Región: REG-01
Alarma la pérdida de fertilidad del campo
Nutrir el suelo es reforzar el capital
Un campo mal nutrido se detecta por los "manchones" que se forman donde se depositaron heces u orina de animales. Foto:Gentileza Ing. Agr. Hubo Fontanetto.

A la caída en los niveles de materia orgánica se agrega que en cada campaña sólo se repone parte de los nutrientes que se llevan los cultivos. La recuperación es posible pero requiere inversión. Una práctica recomendable que sabrán agradecer las futuras generaciones.

Juan Manuel Fernández - [email protected]

Es poco frecuente encontrarse con datos sobre el impacto que ha tenido en el suelo la llamada "segunda revolución de las pampas". Más recurrente es saber que el salto cualitativo y cuantitativo de la agricultura en los últimos 20 años, producto de la incorporación de nuevas técnicas y tecnologías, derivó en mayores cosechas y mejores rindes, sin que se mencione la aceleración en la pérdida de fertilidad iniciada en la "primera revolución", 150 años atrás, con la llegada de los colonos a trabajar la tierra.

Sin embargo las mediciones se hacen; los datos están y son preocupantes. Lo más sensible es la pérdida de materia orgánica (MO), del orden de 2 a 3% en el país, a causa de los sistemas de labranza inapropiados (laboreo tradicional), escasa incorporación de gramíneas en las rotaciones y un inadecuado manejo del "balance de nutrientes" (equilibrio entre lo que un cultivo se lleva en cada cosecha y su reposición).

Para tener una dimensión económica del fenómeno, cabe considerar que cada punto porcentual que se pierde de MO se lleva de cada hectárea agrícola 1.200 kilos de nitrógeno (2.610 kilos de urea), 100 kilos de fósforo (500 kilos de SFT) y 80 kilos de azufre (445 kilos de yeso agrícola). Suponiendo que hubiera que reponer estos nutrientes de una vez, a los precios actuales, la inversión en fertilizantes ascendería a u$s 6.900 por hectárea (ver detalle en el cuadro).

Según un trabajo realizado por los ingenieros agrónomos Hugo Fontanetto y Agustín Bianchini, en Santa Fe la tasa de reposición de nutrientes es deficitaria, "y el resultado final es la degradación de la fertilidad de los suelos que provoca una disminución de los rendimientos y la sustentabilidad de las explotaciones agropecuarias". El estudio se titula "La necesidad del Balance de Nutrientes en Sistemas Agropecuarios Sustentables" y estima que, sólo en la campaña 2003/04, la provincia "exportó" (el término refiere a lo que "salió" de la tierra) nitrógeno, fósforo, potasio, azufre, magnesio y calcio por un valor total de u$s 160.581.658.

Difusión y transferencia

A los fines de promover la toma de conciencia, vale definir qué es un "balance de nutrientes": "es la diferencia entre cantidad de nutrientes que entran y que salen de un sistema definido en el espacio y en el tiempo", precisan los autores. Sabido es que se extraen a través de los cultivos y se incorporan por distintas vías: mediante fertilizantes, por aire (en el caso del nitrógeno) o como abonos orgánicos.

¿Cuanto se repone de lo que se saca en Santa Fe? En el período 1996/2001 sólo se repuso el 25/30% de nitrógeno, 40/45% de fósforo, menos del 1% de potasio y 7 a 10% de azufre. "No existe una estrategia de fertilización que tienda a la reposición de los nutrientes exportados y menos aún alcanzar el umbral mínimo de disponibilidad de los nutrientes deficientes", aclaran los autores.

En diálogo con Campolitoral, Hugo Fontanetto (especialista en fertilidad de suelos del INTA Rafaela) opinó sobre la actitud del productor medio respecto de la reposición de nutrientes. "En los últimos 5 años vemos que van adquiriendo esta práctica, pero todavía falta mucho. Uno que está en esto quisiera que se use mucho más fertilizante por hectárea, ya que el deterioro químico que estamos viendo en todo los suelos del país es bastante alarmante".

La pregunta obligada es si la inercia de los productores responde a una escasa conciencia sobre el tema o a la poca predisposición a invertir en fertilizantes. "Aunque parezca raro, lo que falta es una mayor difusión y trasferencia (extensión) de los conocimientos que se han ido generando en los últimos 20 a 25 años". Fontanetto también realza la importancia de los investigadores, sobre todo en los trabajos en campos de productores, porque "cuando se ven los resultados en esas parcelas la adopción es bastante rápida".

Alerta rojo

Para que se comprenda la dimensión del problema, el especialista recordó que los niveles originales de fósforo en el centro santafesino oscilaban entre 70 y 80 partes por millón (ppm) "y ahora en el centro Este estamos entre 15 y 25 ppm; y si tomamos la ruta 11, desde Reconquista hasta Rosario, está en niveles de 6 a 8 ppm, es decir que ahí el suelo es severamente deficiente en fósforo".

Por otra parte, es igual de alarmante el nivel de materia orgánica (MO) en algunas regiones. Mientras que los niveles originales rondaban un 5 o 6%, en la actualidad promedian entre 2 o 2.5%, "a lo sumo 3% en la zona de Rafaela, donde los suelos son más fértiles".

En pocas palabras, Fontanetto resume el cuadro en forma contundente: "quiere decir que en 70 u 80 años hemos destruído la mitad de la materia orgánica del suelo; si uno le empieza a meter números y transforma esa MO perdida en equivalentes de nitrógeno, fósforo y azufre, hemos perdido -más o menos- u$s6.000 por hectárea, lo cual abre un alerta rojo".

Una gran ayuda para frenar el deterioro y pérdida de MO lo brindó en los últimos años la incorporación de la Siembra Directa (SD), pero todavía queda trabajo por hacer. Para Fontanetto hace falta incorporar otras dos patas para un esquema sustentable: la rotación de cultivos incluyendo gramíneas y un manejo adecuado de la fertilización de los cultivos. "Si alguna de esta patas falta el planteo agrícola no es sustentable; estamos todos arriba de esa mesa y si falta una de las patas nos caemos todos".

Querer o poder

Aunque el daño es serio y la preocupación mayor, todavía se puede tomar cartas en el asunto y empezar a recuperar los suelos. Al menos eso es lo que cree Fontanetto, para quien "siempre se está a tiempo". Para ello hay que considerar que "existen dos realidades muy distintas" en el centro santafesino. A grandes rasgos podría citarse la localidad de Nuevo Torino como punto de inflexión: al Este la degradación química es mucho mayor que al Oeste. "Entonces en la zona centro Oeste, Rafaela o San Francisco (Córdoba), hay que mantener la fertilidad de los suelos y eso pasa más por querer hacerlo que por poder, es una cuestión de actitud y no resulta tan caro. Pero en el Este hay que recuperar suelos, porque perdieron muchísima fertilidad y en su origen eran más pobres, entonces ahí no pasa por querer, sino por poder hacerlo, porque es muchísimo más caro", explicó el especialista.

Tal es la magnitud de la carencia que, aún antes de realizar el análisis de suelo, para encarar cualquier cultivo es necesario calcular un mínimo de 100 kg/ha de superfosfato triple o fosfato diamónico. Pero si de gramíneas se trata, además tiene que ir acompañado de 150 kg/ha de urea "a mansalva" y 100 kg/ha de yeso. En suma, se trata de una mezcla de 350 kg/ha de fertilizante, equivalente a una inversión de u$s 100 a 180/ha.

Fontanetto tiene claro que la posibilidad de recuperar suelos está directamente relacionada con el bolsillo del productor, pero también lo subordina al sistema de explotación. Por un lado la disparada de 120% de los fertilizantes fosfóricos en los últimos 8 meses "tira todos los números abajo". Y la otra complicación es según el campo sea propio o arrendado. En el primer caso "da para hacer cualquier cosa", pero para los inquilinos que pagan entre 12 y 18 quintales de soja "es mucho más complejo y el que tiene que tomar conciencia es el dueño del campo". A su criterio, los propietarios debieran ceder algunos quintales del alquiler ("2, 3, 4, no se cuantos", dice el experto) para que el contratista los incorpore al suelo en fertilizantes. "Porque los dueños de los campos son los que vienen dentro de 50 o 60 años, los nietos y bisnietos, y no podemos darnos el lujo de quedarnos con la rentabilidad futura de ellos; tenemos que dejarles algo que todavía sea productivo".

El hombre del alcancía en el suelo< EL AGRóNOMO ME DECíA 100 O 150 KILOS Y YO PONíA 300", RECUERDA HILGERT. OTRA ANéCDOTA CUENTA QUE LOS TéCNICOS DE AFA LE PIDIERON PRESTADO UN LOTE PARA REALIZAR UN ENSAYO DE FERTILIZACIóN, PERO LUEGO DEL ANáLISIS DE SUELO CORRESPONDIENTE SE VIERON OBLIGADOS A RECHAZARLO PORQUE TENíA 120PPM DE FóSFORO, UN NIVEL QUE HUBIERA IMPEDIDO VER "RESPUESTAS" A LAS PRUEBAS.ENTRE SUS LOGROS PRODUCTIVOS, ALCIDES EXHIBE UN CRECIMIENTO DE 5 A 7 LITROS POR VACA O DESMPEñOS AGRíCOLAS DESTACADOS, COMO SOJAS GRUPO 8 DE 40 QUINTALES.EN LA ACTUALIDAD, EL TAMBO SE DESARROLLA CON 670 VACAS TOTALES (550 EN ORDEñE) EN 400 HECTáREAS, A UN PROMEDIO DE 12.000 KILOS DE LECHE/HA/AñO. EL MANEJO SE BASA EN UN EFICIENTE PLANTEO DE ROTACIóN QUE ARRANCA CON LA SIEMBRA DE ALFALFA, A LOS TRES AñOS SE PASA A RAIGRáS Y LUEGO SE SIEMBRA MAíZ DE SEGUNDA, AL QUE LE SIGUE UN MAíZ DE PRIMERA, ANTES DE VOLVER A COMENZAR CON LA ALFALFA. PARA LOGRAR ESA INTESIVIDAD, SE TRABAJA MUCHO CON FERTILIZACIONES FOSFORADAS Y ENMIENDAS DE YESO AGRíCOLA (SULFATO DE CALCIO). LA ROTACIóN ES NECESARIA PARA PRODUCIR VOLUMEN, CALIDAD Y ESTABILIDAD DURANTE EL AñO DE UN FORRAJE DE ALTA CALIDAD, SUFICIENTE PARA SOSTENER LA CARGA ANIMAL DE 1.7 EV/HA.>

%sImpacto "antisustentable" del conflicto gobierno-campo

Para la asesora técnica de AFA Humboldt, Edith Weder, la crisis en el campo es una doloroso freno al entusiasmo que empezaban a mostrar los productores ante la reposición de nutrientes. "Estaban trabajando excelente, pero ahora está todo frenado. Trabajamos durante mucho tiempo para generar conciencia, como 20 años, y ahora que se había logrado la reacción, que además iba acompañada con réditos económicos, se estanca todo", se lamentó.

Pérdidas de nutrientes de la Materia Orgánica

La disminución de un 1% de materia orgánica implica la pérdida de:

*1200-1400 kg/ha de N (Urea: 2.600 kg): u$s 1.460.

*100-120 kg/ha de P (PDA: 600 kg): u$s 800.

*70-80 kg/ha de S (Yeso: 400 kg): u$s 40.

TOTAL: u$s 2.300

En promedio se perdió 3 % de M. O. , entonces u$s 2.300 x 3: u$s 6.900/ha