Sucesos: SUCE-01
Soledad Chávez, hija de Hilda Palacios
Santafesina recuerda a su madre en el juicio contra Menéndez
Soledad Chavez, hija de la santafesina Flora Palacios, quien fuera secuestrada y asesinada en Córdoba junto a otros tres militantes del PRT, declaró esta semana en el juicio contra el ex general Luciano Benjamín Menéndez.

Soledad Chávez, hija de Hilda Flora Palacios, una de las víctimas por las que son juzgados Luciano Menéndez y otros siete acusados de delitos de lesa humanidad, dice que recuerda a su madre sólo por "una foto, en un cartel, con la fecha de la desaparición".

La mujer, que declaró ante el tribunal que lleva adelante ese juicio, tenía un año y dos meses de edad cuando Palacios fue secuestrada por el Grupo de Operaciones Especiales (OP3) del centro clandestino de detención La Perla, el 6 de noviembre de 1977.

Después, el 15 de diciembre, Palacios fue asesinada con su pareja Humberto Brandalisis y con Carlos Lajas y Raúl Cardozo, todos, como ella, miembros del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).

Soledad contó que el día del secuestro de su mamá estaba con su hermana Valeria (por entonces de 3 años) en la casa de un matrimonio amigo: Víctor Olmos (ya fallecido) e Irma Ofelia Juncos. "¿Qué significó haber sido hija de desaparecidos?", le preguntaron a la hija de la víctima. Y respondió: "Por encima de todo, el dolor y el horror fue la ausencia del sostén, del respaldo, una desconexión espantosa de no saber de dónde venís ni quién te engendró, el sentirse realmente sola en la vida desde muy pequeña".

"Sentirse diferente, ir a la escuela y saber que no estaba en las mismas condiciones que los otros niños. El vacío de pensar que tu madre es una foto... con una cara sonriente, atemporal, donde van pasando los años y siempre está igual, que no envejece, ni se ríe ni llora...", narró.

Antes de perder a su madre, oriunda de Santa Fe, Soledad y Valeria habían sufrido en 1976 la desaparición de su padre, Héctor Gerardo Chávez, quien también era del PRT.

En 2005, con una muestra de sangre extraída a Soledad, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) contrastó su ADN con los de restos óseos sepultados en una fosa individual del cementerio de San Vicente. Eran de Hilda Flora Palacios, quien se convirtió en la quinta de los hasta ahora 14 identificados.

Consultada sobre la restitución de los restos de su madre, Soledad, criada junto a su hermana por sus abuelos maternos, dijo: "Estar presente ahí me dio paz, después de haber vivido la incansable búsqueda y la angustia en la que estuve sumergida toda mi niñez, el horror de la cara de mi abuelo ante nuestras preguntas".

En el marco del juicio también declaró el ex conscripto Julio Carlos Suárez. Como chofer de un camión del Batallón de Comunicaciones 141 de Córdoba, donde realizaba el servicio militar, Suárez presenció una emboscada en la que murió un cabo, y fue detenido acusado de "haber entregado" la unidad, por lo que posteriormente fue conducido a los centros La Perla y Campo de la Ribera "para ver si reconocía algún guerrillero".

Suárez sólo reconoció a Menéndez, quien dijo que "iba a comer asados frecuentemente al Casino de Oficiales" mientras él realizaba la conscripción, en 1975/1976. También declaró una testigo clave del secuestro de Palacios, aunque no aportó precisiones con respecto a declaraciones que ya había efectuado en 2002, cuando la causa comenzaba a ser impulsada por la fiscal Graciela López de Filoñuk.

La testigo fue Irma Ofelia del Valle Juncos, quien junto a su esposo Víctor Olmos (fallecido años atrás) estuvo detenida una noche en un lugar que podría ser La Perla, en simultáneo con el secuestro Palacios, hace casi 32 años, confesó: "Ustedes discúlpenme, pero no recuerdo mucho. Quedé shockeada después del accidente en el que murió mi marido y desde entonces no recuerdo mucho", dijo Juncos.

Otro ex militante del PRT, Marco Mayta, también compareció esta semana ante el tribunal. En este proceso son juzgados Luciano Menéndez, Hermes Rodríguez, Carlos Vega, Ricardo Lardone, Jorge Acosta, Luis Manzanelli, Carlos Díaz y Oreste Padován.