Delicada situación en Pakistán

Pakistán vivirá una situación jurídica y política cargada de amenazas en los al menos 10 días que debe esperar para que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre la elegibilidad del jefe del Estado, Pervez Musharraf, pese a su victoria en la elección presidencial de ayer sábado.

"El general Musharraf logró un triunfo esperado, pero esto no disipará la incertidumbre política que planea" sobre un país que ha vivido la mitad de sus 60 años de existencia bajo militares golpistas y el resto, con gobiernos civiles sometidos al ejército, declaró a la AFP la politóloga Nasim Zehra.

Sin embargo, el Supremo podría anular la neta victoria de Musharraf -que hace ocho años se hizo con el poder con un golpe de Estado incruento- en la elección presidencial, que se realizó por sufragio indirecto.

La instancia judicial más alta de Pakistán ha ordenado que los resultados de la elección no sean proclamados hasta que no dictamine sobre unos recursos presentados por la oposición, cuyo examen empezará el 17 de octubre.

Según esos recursos, el Tribunal deberá pronunciarse tanto sobre la elegibilidad de Musharraf como sobre la validez misma del escrutinio presidencial.

Alrededor del 30 % de los parlamentarios de la oposición dimitió de todas las asambleas que eligieron a Musharraf en protesta contra su candidatura, al tiempo que denunciaron una "elección fraudulenta".

Musharraf prometió abandonar su puesto de jefe de las fuerzas armadas, pero sólo en caso de ser reelegido presidente y no antes del 15 de noviembre, por considerar que la Constitución no le impone dejar ese cargo antes de su reelección, como en cambio ha planteado la oposición en sus recursos ante el Supremo.

Sin embargo, "sería extremadamente sorprendente que el Tribunal Supremo no validara su victoria", afirmó Hasan Askari, ex profesor de Ciencias Políticas en la universidad de Lahore.

"En caso contrario, habrá una crisis mayor en el país", advirtió.

El general Musharraf rechazó el sábado decir qué hará si el Supremo anula la elección presidencial. Sin embargo, corre el rumor de que, en una hipótesis así, declarará la ley marcial.

Impondría "una ley marcial" con medidas contra ciertas instituciones para intentar evitar, en la mayor medida posible, el caos, explicó a la AFP una fuente cercana a la presidencia.

AFP