En un estudio que se realizó durante los últimos dos años en la Argentina (a cargo de Procter&Gamble Beauty), se detectó que no se puede hablar de productos "anti-age" como una cuestión generacional, ya que fueron innumerables los casos de jovencitas de alrededor de 20 años que presentaban una piel absolutamente dañada y que debían utilizar este tipo de productos. Y, al mismo tiempo, se encontraron pieles de mujeres de 40 años en muy buen estado.

También se comprobó que la mayoría de las mujeres argentinas comienza a cuidarse la piel recién después que aparecen las primeras líneas faciales. Y que le dan muy poco tiempo y continuidad a estos cuidados. En el mejor de los casos si llegan a limpiarse el cutis diariamente, sólo lo hacen en el rostro, olvidando el cuello y el pecho (que cómo bien se sabe, es un trío inseparable).

Según la médica dermatóloga Rosi Flor, "deberíamos comenzar a cuidarnos la piel desde pequeños (hombres y mujeres), algo así como lavarnos los dientes". De esa manera "no se utilizarían tanto las cirugías estéticas, como sustitución de una falta de cuidado durante toda una vida, cómo habitualmente se hace".

Por otra parte, la socióloga especialista en tendencias sociales Susana Saulquin nos dice que estamos ante la presencia de un cambio de "mujer". Se estima que estará culminado ese proceso de transformación alrededor del año 2020.

La mujer actual esta vista cómo alguien que está absolutamente influenciada por los condicionamientos sociales, con mucha diversidad en su vida (estudiante, madre, profesional, esposa, etc.) pero sin tener las riendas de lo que realmente quiere; vive rindiendo exámenes ante el resto, con una presión enorme de tener que demostrar que puede y, por otra parte, con una exigencia absurda que ella misma acepta, en la cual no sólo se tiene que ver bien, sino también joven, como si ese estado fuese el único aceptado por la sociedad.

Volviendo a la nueva mujer, ésta tendrá mayor autoestima, más libertades sobre lo que desea, no se expondrá a las demandas de los demás y. por sobre todo, tendrá una característica muy interesante: logrará "concentrarse en sus actividades" y esa diversidad que hoy le juega en contra será utilizada en su beneficio.

"¿Qué significa esta situación?, que las mujeres están aprendiendo que tienen que cuidarse con la alimentación, no para verse flacas -actualmente sinónimo de belleza-, sino para sentirse más saludable, para mejorar la calidad de vida. Esta nueva mujer va a cuidar meticulosamente su piel, porque eso entre otras cosas- le va permitir estar en armonía con lo que es y con su edad, ya no va a necesitar verse de 20 años. Va a llevar con orgullo la edad que tenga y su buen aspecto", señaló la Dra. Flom.

En esta búsqueda y en esta transformación, existe una tendencia que lleva a la mujer a utilizar productos, prendas, instrumentos, que tengan doble utilidad. "Por ejemplo, en la moda textil se impone el doble faz (ropa que se puede usar de los dos lados), pantalones con doble cierre o doble cintura, zapatillas con doble cordones y, en lo que hace a la cosmética, los productos tienden a cumplir varias funciones, como una manera se simplificar esta tarea y permitir que se lleve a cabo", destacó la Socióloga Saulquin.