Ante una multitud, en el estadio Olímpico de Córdoba

RETROCESO
Con un try apoyado sobre el mismísimo epílogo, el Seleccionado de Rugby de Italia venció a su par de Argentina por 13 a 12, en el test-match que cerró la primera Ventana IRB de la temporada 2008. Ante un adversario rudimentario, Los Pumas pagaron un duro precio a una actuación deficiente, en la que los 23 penales cometidos (cifra impropia del ámbito internacional) y la carencia de protagonismo en el grueso del desarrollo resultaron determinantes. Amén que se trata un de proceso que apenas está comenzado a engendrarse, la segunda derrota consecutiva en la serie de tres partidos (un triunfo y una caída ante Escocia), ocasionará la pérdida del tercer puesto que Argentina ostentaba en el Ranking de la International Rugby Board.

Con una producción que distó de ser la ideal, aún en este período de transición que vivencia, el Seleccionado Argentino de Rugby cayó ayer ante su par de Italia por 13 a 12, sufriendo de esta forma la segunda derrota consecutiva en el cierre de la primera Ventana IRB de la temporada 2008.

Más allá de que Los Pumas no fueron menos que el rudimentario elenco azzurro, la desazón generada por un resultado encuentra justificación plena en la modestísima actuación cumplida por las huestes de Santiago Phelan, que con el test-match de la víspera suma un éxito y dos derrotas en su flamante condición de head-coach.

El primer tiempo proyectó una sobria tarea colectiva albiceleste, en la que el mérito principal fue mantenerse fiel a una estructura táctica adecuada: no sólo al viento que condicionó las acciones, sino también a este tiempo de recambio que vivencia el extenso plantel seleccionado.

El 12 a 3 a favor del parcial fue absolutamente justificado, e inclusive debió ser un poco más amplio, atendiendo a que prevaleció en la obtención de la pelota. Como contrapartida, la dificultad principal fue la sumatoria de infracciones cometidas por un equipo que por más que tenga muy pocos parangones con el que alcanzó el tercer puesto en la VI Rugby World Cup, evidentemente debería estar preparado para no reiterarse en un ítem de tanta relevancia en el contexto internacional actual.

Para colmo de males, cuando promediaba la etapa inicial perdió al talentoso Juan Martín Hernández, quien debió retirarse con una fractura en su mano derecha, justo en el día de su retorno al seleccionado nacional. Lesión que le demandará al multifuncional back del Stade Francais, no sólo una intervención quirúrgica en el curso de la semana entrante; sino también un proceso de recuperación estimado en aproximadamente sesenta días.

Ese momento quizás haya marcado un punto de inflexión en la producción argentina, ya que jamás encontró el rumbo como para establecer diferencias adecuadas a las características de uno y otro contendiente.

En cambio, La Nazionale sumó sacrificio, entereza y algunos aciertos aislados para acceder a un 6 a 12 que, amén de las ocasiones desperdiciadas vía kick del anfitrión, permitió mantener latente la oportunidad de cambiar el destino del discretísimo test-match, presenciado por una multitud en el excelente escenario cordobés.

El premio para el equipo europeo llegó sobre el mismísimo epílogo, cuando a pura convicción mutó penales por apuestas en un pack de forwards que resultó clave para apoyar el ensayo que permitió alcanzar la quinta victoria del historial entre ambos.

Más allá del dolor de una derrota ante un adversario inferior, que ocasionará la pérdida del tercer puesto en el Ranking de la International Rugby Board, Los Pumas evidenciaron una evidente pérdida de identidad rugbística, para lo que obviamente mucho tiene que ver una etapa de recambio generacional.

A la que sin dudas, habrá que rodear de paciencia desde todos los ámbitos, atendiendo a que se trata de un proceso que apenas a comenzado y que por ende está intentando direccionarse hacia el horizonte más adecuado.