Al margen de la crónica

¿Cráteres o baches?

Una vez más los baches de la ciudad se llevan una mención especial en las páginas de este diario. Pozos son los que sobran, pero pongamos como ejemplo la avenida Aristóbulo del Valle, desde su tramo inicial hasta el puente Negro: se parece más a cualquier ciudad del mundo en guerra y recién bombardeada, que a las calles que se deberían tener en la “pacífica” Santa Fe. También se los puede comparar, a los pozos, con los cráteres de la luna, pero como no sé cómo son ni nunca fui, tal vez nuestros huecos sean más grandes.

Recuerdo anuncios, muchos anuncios, miles de anuncios de la gestión municipal anterior y de la actual, que advierten sobre la inversión de fondos, de distinta procedencia, en bacheo y pavimentación. Pregunta obvia: si gastaron el dinero en eso, ¿porqué no se nota?

¿Alguien se dio una vuelta por barrio Candioti sur por estos días? Capaz que el que fue no me puede contestar porque anduvo por ahí, se cayó en un pozo y todavía no salió. Si algún santafesino nota la ausencia de un familiar, busque por el mencionado barrio.

¡Y Guadalupe oeste! Hace pocos días hubo líneas del transporte urbano de pasajeros que dejaron de circular por calle Padre Genesio, por las grietas y aberturas del pavimento.

Como recuerdan los concejales opositores, en cada oportunidad que tienen: “en la ciudad hay muchas flores, Santa Fe florece”. Sin pretender volverme “la máquina de impedir”, como decía el ex intendente Balbarrey, creo que no debemos perder de vista las prioridades. A un intendente, siempre se lo va a recordar mucho más por los baches que tapó, que por las plantas que colocó. Es nada más que una recomendación y una humilde opinión para que no sigan “floreciendo” los pozos.