DE LA REDACCIÓN DE EL LITORAL

Con motivo de la culminación de las actividades académicas anuales del Taller de Artes Plásticas San José Obrero -del Área de Cultura de la Universidad Católica de Santa Fe-, estuvo Mons. Karlic quien iluminó los alcances de una Pastoral del Arte y de la Belleza.

En su charla realzó la dimensión objetiva de la belleza refiriéndose a la transformación del mundo "haciendo que éste se acerque más a nosotros, para servirnos más, desentrañando todas las riquezas visibles e invisibles que hizo Dios para el hombre".>

También impresionó su énfasis en la dimensión subjetiva del trabajo: "el hombre que trabaja se trabaja" afirmó. "Para poder trabajar el hombre tiene que pensar, tiene que querer un bien, tiene que tomar una decisión, tiene que ejercitar su libertad, el hombre que trabaja se hace libre, se realiza".>

Ponderó la actividad de los artesanos, quienes trabajan ejerciendo la inteligencia, el amor y la libertad, "porque las máquinas no trabajan" afirmó. También destacó la necesidad de decirle al trabajador para qué sirve su trabajo, porque alegra saber el sentido y esto permite hacerse más perfecto, más hermoso. >

Dijo con enojo: "el perezoso es un pecador. Primero trabajemos para ser hombres, hijos de Dios, queremos que en la Argentina todos tengamos trabajo. Por eso hace mal el que no arriesga su capital para que otros trabajen y hace muy mal el que no quiere trabajar, todos podemos trabajar, y en la Argentina el pecado está bastante repartido, no?".>

"Hay que trabajar y trabajando hay que trabajarse y así nosotros vamos haciendo no solamente nuestras habilidades sino que vamos haciendo nuestra figura espiritual. Entonces hay que esforzarse". Y recordó la imagen de Maradona, muchachito jugando con la pelota, haciéndose virtuoso en el fútbol y repite que hay que esforzarse: "los hábitos son los que nos hacen reaccionar bien, hay que hacerse hábiles, hay que habilitarse, pero más que en las habilidades físicas en las espirituales y así ir creciendo. Cada vez que adquirimos una novedad en nuestro interior vamos siendo como padres y madres de nosotros mismos. Cuando elegimos algo somos padres de nosotros mismos, sobre todo cuando elegimos a Dios, cuando elegimos a Dios y elegimos ser hermanos de todos los demás estamos transformando nuestra figura, estamos siendo padres de nuestra vida".>

En la oportunidad también estuvo el padre Gabriel Carrón quien contó que conoció en Brasil una cárcel donde en todos los tiempos libres hacían artesanías y "al preguntarles porqué no hacían bloques o ladrillos, cuya actividad era más rentable, respondieron que hacer obras bellas cambia el corazón".>