Consejos técnicos
Hacer un buen silo hoy es mejorar la producción de mañana
La acumulación de reservas para el invierno es vital en el tambo. Pero también hay que conocer las ventajas y desventajas de cada forraje; y cómo combinar las raciones.

Ing. Agr. Miriam Gallardo Area de Investigación Animal EEA INTA Rafaela

Los sistemas pastoriles de producción de leche de Argentina se caracterizan por una fuerte estacionalidad productiva, a causa de la inestabilidad en la provisión de nutrientes de las pasturas. Aún cuando no presenten problemas de disponibilidad (kg de materia seca (MS)/ha), las pasturas pueden provocar desbalances energéticos y/o proteicos cuando se las utiliza como principal ingrediente, tal como sucede con frecuencia con los rebrotes tiernos de la primavera y del otoño o con los pastos sobre-maduros de gran parte del verano.

Los forrajes conservados, henos y ensilajes, cumplen diferentes roles en la alimentación del ganado, ya que no sólo se usan para sortear el déficit de pasto del invierno, sino que son excelentes recursos para equilibrar las dietas durante todo el año, a la vez que permiten un sustancial aumento de la carga animal (litros leche y kg de carne /ha) del sistema.>

Roles de los forrajes conservados

Los silajes se han clasificado tradicionalmente como alimentos exclusivamente de tipo voluminoso. Sin embargo, pueden ser también fuente importante de otros nutrientes.

Estos recursos pueden considerarse como energéticos cuando la proporción de carbohidratos no fibrosos (almidón, pectinas; b-glucanos) representan al menos un 30 % de la MS total o el contenido en lípidos del forraje es alto (+ 10%). Los nutrientes de mayor densidad energética se encuentran normalmente en los granos de las mazorcas y panojas de los cereales, en los porotos y semillas de las oleaginosas y en los tallos azucarados de algunas variedades de sorgos.>

También pueden ser proteicos, si los ensilados y henolajes de pasturas contienen no menos del 18% de equivalente en proteína bruta (PB) en la MS total. Las hojas y los tallos tiernos de las leguminosas tipo alfalfa o trébol rojo constituyen las principales fuentes de sustancias nitrogenadas proteicas. Lo mismo que las de algunas gramíneas (verdeos de invierno) que también pueden cumplir ese rol, tanto como los ensilados de soja o girasol que se pican y conservan cuando los porotos o semillas, ricas en proteínas, están en grano "pastoso".>

Los fibrosos, en tanto, son aquellos en los que la fracción de "pared celular" o fibra detergente neutro (FDN) represente no menos del 45% de la MS total. En cualquier vegetal el contenido celular está compuesto por proteínas, azúcares y almidones que son nutrientes de alta digestibilidad (mayor a 80% de la MS), mientras que la fibra de las paredes celulares (FDN) que contienen celulosa, hemicelulosa y cantidades variables de lignina son de digestibilidad muy variable (de 40 a 80%), dependiendo del estado de madurez del cultivo y grado de lignificación de los tallos.>

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La importancia de la fibra

Uno de los componentes principales de la dieta para la vaca lechera es la fibra, ya que la misma es necesaria para varias funciones: una adecuada actividad de rumia (a través del flujo de suficiente cantidad de saliva); una apropiada relación de los productos de la fermentación ruminal (precursores para la síntesis de grasa butirosa) y una buena capacidad reguladora de la acidez ruminal (capacidad "buffer" o tampón).

Como ya se mencionara, la fibra de los alimentos representa la pared celular de los vegetales y es determinada en laboratorio como el componente denominado con la sigla FDN ( fibra detergente neutro).>

Sólo desde hace algunos pocos años se ha convenido en diferenciar los requerimientos de fibra en FDN fermentecible, que aporta energía a través de la fermentación ruminal y en FDN efectiva (FDNef), de acción mecánica, que influye sobre la masticación, la rumia (salivación y pH ruminal) y los movimientos del rumen (ciclo de mezcla), acorde con la salud y producción de los animales.>

Estos efectos sobre el ambiente ruminal afectan directamente la producción y la composición de la leche (principalmente la concentración de grasa butirosa -GB-) e indirectamente el estado corporal de las vacas, a través de los problemas generados por la acidosis ruminal.>

Si bien el análisis de laboratorio del total de FDN de los alimentos es muy útil en la formulación de raciones, este resultado no permite inferir sobre las características físicas de la fibra relacionada a su "efectividad". Se han propuesto algunos métodos para estimar la efectividad de la fibra de los distintos forrajes que se utilizan en la alimentación de rumiantes, en general, y de vacas lecheras en particular. Por ejemplo, sistemas de clasificación del tamaño de partículas, un factor de efectividad física aplicado a la FDN en relación con la estimulación de la actividad de masticado y otro que relaciona el tamaño de picado con el contenido en grasa butirosa de la leche.>

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Maíz y sorgo

Entre los distintos silajes posibles, los de maíz y sorgo proveen fibra fermentecible. Cuando estos cultivos contienen además mucho grano (más de 35% de la MS total del total de la planta) se pueden considerar alimentos energéticos. Si el tamaño de picado es el adecuado representan también una excelente fuente de fibra efectiva (FDNef).

Como ventajas puede decirse que estos ensilados cumplen un rol esencial para el aumento de la carga animal en los sistemas o en el mantenimiento del stock ganadero cuando sobrevienen contingencias climáticas severas (sequías o inundaciones prolongadas). Son recursos apropiados para complementar el pastoreo en cualquier momento del año. Contribuyen a equilibrar las dietas, ya que amortiguan los excesos de amoníaco que se producen cuando se degradan las proteínas de las pasturas y suministran fibra cuando el forraje es muy tierno y aguachento. Durante la primavera, ofrecidos previo al pastoreo, minimizan el riesgo de empaste y en verano pueden servir de vehículo para suplementar al ganado, cuando están confinados bajo la sombra. En la dieta de vacas en transición (pre y posparto) ayudan a mejorar el balance energético y el balance anión-catión, evitando la ocurrencia de las patologías típicas de la vacas en este estado fisiológico.>

Entre las desventajas, en tanto, estos forrajes son muy pobres en proteínas, calcio y fósforo. Por lo tanto, si van a formar una parte importante de la dieta deben corregirse estos nutrientes con ingredientes especiales. Como todo alimento previamente fermentado, si presentan buena calidad, son muy palatables y ávidamente consumidos, razón por la cual pueden producir disturbios ruminales (acidosis) si se los suministra sin acostumbramiento previo.>

Si el picado es muy fino no son buena fuente de FDNef. Por otro lado, cuando se cosecha el cultivo muy "pasado", la digestibilidad cae marcadamente y pierden su potencial de alimentos energéticos ya que se producen muchas pérdidas fecales. Bajo condiciones deficientes de elaboración y almacenamiento, los silajes se transforman en verdaderos caldos de cultivo de hongos productores de toxinas (micotoxinas).>

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Cuanto y cómo

Niveles en las raciones: Durante otoño-invierno, para vacas de media y alta producción (17-27 l/v/d) por sus bajos niveles proteicos no se debería suministrar más de 8-9 kg de MS/vaca/día, complementando el resto de la dieta con otros forrajes y/o concentrados para equilibrar éste y otros nutrientes, acorde a la meta de producción del sistema. En primavera y verano se recomienda no superar los 4 a 6 kg de MS/cabeza/día.

Para vacas en transición, en una ración equilibrada se puede incorporar silaje de maíz hasta un equivalente al 0.8-0.9 % del peso vivo del animal, completando el resto (1,25% del PV) de la ración con otros alimentos. Para categorías más jóvenes se recomienda iniciar su suministro recién a partir de los 150-180 kg de peso vivo y nunca utilizarlos como única fuente de alimentación, por los déficit de proteínas que pueden originar.>

En cuanto a las formas de suministro, los productores utilizan los más variados sistemas: gomas de tractor, comederos de lona o plástico, porta-rollos, en el piso contra los alambrados o entre alambres eléctricos, etc. Cualquier sea la forma que se practique, hay que considerar dos reglas básicas para un uso eficiente: primero, que los sitios de alimentación y comederos estén siempre secos y limpios; y segundo, un acceso al silaje con suficiente espacio por cabeza (equivalente a no menos de 70 cm por animal) para evitar competencias y consumos muy desparejos.>

Para un rodeo de buena producción el sistema denominado de "autoconsumo", del mismo silo, es poco eficiente ya que algunos animales se sobre-alimentan mientras otros (la mayoría) no logran ingerir lo necesario. En caso de suministros en porta-rollos y gomas de tractores son válidos los mismos comentarios que se hicieron para el heno. Para evitar que el material se contamine y deteriore rápidamente, se sugiere que los suministros se practiquen unas pocas horas antes del acceso de los animales y que el comedero o lugar de consumo se encuentre, en lo posible, libre de fecas, tierra y material de anteriores suministros. Uno de los principales focos de contaminación (hongos, clostridios, etc.) y de baja eficiencia de uso de los silajes lo constituyen estos aspectos, puesto que representan la fuente principal de los mayores desperdicios del silo. Planificar, diseñar y construir buenos sitios de alimentación, sobre todo en los tambos más intensivos (alta carga-alta producción individual), es una actividad de particular importancia, ya que buena parte de la respuesta (al menos durante otoño-invierno) depende de esos sitios.>

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De pasturas, soja o girasol

En general son fuentes de fibra y de proteína bruta (proteínas verdaderas y nitrógeno no proteico), en especial las leguminosas. Contienen escasos niveles de carbohidratos y azúcares fermentables y por esta razón son alimentos pobres en energía y de difícil fermentación láctica dentro del silo.

Pero en los casos particulares del cultivo de soja ensilado con chauchas (estado fenológico R6) o de los girasoles tipo "forrajeros" también pueden ser fuente de lípidos (aceites). Son recursos muy apropiados para suplementar forrajes de bajos niveles de proteínas, como los silajes de maíces y sorgos, o para sustituir a la pastura cuando las condiciones climáticas no permiten el pastoreo normal. Por lo tanto, constituyen una buena alternativa para suministrar en verano, cuando escasea la materia seca de calidad y normalmente la proteína se convierte en un nutriente limitante (caso de muchos sistemas basados en pastoreo de gramíneas).>

En el caso de pasturas base alfalfa y de praderas mixtas (cebadillas, festuca, raigrás, tréboles), se puede aprovechar el excedente de forraje de la primavera (el de mayor calidad para ensilar) a muy bajo costo. Además, en comparación al heno, es menor el riesgo de obtener un forraje de baja calidad debido a las lluvias de la temporada.>

Los materiales sometidos a buenas condiciones de elaboración y de fermentación son muy apetecibles por el ganado. Si el tamaño de las partículas es lo suficientemente largo representan una excelente fuente de FDNef. El silaje de soja elaborado en R3 (inicio de formación de vaina) constituye un excelente suplemento, que puede ser utilizado para reemplazar una parte de los concentrados proteicos tradicionales. El silaje de soja en R6-R7 puede representar también una fuente energético-proteica estratégica para utilizar durante el verano, cuando las pasturas pierden calidad rápidamente. El silaje de girasol es una alternativa novedosa en Argentina y correctamente procesado puede alcanzar calidades semejantes al de soja en R6. >

Sin embargo, estas alternativas también tienen algunas desventajas. Al igual que los henos, su calidad puede ser extremadamente variable, entre y dentro de cada uno de los tipos de praderas. El estado fenológico óptimo para el picado en las leguminosas es bastante difícil de encontrar, sobre todo cuando integran pasturas consociadas, donde la tasa de crecimiento y madurez de las especies que las componen son diferentes. En la mayoría de los casos hay que practicar un oreo de la andana muy controlado antes de ensilar, para llegar a la materia seca adecuada (alrededor de 40-45%).>

La alfalfa, el trébol rojo, la soja y casi todas las especies forrajeras que componen una pastura mixta poseen en general bajos niveles de azúcares y carbohidratos fermentables. Por lo tanto, se complica la fermentación láctica y la estabilización del silaje. En muchos casos, debido a las prácticas inadecuadas de elaboración del silaje (mala compactación y presencia de oxígeno), se puede producir una excesiva degradación de las proteínas (proteólisis, con formación de amoníaco) o la formación de los "compuestos Maillard", que hacen indigestible para el animal una buena parte de las proteínas y de la fibra.>

La práctica de la inoculación, incorporando bacterias específicas, mejora las condiciones de fermentación y la estabilidad aeróbica de estos ensilajes. Con respecto a ensilajes de girasol, debido a las escasas experiencias nacionales, no se dispone de un paquete tecnológico 100% confiable para transferir, razón por la cual se debe tener mucha precaución. >

Del suministro

Al hablar de los niveles en las raciones, como son ingredientes que poseen características fermentativas muy particulares, no se recomienda que estos ensilajes se incluyan en una elevada proporción en la materia seca total ofrecida, puesto que pueden acarrear grandes desequilibrios metabólicos. Cuando complementan en otoño-invierno al pastoreo de praderas o de verdeos y no se dispone de concentrados energéticos extras, es deseable no superar 18-20 % de la MS total , de lo contrario se producirán excesos de nitrógeno amoniacal (N-NH3) a nivel ruminal y una sobre-carga hepática, con un gasto mayor de energía para transformar este metabolito en urea.

Si la base es silo de maíz con buenas mazorcas, el nivel de silajes de pasturas o de soja puede ser sustancialmente más elevado, de alrededor del 30 al 40% de la MS total ofrecida. Al igual que los otros forrajes ensilados se recomienda iniciar los consumos en forma paulatina para acostumbrar al rumen al nuevo sustrato. De igual manera, evitar la salida abrupta del ingrediente en la ración. Estas prácticas previenen patologías podales de origen nutricional o la ocurrencia de cetosis en vacas en transición, sobre todo cuando se sobre-alimenta bruscamente con silos que han tenido una extensa fermentación butírica.>

En cuanto a las formas de suministro, son válidas las mismas consideraciones que las realizadas para los demás forrajes conservados. Si estos recursos van a ser utilizados en combinación con los silajes de maíz o sorgos, deberían poder suministrarse juntos, en forma mezclada (con mixer o manualmente).>

La fibra es clave

En vacas lecheras, si no se abastecen los requerimientos en fibra se producirán problemas digestivos y metabólicos que pueden conducir a caídas pronunciadas en el porcentaje de grasa en la leche (menos de 3,0 % GB), incluso con niveles de proteína láctea superiores a la grasa (inversión). En condiciones de pastoreo, los problemas de bajas concentraciones de grasa en leche y acidosis ruminal subclínica que se producen en otoño y en primavera temprana están relacionados normalmente con un bajo nivel de fibra efectiva en los pastos tiernos.