Palabras de barro

Juan Carlos Rodríguez

-Intentamos hablar de tu imaginario y de tu poética. Sin dejar de ser lo que son, en alguna de tus obras la literatura se hace casi visible. ¿Eso es espontáneo o planeado?

-¿Mi imaginario?... Quizás para quien lo crea necesario o útil, la idea de dejar libre la imaginación sea una posibilidad; pero... para mí adquiere sentido sólo cuando soy capaz de relacionarme con el instante poético...>

No ideas, salvo en las cosas... Es decir, el aporte de ideas al trabajo creativo. Según Carlos Williams es una cuestión que sólo tiene sentido cuando está la cosa, cuando algo lo retuvo a uno. ¿Qué quiero decir con esto? Quiero decir que uno intenta trabajar como trabajan los poetas; si no existe el instante poético, el trabajo no es posible, ¿me explico? Picasso dice: "No busco... encuentro". He podido reconocer con alguna claridad cuándo aparece ese momento, que surge independientemente de mi voluntad, ocurre solamente y a veces suele albergar la esperanza de un principio.>

-En los colores que usás en tus piezas, en el silencio que están imbuidas, en algunos detalles descriptivos yo encuentro una íntima relación con la naturaleza, es más, con un determinado paisaje, concretamente con Rincón. ¿Vos sentís lo mismo?-Hay una constante que se da en mi vida, siempre he vivido en lugares retirados de los centros urbanos, en la periferia de la ciudad, en Córdoba, en Colastiné Norte, y cuando con mi mujer tuvimos la oportunidad de comprar un lugar elegimos éste: Rincón. Este trasplante coincide con una época larga en mi vida que arranca en 1983 y dura hasta 1989, donde yo no me relaciono casi con Santa Fe. Vivo prácticamente recluido y sólo frecuento a un grupo reducido de amigos, que son los que siguen abarcando mi vida de hoy.

Inquietante quietud

-Podemos hablar de la quietud inquietante que emanan tus obras.

-"Nada puede superar el misterio de la quietud", dijo Cummings. Ese instante del que yo hablo se relaciona mucho con esas palabras. Hace un tiempo iba caminando... era el atardecer... y fui retenido por el amarillo y la quietud de dos nogales. El talento del artista reside precisamente en poder concretar en el trabajo esos instantes. Muchas veces ocurre que ese estado de éxtasis, o como quiera decirse, llega pero no necesariamente se convierte en trabajo... Algunas veces suele pasar mucho tiempo y otras no sale nunca. En este caso de los nogales, el boceto fue escrito. Es una cosa que suelo hacer aunque normalmente un artista plástico dibuje. Allí decía: "¿Dorará mi otoño lento y prolijo los perfiles y cavidades que me contienen? Si este milagro se cumple, tal vez pueda compartirte nogal dorado, monte sagrado, donde una revelación ocurre y me detiene". Si existiera el milagro, imagino que debería parecerse al talento. En este caso mi talento no ha podido hacer el milagro de convertir en una pieza aquel instante que me retuvo.>

-¿Cuál es tu relación con la cosa terminada? ¿Cómo quedás después de que la pieza ya es ella misma? ¿Sos capaz de romperla si no te satisface?-Algunos amigos se quejan de que rompo demasiado, o que una vez hechas aparecen en los rincones y viene la gata, que quiere cazar una ranita, y rompe una; otros dicen que cómo puedo ser tan caótico.Nunca llego a estar totalmente conforme con mi trabajo. No me ocurre lo mismo, por ejemplo con los trabajos de Espino. Sé que cuando los miro soy otro, tengo la necesidad de volver a verlos, porque me modifican.Durante muchísimo tiempo en mi casa no hubo una sola pieza mía colgada. Algunas veces ha ocurrido que unos de mis familiares, mi mujer, lo han hecho, pero eso significa para mi una mortificación porque veo las piezas incompletas, como que necesito cambiar algo, corregir algo.Creo firmemente que el ser humano es capaz de crear, pero la concreción de la obra de arte sólo está en menos del artista. Una cosa es la actitud y otra la capacidad que tiene alguien para transferir a la obra un momento, cargarlo de emoción, darle un contenido de verdad; eso es tarea del artista. Escribir un poema no lo escribe cualquier persona, puede sí versificar o plasmar alguna emoción, pero escribir y concretar un trabajo poético sólo podrá hacerlo si es un poeta, si tiene oficio y talento. -¿Cuál es la visión que tenés en relación al futuro de tu obra? Ella es ella, independientemente de vos, pero seguirás siempre dependiendo de ella. ¿Es en definitiva tu palabra, la vía por donde llegás al otro, la posibilidad de trascender?-El trabajo terminado adquiere fisonomía propia. Sé que el sentido verdadero depende de la mirada particular que yo pueda tener sobra las cosas. El que trascienda o no, no corre por mi cuenta. -¿Vivís del arte?-La mayor aspiración de los hombres que trabajan es este quehacer, el del artista, es el de vivir en el taller, no hacer otra cosa, dedicar su tiempo a la creación. Si yo vendiera cuatro o cinco piezas por mes, no necesitaría gastar la mayoría de mi tiempo en ganarme la vida en otros trabajos.