El tipo quería arrancar con el transporte de hacienda porque le aseguraron que era muy buen negocio. Pero también le advirtieron que comprar un camión jaula no era "moco 'e pavo"; que salía mucha plata, que los trámites de inscripción no salían de un día para el otro, y tantas otras cosas. El hombre, porfiado, se propuso entonces "hacerla de abajo", como se dice. Y ahí anda ahora, surcando las rutas santafesinas con su servicio charter de transporte de terneros puerta a puerta.