Si el gobierno interviene menos groseramente...
Mayor participación en el reparto
En el peor momento de las intervenciones sobre el mercado, el productor obtenía el 25 por ciento del precio final. Ahora, esa posición está en 29 por ciento.

Ignacio Iriarte

A medida que el Gobierno deja de manipular (o de intentar manipular) el mercado de la carne vacuna, se liberan -de hecho- las exportaciones y se deja de interferir sobre la formación de los precios del ganado en pie, el productor tiende a recuperar participación en el precio final.

Entre 1992 y 2001, dicha participación fue de sólo el 20/21 por ciento, nivel que ascendió marcadamente después del final de la convertibilidad hasta llegar a un 32 por ciento en el trienio 2002-2005. >

En el peor momento de la intervención en el mercado de la carne (junio de 2006), ese indicador retrocedió a un 25 por ciento, y hoy se ubica en un 29 por ciento. En la Argentina, y en la medida que el Estado no interviene groseramente, hay más capacidad instalada en la industria y negocios, que novillos y vacas, por lo que el sistema, librado a sus fuerzas, tiende a determinar márgenes muy ajustados para frigoríficos, matarifes, minoristas y exportadores, a favor del factor más escaso: la hacienda.>

La marcha del consumo

El consumo de pollo, que ha experimentado en los últimos tres años una fuerte recuperación, habría promediado en 2006 los 29 kilos per cápita, con un pico en diciembre de 33 kilos (equivalente anual). Si consideramos como "carnes" exclusivamente al pollo y la vaca, y excluimos al cerdo, del cual se consumen sólo 2,6 kilos (fresco), se observa que todavía el 80 por ciento del gasto de las familias en carne se dedica a la carne vacuna y sólo el 20 por ciento al pollo.

En Estados Unidos, donde se consume -además de carne vacuna- cerdo, pollo y pavo, el gasto de carne vacuna en relación con el total de carnes sólo llega al 40 por ciento.>

Costos en dólares

El costo de la alimentación del ganado, contra la opinión general (y la del Gobierno en particular) ha crecido desde el final de la convertibilidad en términos de dólares: la confección de un rollo en 2001 costaba 11,9 dólares y hoy cuesta 13 dólares; hacer una pastura fertilizada costaba 128 dólares por hectárea y hoy cuesta 132 dólares; la confección y ensilado de una hectárea de maíz valía 354 dólares y hoy cuesta 457 dólares.

En cuanto al maíz, insumo decisivo que permitió aumentar el stock y al mismo tiempo la superficie sembrada, valía a fines de 2001 unos 70 dólares por tonelada y hoy cotiza, si bien fuera de época de cosecha, a 130 dólares. El valor del novillo ha subido en dólares, de 82 centavos en el bienio 2000-2001 a unos 85 centavos (estimados) en la actualidad. ¿Por qué se pone tanto énfasis en que estamos mucho mejor?>

A propósito del valor de la hacienda en dólares: en la medida que el ritmo devaluatorio siga siendo en los próximos meses y años, como todo lo indica, inferior a la inflación, es muy probable que se siga valorizando -moderadamente- la hacienda en término de dólares. >

En 2006, los salarios de los sectores formales e informales de la economía crecieron el doble que la inflación, y para este año se pronostica una continuación de esta tendencia. Más demanda interna, una oferta igual o menor, suba de precios, pero cada vez más cerca del techo.>

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