Escenarios & Sociedad: SOCI-04
PASARON SIETE MESES
Teatro Municipal: ¿qué pasó después de las denuncias?
En febrero, el intendente y su equipo citaban a cámaras y micrófonos para dejar constancia del estado de deterioro de una obra paradigmática, que había sido inaugurada poco tiempo antes, por la gestión de Martín Balbarrey. Incluso, la Justicia intervino en el hecho. En estos meses se realizaron algunos avances, pero otros problemas aún esperan resolución.

El año arrancaba con una denuncia mediática a gran escala: rodeado de funcionarios y técnicos, y ante decenas de periodistas, el intendente Mario Barletta planteaba un interminable listado de irregularidades, que salían a la luz al echar una mirada sobre las obras realizadas en el Teatro.

Butacas mal tapizadas, falta de terminaciones en las instalaciones eléctricas, maderas flojas en el escenario, nueve filtraciones en la Sala Mayor, deficiencias en la instalación sanitaria, grietas, pintura desprendida, falta de desagües: el panorama era desolador.

La restauración del Teatro había sido un estandarte de la gestión anterior. Sin embargo, los informes técnicos hablaban de -al menos- una deficiente elección de los materiales y de la mano de obra a la hora de concretar el trabajo, que habían derivado en semejante escenario.

Pasaron siete meses desde aquella denuncia. "Todavía queda mucho por hacer", asume el secretario de Cultura de la Municipalidad, Damián Rodríguez Kees. Y se resiste a ponerle un número, del uno al diez, a la etapa en la que se halla hoy el rescate del edificio. "Podría hablar de dos o tres puntos, pero resulta que esa cifra incluye muchísimo. Tomamos el criterio de hacer las cosas a fondo y resolver estructuralmente los problemas. Queda mucho por delante", advierte.

LO QUE SE HIZO

El "detrás de escena" fue el lugar elegido para comenzar a trabajar. La decisión tiene un motivo: uno de los objetivos de la actual gestión es generar una Ópera de Santa Fe, con producción propia del teatro, y cuyo estreno está previsto para el 27 de setiembre. Para ello, era necesario poner en funcionamiento los sectores que estarían involucrados en esta propuesta, y que estaban muy deteriorados.

La bomba que estaba apoyada en una silla y que provocaba pérdidas (ubicada en el sector que da sobre Juan de Garay) fue reemplazada por una cisterna nueva. Y se puso en marcha la carpintería: "Durante el tiempo que no se usó este espacio, la dirección del Teatro desarmó las máquinas y las preservó. Entonces, por suerte, a la hora de volver a armarlas estaban en condiciones", cuenta Patricia Pieragostini, subsecretaria de Programación e Industrias Culturales.

También se recuperaron los talleres de esceno-montaje y mantenimiento, en vistas a posicionar al teatro "como productor, como fábrica", en palabras de los funcionarios. El sector ubicado debajo del escenario fue puesto en condiciones de transitabilidad e iluminación: poco tiempo antes, el lugar alojaba basura y restos de las obras.

Otro de los espacios intervenidos es el foso: se volvió a limpiar y pintar, y se está arreglando el cielorraso y el proscenio (arco sobre la boca del escenario).

Las fallas en las instalaciones eléctricas fueron resueltas: se dispuso un tablero principal nuevo, y se solucionaron las goteras de ese lugar. Lo mismo ocurre con el sistema anti-incendio: se rehabilitaron dos motores que estaban engrifados por la humedad.

LO QUE FALTA

Uno de los ítems que integraba la lista era el de las maderas flojas sobre el escenario. "Estamos tratando de ver la posibilidad de hacer un recupero, antes de fin de año; y para el año que viene o el siguiente, un recambio total de los tableros", explica el director del Teatro, Miguel Novello.

En cuanto al retapizado de las butacas, se habían detectado fallas que se van resolviendo sólo en la medida en que se evidencia el deterioro. "La empresa que hizo el trabajo nos reconoce los problemas que van surgiendo", afirma Novello.

La pintura de los palcos ("Pasen el dedo y verán que se quedan con la pintura en la mano", decía Barletta en aquella oportunidad) es otro de los temas sin resolver: "Estamos viendo si ponemos fijador o no. Lo vamos a hacer en breve. El tema es que hay que esperar el receso, o algún momento bajo de la temporada donde no haya tanto movimiento", indica Rodríguez Kees.

Los sanitarios constituyen otro punto débil: los repuestos de los inodoros vienen de España, y no se consiguen. "En el mercado había diez, y nos los enviaron, pero tenemos que cubrir treinta sanitarios -afirma el técnico Gabriel Selvaggi-. De los diez que se arreglaron, las válvulas anduvieron bien. En cuanto a los otros, están funcionando, pero presentan pérdidas que generan humedades". En los baños, en tanto, se cambiaron los cielorrasos.

Otro de los temas a intervenir es la ventilación de la cocina de la confitería. En este caso, está en marcha una transferencia, que se concretará en pocos días ("quizá antes de la primavera"), según declararon los responsables. Faltan dos años para que se termine la concesión, pero el concesionario se la va a ceder a otro, que vendría a terminar el período. "Ya estuvimos hablando con la persona que se va a hacer cargo y lo pusimos al tanto de todas las necesidades. Él nos comunicó su idea de arreglar la entrada del bar, que está inconclusa, y de resolver el tema de la salida de la grasa a la terraza. El problema es que la campana no tiene los filtros adecuados. Entonces, veremos si con los filtros se soluciona el problema, o si es necesario relocalizar la salida", manifiestan los funcionarios.

En el hall se habían denunciado grietas y pinturas desprendidas. El lugar permanece en igual estado, e incluso comenzaron a evidenciarse algunas consecuencias propias del paso del tiempo. "La restauración no se hizo, en su momento, de modo adecuado. Entonces, se empezaban a notar los perfiles de hierro y el óxido, por la humedad. Las columnas que están a ambos lados de la puerta de entrada estaban todas húmedas abajo. Todo eso, para arreglarlo bien, merece un estudio específico, porque aparentemente el problema viene desde los cimientos", resume el secretario.

La conclusión pasa, según los responsables, por "una concepción distinta" de la puesta en valor: "Esto estuvo hecho para una vida a corto plazo. Quizá, para un trabajo a fondo, se hubiera tenido que pensar en otro tipo de intervención, que es lo que intentamos hacer".

El piano

Se invirtieron más de 20 mil pesos en su reparación. Y se corrigió la cuestión del espacio en el que permanece alojado: antes, estaba en una habitación completamente cerrada y húmeda. De hecho, se evidencia un estado de corrosión propio del ingreso de agua, ya que en esa misma sala se encuentran las bocas del sistema contra incendio. Ahora se dispuso un cuarto con rejas por las que pasa el aire de forma fluida. Se le realizaron las afinaciones pertinentes; se llevó el mecanismo a La Plata y se puso en manos de un técnico especializado. "La idea es que sea una misma mano la que intervenga en el mantenimiento del instrumento, más allá de los cambios en las gestiones", opina Rodríguez Kees.

"Estamos satisfechos: hemos podido recuperar el sonido original, que es metálico. El estado actual es bueno, aunque se cortan algunas cuerdas (que son originales) porque tienen corrosión. Habrá que ver cómo evoluciona en el tiempo y analizar si se justifica realizar otras inversiones", apunta Gabriel Lorenzi, encargado del mantenimiento del instrumento.

Los números

En la conferencia de febrero se anunció que las inversiones demandarían 500 mil pesos. Hasta ahora, el director del Teatro calcula que se llevan gastados aproximadamente unos 150 mil. Pero los números se van modificando en la medida en que avanzan los trabajos. "En el caso de la Sala Marechal, por ejemplo, habíamos presupuestado menos de 50 mil pesos. Pero, cuando hicimos el relevamiento completo y empezamos a intervenir, nos encontramos con gastos que no teníamos previstos", explican los funcionarios.

NATALIA PANDOLFO