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SALUD
Prevenir es mejor que curar
Insuficiencia cardíaca. Más del dos por ciento de la población mundial mayor de 65 años sufre esta afección como consecuencia, entre otros factores, del envejecimiento del corazón y las arterias; característica que a su vez se asocia a los efectos que el paso del tiempo provoca también en otros órganos. Una vez pasados los 75 años la prevalencia alcanza al 10% de los hombres y mujeres. fuente: agencia pro salud news.

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La prevalencia de Insuficiencia Cardíaca (IC) -afección cuyo principal síntoma es la disminución del flujo de aire y de la capacidad de esfuerzo mientras se realizan actividades que habitualmente no serían agotadoras- es cada vez mayor en la población de adultos mayores. De hecho, según los más importantes registros de prevalencia de afecciones cardíacas, tanto europeos como americanos, esta condición afecta al dos por ciento de la población mundial por encima de 65 años; y al 10 por ciento de los mayores de 75.

"La posibilidad de detectar Insuficiencia Cardíaca en los pacientes añosos es mayor porque se trata de una condición que en sí es una expresión de envejecimiento. Esto quiere decir que se desarrolla progresivamente a medida que pasan los años como consecuencia de una combinación de factores: las arterias son más viejas y rígidas; los riñones son más viejos, y el corazón que también es más viejo presenta cambios morfológicos que se manifiestan a partir de mayor fibrosis, mayor masa ventricular, mayores alteraciones en el sistema de conducción, mayor fibrilación y lentitud en la relajación. Éstas son algunas de las causas por las cuales la capacidad de esfuerzo comienza a verse disminuida", explicó el doctor Jorge Thierer, jefe de la Sección de Insuficiencia Cardíaca del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires.

"Pero no debemos olvidarnos que cuántos más años se tienen, mayores probabilidades de desarrollar comorbilidades hay. Por eso tratamos con pacientes que además pueden tener hipertensión arterial, diabetes o enfermedad coronaria que además es una de las principales causas de desarrollo de IC", continuó el especialista.

Sin embargo, el hecho de que se trate de una afección propia del paso de los años, no significa que no se pueda hacer nada. Por el contrario, comenzar a trabajar en la prevención desde la juventud e incluso la adolescencia, modificando la dieta y realizando actividad física, es sumamente importante.

Igualmente, más allá de eso, también existen herramientas de detección precoz que deben ser tenidas en cuenta pues, tal como afirmó el doctor Thierer, "cuando se llega a anciano y la IC ya está instalada, es tarde para empezar a trabajar. Por eso, tenemos que hacerlo antes controlando los factores de riesgo: si comemos con menos sal y además ingerimos menos grasas e hidratos de carbono, podemos controlar las posibilidades de desarrollar hipertensión arterial y diabetes, por ejemplo".

Un diagnóstico adecuado

En cuanto a las posibilidades de detectar la IC, el especialista consignó: "Advertir a tiempo la aparición de las enfermedades coronarias, así como también abordar los infartos a tiempo y destapar las arterias más rápidamente es muy importante".

Para eso, el primer paso consiste en hacer un diagnóstico adecuado de las condiciones que pueden favorecer la aparición de la IC, evaluando especialmente a cada paciente. Esta instancia se cumple valiéndose de dos estudios esenciales: el ecocardiograma convencional o doppler -que evalúa, entre otras cuestiones, las medidas del corazón, su capacidad de contraerse, de relajarse y la presencia de enfermedades valvulares-; y la prueba de esfuerzo que permite determinar puntualmente si existe o no disminución de la capacidad respiratoria y de esfuerzo.

"Realizar consultas médicas periódicamente es una cuestión fundamental para poder abordar las enfermedades valvulares en forma precoz, sobre todo si tenemos en cuenta que con cada década que pasa el riesgo aumenta. De cualquier manera, podemos decir que el grueso de los pacientes afectados por la IC se encuentra entre los 65 y 75 años, encontrándose diferencias entre hombres y mujeres pues entre los varones el antecedente de haber tenido un infarto de miocardio, pesa más; mientras que en el sexo femenino, como la expectativa de vida es mayor, se observa un mejor pronóstico en cuanto a la conservación de las funciones cardíacas", concluyó el doctor Thierer.

Más información:- Sociedad Argentina de Cardiología (SAC): http://www.sac.org.ar- Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA): http://www.icba-cardiovascular.com.ar

Consejos útiles

El aumento de la prevalencia de IC a medida que pasan los años es un dato alarmante, pero más grave aún es que por cada paciente diagnosticado existe uno o dos con deterioro de la capacidad del corazón que todavía no lo saben.

Partiendo de ese punto, los especialistas de la salud cardiovascular elaboran permanentemente breves guías de consejos que pueden ayudar a proteger el corazón y las arterias, pero a su vez actuar como "disparadores" a la hora de reflexionar y tomar conciencia, no sólo sobre lo que cada persona hace o no hace por cuidarse, sino fundamentalmente sobre la importancia de visitar periódicamente al especialista:

•No fumar •Controlar la presión arterial •Tratar la diabetes •Mantener cifras normales de colesterol •Evitar el consumo exagerado de alcohol •Consultar rápidamente ante la aparición de edema o de disminución de la capacidad de esfuerzo