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El despliegue policial sorprendió anoche a las mismas personas que el 13 de febrero vivieron de cerca el brutal asesinato de una empleada de comercio.
José Luis Pagés
Un procedimiento policial sorprendió anoche a los vecinos de un sector de la ciudad altamente sensibilizado por la reiteración de hechos delictivos, como es la esquina que forman las calles Francia y Mariano Comas.
Las mismas personas que recientemente vivieron de cerca el espantoso crimen perpetrado en el almacén La Gallega fueron sacudidas por otra noticia alarmante anoche, cuando alrededor de las 21 corrió una voz: delincuentes en fuga habían buscado refugio en la manzana.
Precisamente, la presencia de los malvivientes había sido detectada por un agente de policía que cuida el sector desde de febrero, después de que la empleada de comercio Sandra Vergara fuera brutalmente asesinada por un asaltante.
Con ese oscuro recuerdo, los vecinos salieron a la calle para observar una vez más cómo la policía rodeaba el área comprendida entre las calles Mariano Comas y Francia, hasta las vías del ferrocarril.
Los uniformados arribaron al lugar encabezados por el comisario Juan Hek, jefe de la URI, tomaron posición y esperaron a que el juez de instrucción librara una orden de allanamiento para irrumpir en uno de los departamentos.
Los policías habían ocupado el pasillo donde se escondían los asaltantes de un kiosco ubicado en Crespo y Saavedra, pero chocaron con la negativa de la dueña de casa cuando quisieron entrar al inmueble.
Alertado en forma radial acerca del asalto y fuga de dos delincuentes en motocicleta, el custodio de La Gallega pudo reconocerlos e indicar a sus compañeros el lugar preciso donde aquéllos habían buscado refugio.
Después, los vecinos pudieron ver cómo a pocos pasos de La Gallega los agentes se llevaban detenidos a dos jovencitos y cargaban con una motocicleta Honda Bizz, el rodado utilizado para escapar de la zona céntrica.
Esta mañana también se pudo saber que en el curso del allanamiento practicado anoche en uno de los departamentos de calle Francia al 3700 los agentes de la URI secuestraron un temible revólver 40.40, arma con la cual habían amenazado peligrosamente al kiosquero asaltado.
El episodio de anoche siguió al procesamiento del joven albañil detenido por la Policía en el marco de la investigación del crimen consumado en La Gallega, noticia publicada por este diario en su edición de ayer.
