SE ESTÁ FILMANDO EN BUENOS AIRES
El universo de Cortázar inspira la película "Mentiras piadosas"
El argentino Diego Sabanés está rodando el filme, protagonizado por Marilú Marini, Walter Quiroz y Claudio Tolcachir. La génesis de la película está en el cuento "La salud de los enfermos".

TÉLAM

El universo fantástico del escritor Julio Cortázar es la principal fuente de inspiración de "Mentiras piadosas", una película que el argentino Diego Sabanés está filmando en Buenos Aires con Marilú Marini, Walter Quiroz y Claudio Tolcachir como protagonistas.

Al igual que muchos otros cineastas como Manuel Antín ("La cifra impar"), Michelangelo Antonioni ("Blow Up"), Jean-Luc Godard ("Week End") y Jana Bokova ("Diario para un cuento"), para su opera prima, Sabanés se inspiró en el célebre autor argentino para crear un mundo donde lo cotidiano adopta un carácter ominoso y sobrenatural.>

La génesis de "Mentiras piadosas" está en el cuento "La salud de los enfermos", una historia de engaños y enredos que se tejen en el seno de una familia porteña a partir de la ausencia de uno de los hijos, pero el director también reconoce influencias de "Casa tomada" y "Tía en dificultades".>

"De Cortázar me interesaba rescatar esa combinación que tiene entre ciertos toques costumbristas y lo fantástico, donde lo real de pronto se desdibuja y se transforma en otra cosa", afirmó el cineasta durante una pausa del rodaje, que se extenderá hasta el 2 de enero en Buenos Aires y continuará en la provincia de San Luis.>

Aplaudido por su cortometraje "íRatas!", que formó parte de la obra grupal "Historias Breves II", Sabanés dijo que, al igual que en la obra de Cortázar, en su filme "lo infantil está asociado con lo ominoso y con cierta cosa inquietante. No es una infancia idílica sino un lugar donde se descubre lo cruel".>

"También está ese doble juego de ambigüedades en donde no sabés si los gestos de amor son manipulaciones del otro. La película está llena de buenas intenciones que derivan en situaciones" agregó el director, quien trabaja además con Paula Ransenberg, Lydia Lamaison, Rubén Szuchmacher y Víctor Laplace.>

LA NEGACIÓN DE LA REALIDAD

La película narra la historia de mentiras y pequeños engaños que rodean a la ausencia de Pablo, el hijo preferido de la mamá. Para tranquilizarla, sus otros dos hijos deciden escribir cartas falsas y enviarle regalos, aquietando su ansiedad y generando un juego de simulacros que involucran a toda la familia.

"A diferencia del cuento, en mi versión, el engaño a la madre es casi la anécdota que permite dejar al descubierto todo un entramado de poder, de mandato familiar, de rebelarse o no frente a los mandatos. Cosas que tienen que ver más con los vínculos que con lo argumental", sostuvo el director.>

"Como la familia no sabe qué pasó realmente con Pablo, se van tejiendo más incertidumbres e hipótesis: si se fue, si cambió de vida, si en realidad se murió. Hay una serie de incógnitas que no llegan a ser centrales pero de alguna manera alimentan un terreno de incertidumbre que va avanzado".>

"La película empieza en un lugar bastante estable y poco a poco va ganando terreno cierta ambigüedad, un enrarecimiento: vamos tomando distancia del realismo y entrando en un lugar mucho más extraño e inquietante que también remite al cine de Roman Polanski", consignó.>

Por otra parte, sostuvo que "la película es la metáfora de una actitud de una clase social argentina: la negación de la realidad. Todavía hay gente que cree que somos la París de Latinoamérica".>

"En realidad, se trata de una lectura social, un retrato de lo que le pasó a una clase social argentina que, por alimentar una fantasía, desmontó una realidad y terminó en `pampa y la vía'. Y eso nos sigue pasando", opinó.>

En cuanto a las actuaciones, Sabanés sostuvo que "están trabajadas en función de lo sutil, aunque la puesta en escena y la fotografía son más barrocas. En general, el trabajo con los actores tiende a buscar los pequeños gestos, las miradas, los silencios".>

"La puesta en cámara es más sugestiva; incluso el trabajo con las lentes, porque pasamos de lentes más cerradas a otras más angulares, como si el espacio se fuera agrandando y como si la soledad fuera apareciendo. De la soledad nunca se habla, pero va ganando la imagen todo el tiempo. Es como el personaje de Pablo: se habla todo el tiempo de él, pero no lo vemos nunca. Hay un trabajo muy fuerte con lo ausente, con lo que no se ve y con lo que no se dice. El guión está lleno de diálogos donde lo que realmente pasa está entre líneas".>