Enrique Cruz (h)(Enviado Especial a Buenos Aires)
A Trullet empieza a gustarle el equipo. Lo ve más sólido, más fuerte en lo anímico y compenetrado en la idea futbolística. Ayudan los resultados. Pero sobre todo ayudan los resultados de visitante, porque la campaña -en este aspecto- es excelente. Y lo ha transformado en un equipo confiable, que sabe cómo deben jugarse esta clase de partidos como el de ayer, en los que no resulta descabellado esperar una derrota. Máxime si se va perdiendo, como le ocurrió Unión al cabo del primer tiempo, más allá de que se pueda discutir si los merecimientos de Tigre para ir ganando, a esa altura, eran o no suficientes. Pero iba perdiendo Unión. Y sin embargo, logró revertir la situación en el segundo y se terminó alzando con un resultado que aparece como justo y valioso, acrecentando todos los calificativos que se viene ganando este equipo: 1) el de la confiabilidad de visitante; 2) el de la maduración, y 3) esa sensación de "cocinar algo rico con dos pesos con cincuenta".
* La confiabilidad de visitante está a la vista: Unión sigue haciendo mejor campaña afuera que adentro y, además, los números de visitante son los de un equipo de punta. >
* La sensación de "cocinar algo rico con dos pesos con cincuenta", también. En el Unión de hace un año y medio o dos, nadie habría gastado a cuenta de una defensa sólida con los jugadores que el club tenía; y convengamos que eran muy pocos los que apostaban a la consolidación de varios chicos a los cuáles en reiteradas oportunidades se los tildó de inmaduros, de no estar preparados para la alta competencia, de llegar sin una suficiente base y hasta de sospechar de sus reales condiciones futbolísticas.>
* El aspecto más importante es el de la maduración. Y no es exclusivamente porque se pueda advertir ahora que la continuidad ha permitido que algunos eleven su nivel y puedan demostrar lo que valen, sino porque al equipo se lo ve sólido, claro en lo conceptual, con un libreto táctico y estratégico que está aprehendido. Después, se podrá jugar bien, regular o mal; y los propios intérpretes (los jugadores) podrán tener una buena o mala tarde, cosa habitual y natural en cualquier jugador, pero que entran a la cancha sabiendo lo que quieren y deben hacer, nadie lo duda. Por eso, Unión se ha transformado en un equipo serio, al cuál le estaría faltando encontrar fortaleza de resultados como local.>
En medio de este panorama, la figura del técnico -respaldado desde los distintos ámbitos políticos por lo que dijo durante la semana- adquiere especial significación. Porque uno se pregunta: ¿cuántos técnicos son capaces de "cocinar con dos pesos con cincuenta" y encontrar un equipo que se va convirtiendo en maduro y confiable a paso firme?>
Y la apreciación viene a cuento porque la semana que transcurrió no fue normal. Unión llegó al partido de ayer en medio de una situación planteada por Trullet y como consecuencia de una prolongación de contrato -no renovación- que evidentemente no le cayó bien, más allá de que se encargue en todo momento de resaltar una "excelente relación" con los actuales dirigentes.>
Pero ya que tanto se habla del proyecto futbolístico en Unión, y ya que casi todos están de acuerdo con que la persona ideal para llevarlo adelante es el propio Trullet, uno se pregunta, desde afuera, ¿por qué entonces no se trató de evitar esta situación?>
Los dirigentes no están para acompañar, sino que deben comandar el proyecto. Y si fueron capaces de entender que ya no quedaba lugar para otra equivocación, que si se llegó a un punto crítico y extremo de esta debiéndole 1.000.000 de pesos al plantel (el anterior), con una campaña no acorde a las expectativas, con un técnico (Craviotto) al que en la segunda fecha ya se lo insultaba -y no porque sea mal entrenador sino porque la gente se había cansado de padecer siempre la misma historia-, entonces, ¿por qué hay que llegar a este punto con Trullet?, ¿se pudo evitar?, creo sinceramente que sí y hasta me animo a decir que habría sido la mejor decisión, no a favor del entrenador, sino a favor del proyecto deportivo que los propios dirigentes deben ser los primeros en apuntalar, resguardar e impulsar.>
No fue fácil el partido de ayer. Se iba perdiendo, había un equipo -el de Tigre- de gran potencia física, que superaba incluso en "metros" al de Unión. Por eso, cada pelota detenida en defensa era un suplicio, porque uno se preguntaba cómo podía hacer Zapata, por ejemplo, para ganarle un cabezazo a Castaño, que le llevaba una cabeza de ventaja.
La idea de Unión era clara: recuperar la pelota y cambiar el ritmo del medio hacia adelante. Por eso, robaba Zapata y arrancaba; y hacía lo propio Fontana, pero faltaba la gravitación de Rosales y de Goicoechea, que jugó contenido. Adelante, Pereyra y Barreto aportaron poco, es cierto, pero demostraron algo: son corajudos, aguantan la pelota y, en el caso de Barreto, le agrega un manejo interesante que no tienen los otros centrodelanteros (Peralta Pino, Rami y el propio Márquez). >
Ayer le hacía falta gente alta a Trullet, pero cuando el equipo perdía y no jugaba bien, aparecía la garra y el temple para decidirse a vender cara la derrota. Y aprovechó Unión la inexplicable cesión de terreno que le hizo Tigre, que pasó de tener todo controlado a descontrolarse. Y acertó Trullet con los cambios, cuando se decidió a jugar con tres puntas y lo puso a Weiner, que le dio aire e ímpetu al ataque, sin estacionarse arriba y buscando la pelota cerca del mediocampo para tratar de suplir lo que le costaba a Rosales.>
El equipo aguantó en el fondo -el sector más regular y parejo-, tuvo por derecha lo que le faltó por izquierda (bien Fontana y flojo Goicoechea), pareció que Zapata iba a tener una gran tarde pero se quedó en el amague y no contó, esta vez, con la compañía de Rosales. Y aquí me detengo: una cosa es que la pelota deba pasar siempre y obligadamente por los pies de Rosales, lo cual transforma a Unión en Rosales-dependiente y es perjudicial; pero también resulta negativo que Rosales no aparezca, porque se trata del jugador más claro que tiene el equipo. Y además, desequilibrante. Ayer demostró que es desequilibrante. O en todo caso, que se las arregla para que su presencia no pase desapercibida: empujó al gol la buena maniobra individual de Fontana. Pero en el juego no apareció. Y hasta le mandaron una marca a presión, como ocurrió en el segundo tiempo cuando lo apretó Stang.>
La sensación de transitar por el camino correcto es indudable. El respeto por el proyecto deportivo, la consolidación de los jugadores (objetivo prioritario que Trullet se encargó de resaltar en todo momento) y el apoyo de la gente. Luego, todo lo que se consiga depende del equipo. El técnico lo sabe porque ya lo experimentó en el 96, cuando de la nada armó un equipo avasallante, ganador y que luego, con un par de retoques, se quedó en Primera y capitalizó al club. Aquel Unión era más que éste. Pero no había tantas diferencias a esta altura de la temporada. Aquel equipo, a once fechas del final, empezaba a encontrar un estilo que luego, en el octogonal final, le permitió conseguir un histórico ascenso.
Pero no vayamos tan lejos ni creemos expectativas desmesuradas. Lo importante es que los objetivos y las expectativas terrenales se están cumpliendo con creces. Y se armó, de la nada, un equipo digno que está cumpliendo la mejor actuación desde que bajó de categoría. Eso ya es suficiente y esperanzador. De lo demás, los únicos dueños del futuro son el técnico y los jugadores, más los dirigentes y la gente. Las tres patas sobre las que se asientan los logros en cualquier institución del mundo.>
Tigre 1 -
Unión 1>
Cancha: Tigre.>
Árbitro: Pablo Giménez.>
Tigre: Islas; Morero, Ferrero y Blengio; Pasini, Castaño, Martínez y Giménez; Morel; Lázaro y Juan Pereyra. A.S.: Capogrosso. Estuvo en el banco: Vilches. D.T.: Diego Cagna.>
Unión: Assef; Desvaux, Carabajal y Yacob; Fontana, Sartor y Goicoechea; Rosales y Zapata; César Pereyra y Barreto. A.S.: Bergesse. Estuvo en el banco: Acosta. D.T.: Carlos Trullet.>
Gol en el primer tiempo: a los 44 m Morel (T).>
Gol en el segundo tiempo: a los 34 m Rosales (U).>
Cambios: en el segundo tiempo, a los 10 m Stang (T) por Martínez; a los 11 m Weiner (U) por Goicoechea; a los 23 m Krikorián (T) por Pasini; a los 28 m Peralta Pino (U) por Barreto; a los 33 m Salmerón (T) por Pereyra y a los 38 m Torres (U) por Yacob.>
Amonestados en Unión: Desvaux y Goicoechea.>
ASSEF (6).- Sigue dando muestras claras de seguridad, de progreso y transmite una enorme tranquilidad. Al final del partido, tuvo una doble tapada clave.
41 años.
Es el tiempo transcurrido desde la última victoria de Unión en el estadio de Tigre. Fue en 1966, durante la disputa del campeonato de Primera B que se adjudicó Unión y que significó el primer ascenso. Esa vez, los tatengues ganaron 1 a 0 con gol de Luis Díaz. La estadística marca que se jugaron, en total, 42 partidos, con 17 victorias de Tigre, 14 de Unión y 11 empates.
Un micro de los que fletó el club con hinchas para alentar al equipo en el partido de ayer, fue atacado en las inmediaciones de la cancha de Tigre, presuntamente por simpatizantes locales, produciendo serios destrozos y heridas a uno de los simpatizantes tatengues. Lamentablemente, los hinchas debieron retornar a Santa Fe sin la posibilidad de ver el partido. De inmediato, los dirigentes de Unión presentes en el estadio efectuaron llamados y gestiones con la policía para denunciar e investigar el hecho. Evidentemente, la policía no arbitró las medidas para garantizar la seguridad de los hinchas de Unión que llegaron a Victoria.