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La amenaza continúa tras la cumbre en Chile
Sin acuerdo ballenero
Algunas especies, como la ballena jorobada, seguirán en franco peligro de extinción. Foto: Archivo El Litoral.

Miles de ballenas -algunas bajo peligro de extinción- seguirán siendo cazadas cada año, luego de que no pudieran acordarse medidas de protección para los cetáceos en la reunión de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), que se celebró esta semana en Santiago.

Japón, el principal cazador de ballenas, afirmó que seguirá con su programa de captura científica de cetáceos, por medio del cual procesa unas 1.000 ballenas cada año.

""Japón continuará con sus programas de investigación en la Antártida y en el noroeste del Pacífico, así como también con la caza sustentable de las especies cetáceas no suscritas a la CBI en aguas japonesas", dijo a la AFP el vocero de la delegación japonesa, Glenn Inwood.

Noruega e Islandia también cazan ballenas, en abierto desafío a la moratoria sobre su captura que la CBI instauró en 1986, al igual que comunidades aborígenes de Estados Unidos, Rusia y Groenlandia, que siguen cazando cetáceos con fines de subsistencia.

La CBI autoriza la caza científica de ballenas y permite la utilización de la carne sobrante. La organización autoriza además ciertas cuotas de captura a diversas comunidades aborígenes, pero existen denuncia que todos los países hacen una utilización comercial de estos programas de caza.

Ninguna moción de condena o un plan para revisar los programas científicos prosperó en la reunión de Santiago, tras el acuerdo entre los 80 países que integran la CBI para no presentar propuestas controvertidas.

El acuerdo hundió una propuesta de países conservacionistas para instaurar un santuario ballenero en el Atlántico Sur, desde el Ecuador hasta la Antártida, y dejó fuera una iniciativa de Japón para pedir la autorización de caza en cuatro localidades costeras niponas.

Sólo se sometió a votación una propuesta de Groenlandia para ampliar en 10 el número de ballenas jorobadas -en peligro de extinción- que está autorizada a cazar. La iniciativa fue rechazada. El consenso dejó en statu quo la actual situación de las ballenas, con muchas especies amenazadas de extinción, y evitó los tradicionales enfrentamientos al interior de la CBI entre conservacionistas y cazadores.

No obstante, se aprobó la creación de un grupo de trabajo formado por 24 países para revisar en dos meses más los aspectos controvertidos, un resultado mediocre y que sólo beneficia a Japón, de acuerdo a conservacionistas.

""La CBI perdió el rumbo al aceptar este statu quo que beneficia sólo a los países balleneros", señaló a la AFP Elsa Cabrera, del Centro de Conservación Cetácea de Chile.

""La CBI seguirá fracasando si los países balleneros no respetan el principal objetivo de su creación: el regular la caza y conservar las poblaciones balleneras. Japón seguirá teniendo el poder de vetar la posición de la mayoría de los países conservacionistas", agregó.

La organización ecologista Greenpeace valoró en cambio el acuerdo.

""Aunque haya sido poco lo que se logró, estamos esperanzados en los grupos de trabajo. Pero está claro que todo depende de los países tomen conciencia del desastre ecológico que implica la caza de cetáceos", dijo el delegado de Greenpeace, Philo Maack, a la AFP.

La reunión del grupo de trabajo se realizará en septiembre, en una fecha y lugar aún a determinar. De este encuentro deberían salir propuestas para la próxima reunión de la CBI de 2009 en Portugal.

AFP