-¿Alguna vez pensaste en la posibilidad de jugar en Atlético?-Realmente no. Yo estaba instalado en Buenos Aires, con un campeonato y medio en la B Metropolitana, varios partidos en el Nacional, pasando un buen momento, y nunca me hubiera imaginado que Atlético estaba interesado en contratarme, pero el fútbol tiene estas cosas, uno siempre ha trabajado para seguir progresando. Ahora estoy muy contento con este desafío. -¿Qué fue lo que te convenció?-Me sedujo mucho volver a un equipo con aspiraciones de ascender a primera división, más a esta edad, que a muy pocos jugadores se les presenta una oportunidad así y eso quiere decir que uno sigue haciendo las cosas bien. Es importante que un técnico como Juan Amador Sánchez se fije en mí para sumarme a un plantel con intenciones de quedarse con el torneo o de poder llegar a primera división. -¿Cómo te recibió la gente de Atlético?, más allá de los dirigentes, te pregunto en especial por los hinchas que nunca te trataron con mucha simpatía.-Sinceramente, muy bien. A pesar de la rivalidad que hay entre Rafaela y Unión de Santa Fe, y el buen paso que tuve por allá, la gente se ha creado una gran expectativa, tiene mucha ilusión y me ha dejado ver que confían mucho en mí. -Llegás a un plantel joven en el que seguramente vas a ser un referente...-Siempre digo que para que yo esté bien, mis compañeros tienen que estar bien y eso hace que a la hora de entrenar, si bien uno ya no puede correr como un pibe de 20 años, la exigencia es al máximo. Vengo entrenándome para cumplir con las expectativas que se han creado con mi llegada, no sólo en la gente sino en los dirigentes que se han jugado una parada muy grande a la hora de traerme.

-Está claro que el déficit de Atlético en la primera rueda fue el gol y por eso los dirigentes se fijaron en alguien como vos, que sos precisamente sinónimo de gol...

-El peor error que se puede cometer es vivir del pasado y decir: si a mí, en el Nacional B, con Unión me fue bien, acá tiene que ser igual.