SOCIEDAD / ADOLESCENCIA
Esa guía que ayuda a crecer
La búsqueda de libertad y autonomía son algunos de los rasgos que caracterizan a los adolescentes.. 

Estrategias para hijos adolescentes. Todos los chicos necesitan límites para crecer, formar su identidad y prepararse para las oscilaciones de la vida. De allí que los profesionales sugieren a los padres, dejar atrás los miedos y animarse a poner reglas claras en el momento justo y oportuno. textos de Ivana Zilli.

La lucha interna entre el "sí" y el "no" se profundiza aún más cuando el que está enfrente, o al lado, es un adolescente. Hoy por hoy, son muchos los padres, educadores y adultos en general que deambulan con este interrogante e intentan descubrir cuál es el límite preciso a la hora de educar, sin convertirse en "sobreprotectores" o, por el contrario, "castradores".

Lo cierto es que a medida que pasa el tiempo, "decir un `no' en el momento justo y oportuno" resulta ser cada vez más difícil; más allá de que se sabe que estos `no' son muy importantes para esta etapa de crecimiento, durante la cual los chicos tienen que adquirir autonomía y libertad para construir su propia identidad", explica la licenciada Ruth Casabianca, terapeuta familiar y directora del Instituto de la Familia y Terapias Breves.>

Durante estos últimos años, "varios rasgos de la cultura se fueron modificando y los que tienen a cargo la educación de estos adolescentes, a veces pierden de vista cuáles son los parámetros de referencia para poner límites". >

En este momento, "se vive en una sociedad permisiva, donde hay mayores márgenes de libertad que en otras épocas", reconoció la profesional.>

Si a esto se le suma que en la actualidad los chicos están expuestos "a mayores riesgos -el alcohol, la ingestión de sustancias, la inseguridad, entre otros- que los que existían en las generaciones anteriores", los padres se ven frente a una situación más complicada.>

Ante esta realidad, los adultos tienen que esforzarse por verificar "cuáles son las condiciones de los contextos donde se mueven sus hijos para dejarlos actuar"; pero, teniendo un control sobre gran parte de la situación.>

Contrariamente a lo que se piensa, "la falta de límites por parte de los adultos, convierte a los hijos en dependientes de sus padres y a los padres en sobreprotectores, con lo cual se genera una complicación aún mayor en todo el grupo familiar", resaltó Casabianca.>

Una cultura propia

Los adolescentes tienen rasgos que los distinguen e identifican. "La disociación entre autonomía y responsabilidad" es uno de los aspectos que los caracteriza. Por un lado, "piden más libertad"; por el otro, "no quieren hacerse responsables de las consecuencias que les acarrean sus propias conductas".

Por esta razón, "es importante decir `no' de forma inmediata, antes de que las conductas que son indeseables para los padres generen consecuencias negativas (una penitencia, restricciones, entre otras acciones) en los chicos".>

Hay que tener en cuenta que la adolescencia "es una etapa fundamental en la construcción de la personalidad (generar el autocontrol, la autodisciplina, los valores de integridad, de perseverancia y de honestidad), donde existe la madurez intelectual suficiente para entender lo que es un valor".>

Distintas investigaciones reflejan que de "esto depende que en la adultez se logre el éxito en el mundo laboral y en las relaciones humanas".>

Por lo tanto, "si estos rasgos no se forman en la adolescencia (cuando las personas están permeables a aprender), no se adquieren más adelante o se adquieren a un alto costo", generando fracasos en la vida adulta porque no hay una construcción adecuada de la personalidad.>

En consecuencia, "es necesario que algunos impulsos, conductas y demandas que no son positivas para los chicos, sean limitadas para que ellos puedan tener un mejor futuro. Es conveniente aprovechar esta etapa para que cuenten con la posibilidad de controlar las emociones más violentas y poner un freno al enojo, a la rabia y a los impulsos sexuales, entre otros".>

De lo contrario, "es imposible lograr una convivencia armónica, porque una persona que ha sido formada en que es el centro del mundo, no logrará tener buenos recursos para enfrentar las distintas situaciones de la vida" y, con frecuencia, "tendrá problemas con los jefes y con las distintas relaciones familiares y sociales", advirtió la profesional.>

De todos estos rasgos (autocontrol, autodisciplina, etc.) que se vayan adquiriendo en la adolescencia, depende que "pueda mantenerse el esfuerzo en las distintas acciones y obtener distintos logros. Hay que enseñarle a los chicos que las cosas no están dadas, sino que se logran de a poco y de los distintos `no' van a ir construyendo su capacidad individual en base a sacrificios".>

Hay que ser claros

A la hora de poner un límite, "los padres deben tener bien en claro hacia dónde quiere orientar a su hijo, cuáles son los valores que pretenden fomentar en ellos o qué conductas que son indeseables les gustaría modificar", enfatizó la profesional.

Una vez que tienen bien definido hacia dónde se va, "estos límites deben ser consistentes y sostenidos -se debe mantener la misma posición a toda hora y en todo lugar- por la persona que los establece, manteniendo un consenso con las otras figuras de autoridad que tiene el adolescente".>

Por eso, "es importante que si la mamá dice `no', el papá también diga `no' y si los abuelos y tíos tienen influencia sobre este chico, deben decir `no', principalmente, en la etapa adolescente".>

Si esto no se logra, "el adulto -padre, madre, abuelo, etc.- se autodescalifica o es descalificado por la autoridad del `otro' y el límite deja de ser un límite para este adolescente".>

Como en esta etapa de la vida hay una mayor reacción hacia los "no" que se imponen, "es más fácil que algunos de los adultos -padres, familiares, educadores, etc.- se cansen y debiliten un límite que habían establecido". O bien, que "el adolescente pueda usar las divergencias que se producen entre los mayores para salir ganando en su satisfacción".>

Por eso, es importante que entre los padres exista un criterio en común y establezcan distintas pautas que se pueden ir modificando en la medida que el adolescente va adquiriendo autonomía.>

Es que los padres "son los responsables directos de la vida de sus hijos y tienen que velar por la educación y el bienestar de ellos".>

El sostén afectivo

Muchas veces "se pone el acento en el sostén afectivo de la familia que es muy importante para el crecimiento de los chicos, pero con frecuencia se olvida que la familia también debe hacerse cargo de la educación de sus hijos, corregir algunas conductas para convertirlos en una persona armónica en sí misma y con los demás. Hay que reconocer que corregir a un hijo es una función tan primordial como la de sostenerlo, apoyarlo y quererlo", sostiene Casabianca.

Por lo tanto, "las dos funciones son necesarias para que los chicos crezcan, guiados principalmente por sus padres. En este momento, "no es nada fácil ser padres de hijos adolescentes, pero vale la pena hacer el esfuerzo de pensar que si los papás no conducen a sus chicos, quién lo va a hacer y hacia dónde irán", reflexionó la profesional.>

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Otros espaciosde socialización

Hace varios años, los chicos tenían una mayor participación en clubes deportivos, en grupos parroquiales y en actividades artísticas, entre otros ámbitos. En todos estos espacios se generaba una interrelación social "con reglas que estimulaban las habilidades positivas de los adolescentes. A la vez, se favorecía la asimilación de determinados valores y actitudes que son beneficiosas para el desarrollo posterior de la persona", remarcó la licenciada Ruth Casabianca.

Múltiples relaciones

Según la profesional, en otras épocas, en la medida que "había un mayor desarrollo del altruismo, la persona estaba en mejores condiciones de establecer buenas relaciones con los demás".

Sin embargo, gran parte de esta participación se perdió, y hoy los chicos "tienen una mayor presencia en actividades que están relacionadas con los cibers, los videojuegos, las confiterías, los programas de televisión, entre otras opciones que influyen y, muchas veces, producen efectos dañinos".>

Cuánto, cómo y dónde

En este contexto, es importante que "se mantenga un control adecuado sobre la cantidad de tiempo y la forma en que se participa de otras propuestas ajenas a la escuela, como los ciber y la TV", señala Casabianca.

Lamentablemente, hoy, "los adolescentes están expuestos durante muchas horas a estas influencias que, sin control y sin reflexión, pueden ser dañinas".>

Cuando la enseñanza tambalea

UN "NO" A TIEMPO

La falta de un "no" a tiempo en el hogar repercute negativamente en las escuelas. Hoy, "los docentes se ven obligados a ocupar más energías y sabiduría en establecer un control y mantener la disciplina, que en desarrollar los contenidos que demanda cada etapa de enseñanza-aprendizaje", reconoció la licenciada Ruth Casabianca, terapeuta familiar y directora del Instituto de la Familia y Terapias Breves.>

Todo esto genera "un rendimiento escolar negativo porque la maestra se encuentra con chicos que van a clase con los celulares, que se distraen, se ríen y generan indisciplina de forma constante". De esta forma, "los maestros están más en el control de la disciplina que en el trabajo específico que debe realizar el docente y -lamentablemente- hay una tendencia a descalificar a la autoridad y esto es muy dañino para los chicos", advirtió Casabianca.>

Por ejemplo, "si el docente le baja la nota a sus alumnos porque no cumplieron con la tarea y el padre va a la escuela a discutir esta determinación, se rompe el límite que impuso el docente". Por esta razón, el maestro "se siente impotente, desautorizado y no tiene fuerza para colaborar en la formación del carácter de esta personalidad", subraya Casabianca.>

Por este motivo, "los padres deben hablar con el docente y consensuar una norma; pero, no ponerse a favor del chico y en contra del educador", aconsejó la profesional.>