Opinión: OPIN-02
Apuntes de política provincial
Explosión de ciudadanía
Teresa Pandolfo

En la semana que pasó tuvo lugar en Rosario el Precoloquio de Idea. Un espacio que reúne a empresarios de sectores diversos para analizar temas que se consideran centrales para el desenvolvimiento del país.

En esta ocasión, el encuentro fue atravesado por la sensación de que, nuevamente, la Argentina podría perder dos oportunidades históricas: una, la ubicación de sus alimentos en el mundo, si no cambia algunas políticas comerciales; y la más importante: perder definitivamente la república.

El conflicto del gobierno con el campo abrió los ojos de muchos más que los implicados en las retenciones móviles que impuso la administración kirchnerista el 11 de marzo pasado. En realidad, el diferendo quedó presente y latente; pero, por primera vez, temas tales como que los poderes de Estado deben funcionar respetando sus competencias originales, los riesgos de un excesivo presidencialismo o la inconveniencia de gobernar sin intervención del Congreso, entre otros, fueron asumidos como cuestiones que afectaban la vida diaria Äla inflación, entre ellasÄ. Se ha dado una explosión de ciudadanía frente a estilos y medidas que traspasaron límites.

Se señala lo dicho sin modificar lo que desde "Apuntes..." se expuso en entregas anteriores: si no hay un cambio en la resolución N´ 125 que se envió al Congreso, no habrá una solución al conflicto agrario.

Fenómeno social

Lo ocurrido en la ciudadanía ha corrido los límites que habían fijado las retenciones y esta nueva situación emerge como un fenómeno social. En la actualidad, no sólo los constitucionalistas, periodistas y algunos interesados en las materias institucionales plantean que hubo un punto de inflexión respecto de la manera en que se debe desempeñar un gobierno y manifiestan un neto rechazo a un estilo de mandato basado en la consigna y la confrontación, cuando no también en la descalificación y el miedo.

En estos días, no les resulta sencillo a los hombres de la política conversar con la gente, sea del interior o de las grandes ciudades. En la contraparte, encuentran una interpelación sobre conductas, formas de proceder, posturas que van a defender.

El conflicto del gobierno con el campo paralizó la actividad económica en gran parte del país. Se están midiendo los efectos en la industria, el comercio y los servicios; en los ingresos municipales y comunales. No obstante, hay otro tipo de valor en juego, que es intangible y que también lleva su impacto en lo económico y social: la pérdida de la confianza en el gobierno y en sus seguidores.

El comentario que esta periodista más recibe es: "¿Sabe? Lo grave es que nos quedan tres años más de gobierno". Y quienes lo hacen tienen razón. ¿Alguien podía pensar el 1´ de marzo, por ejemplo, que sucedería lo que ocurrió luego en el país?

Como nunca, se pusieron al desnudo las consecuencias del denominado "doble comando", con toma de decisiones en el seno de un consejo partidario, y que se anuncian para el país como resoluciones. También, como nunca, hubo un visceral rechazo a las reuniones que se arman para tratar de esmerilar el trabajo del Congreso, o a los actos de piqueteros pagados para la defensa del gobierno nacional.

Pero, ¿por qué este fenómeno que se ha dado en el país es una oportunidad desde el punto de vista institucional?

Sin ir más lejos, por primera vez en muchos años Äpor lo menos, desde la reforma de la Constitución del '94Ä aparecen argentinos preocupados por el federalismo fiscal, aunque no se lo exprese con esos términos. Se observa, además, la convicción por recuperar una mayor institucionalidad. Como nunca, una forma de hacer política ha quedado vieja y desvalorizada, por más que sus protagonistas sean de generaciones intermedias.

¿Por qué, de repente, cobra fuerza la figura del vicepresidente Julio Cobos, cargo que durante años se ha buscado desnaturalizar? Porque, ante los gritos, los embustes, las presiones y los desplantes, el político mendocino expresó desde el principio la necesidad de buscar consensos, y siguió imperturbablemente el camino para lograrlo, pese a los escollos que se pusieron ante él.

Queda en manos del Congreso la oportunidad de ser intérprete de este sentir, fundamentalmente del interior, y de obrar en consecuencia. A esta altura de las circunstancias, el conflicto del gobierno con el campo ha quedado como un gran disparador. El fenómeno social y político que se comenzó a vivir cien días atrás lo ha superado. Los analistas políticos dicen que ya nada será igual para el gobierno de Kirchner. Así también, ya nada será igual para la Argentina, por más que la salida que se encuentre para el diferendo sobre las retenciones no satisfaga a todo el arco comprometido con el tema.

En el mismo Precoloquio de Idea, un empresario hotelero, Raoul Fenestraz, francés de origen, no tuvo tapujos en señalar que le llamaba la atención la capacidad de la Argentina para "destruir lo que construye". Rescató muchos valores encontrados en nuestro territorio, pero llevó al tapete del debate una de las aristas emergentes, la de las instituciones débiles que hemos aceptado tener y que ahora buscamos recuperar.

Lo que vendrá

Respecto de las retenciones, se estima posible que, para el martes por la noche, el bloque justicialista llegue a una postura interna consensuada. Según las fuentes consultadas, en la Casa Rosada y en Olivos se ha asumido que el proyecto será modificado, que hay una necesidad de hacerlo para resolver el conflicto con el campo. ¿Cuáles serán esas modificaciones?¿ Hasta dónde se darán? Esto es lo que se intentará resolver entre lunes y martes, conciliando proyectos que han tomado estado público, como el de los cordobeses que responden a Juan Schiaretti, o el que elabora Felipe Solá, o el que los mismos justicialistas santafesinos están tratando de armar con la participación de Walter Agosto, Jorge Obeid y otros. Algunos grupos de la oposición, no pertenecientes al núcleo duro de quienes van por el rechazo total del proyecto del Poder Ejecutivo, son partícipes de este esquema de trabajo.

"Hasta el viernes había una gran dispersión", confió un integrante de la bancada justicialista. "No ha sido poco que el PE tomase nota de que, tal como lo envió, el proyecto no prosperaría", agregó.

El centro del trabajo se ha trasladado a conciliar el abanico de modificaciones y acordar una alternativa por consenso. Una vez que se la alcance, la idea es llevarla al recinto lo antes posible. Como se ha dicho, mucho más que pérdidas económicas ha sido el saldo negativo de estos tres meses. Y el justicialismo ha tomado nota también de ello.