tal como lo dispone una ordenanza aprobada por el Concejo Municipal local.>

La marcha a contramano, el cruce de semáforos en rojo, la circulación en grupo o la presencia de varias personas -incluidos menores- en una bicicleta sola, habla de cierto desprecio hacia la vida propia y la ajena. En los últimos tiempos se ha visto cómo crecen los operativos municipales para el control de motovehículos. Faltaría detener la mirada también en este otro problema que, año tras año, tiene un triste saldo de vidas humanas perdidas.>