A 30 años de la muerte de Mario Vecchioli

El poeta que inmortalizó

a la ciudad de Rafaela

Dueño de una producción poética ampliamente reconocida, se erige entre los grandes escritores oriundos de la provincia. En su trabajo “Silvas Labriegas”, logró una de las más profundas y ricas síntesis conceptuales sobre la significación de los inmigrantes.

Agencia Rafaela

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Hace poco se cumplieron tres décadas del fallecimiento del ilustre poeta rafaelino que a través de las letras dejó plasmada la rica historia de Rafaela y su región. Descendiente directo de padres inmigrantes, Mario Vecchioli dejó en sus “Silvas Labriegas” (1952) uno de los testimonios más profundos sobre la gesta de sus antepasados.

Mario Manlio Renato Federico Vecchioli, nacido el 25 de marzo de 1903 en Sunchales, fue el tercer hijo, primer varón, de una familia de nueve hermanos, frutos del matrimonio formado por Antonio Vecchioli (italiano oriundo de Camerano, Ancona) y de María Lecomte (francesa nacida en Lille). Se casó con Florinda Platini y de esa unión nacieron dos hijos: Omar Eugenio Julio y Martha Herminia, que le dieron 7 nietos.

Sus primeros años transcurrieron en la localidad de Vila, hasta que, a los 10 años, fue llevado por su padre, junto a su hermano Nolfo, a la ciudad de Osimo (provincia de Ancona, Italia), a fin de hacerle cursar estudios en el Colleggio Convitto Campana, uno de los más antiguos y célebres de Italia, donde estudiaron, entre otras celebridades, los Papas León XII y Pío VIII, y el literato Adolfo de Bosis.

Luego de fallecido, su paso por la institución y su obra fueron homenajeados con la colocación de una placa al ingreso de la biblioteca Histórica del Colleggio. De sus tiempos en Italia datan novelas de aventuras, manuscritas en italiano, que se conservan en cuadernos de colegio, compuestas a los 13 y 14 años, con títulos tales como “II terrore del Deserto”, “La iena del Sahara”, “Le tigri della Sonda”.

Su regreso al país y su asiento en Rafaela datan de noviembre de 1921, cuando, por el fallecimiento de su padre, tuvo que interrumpir los estudios en Europa, época desde la que se hallan manuscritos —también en cuadernos— ya en el género lírico, nunca publicados.

Publicaciones

En 1946, editó “Mensaje Lírico” y, dos años después, dio a conocer “Tiempos de Amor”. En 1950, una nueva obra suscitó el interés de lectores y críticas: “La Dama de Las Rosas”. En 1952, llegaría “Silvas Labriegas”, una de las más profundas y ricas síntesis conceptuales sobre la significación de los inmigrantes.

Luego se produjo un paréntesis en las publicaciones, aunque no en la producción estética de Vecchioli. Recién en 1970 volvió a la imprenta y apareció entonces “De otros Días”. En 1974, una nueva obra de Vecchioli reencontró al poeta con la ciudad: “El sueño casi Imposible” (canto a Rafaela). En 1975, apareció “Lugar de nuestra tierra” y, finalmente, en 1977, “Reiteración del hombre”. Colaboró en publicaciones de distintos países como Honduras, México, Italia, España, Puerto Rico y en otras de orden nacional.

Entre sus letras figuran las marchas oficiales de la “Ciudad de Rafaela”, de la “Ciudad de Sunchales” y las escuelas normales de la provincia de Santa Fe Ángela de la Casa y Gabriela Mistral; de la Esc, Nacional de Sunchales; del barrio Villa Rosas y del Club Atlético de Rafaela. Ha sido también autor de innumerables letras a las que se agregó música popular (valses, tangos, fox-trots, canciones litoraleñas, zambas, taquiraris, etcétera).

Incursión en el sector público

En el ámbito público, se desempeñó como secretario general primero; como secretario de Gobierno y Hacienda, luego; y como director de Cultura y Acción Social de la Municipalidad de Rafaela, desarrollando una labor trascendente. Desde este último cargo instituyó los concursos anuales de poesía, cuento, teatro, novela y ensayo, para estimular la producción literaria local, a través de la creación del Fondo Editorial Municipal.

Fue miembro honorario de la Comisión Municipal de Cultura. Habiéndosele ofrecido la cátedra de Literatura en la Escuela Nacional de Comercio (en su creación) y la Dirección del Museo Rosa Galisteo de Rodríguez (Santa Fe), declinó ambos ofrecimientos.

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EL DATO

Su nombre

está latente

Rafaela honró al poeta con la imposición de su nombre a una Escuela de Enseñanza Media. A partir de 1995, por resolución del Ministerio de Educación de la provincia, la Escuela de Comercio pasó a denominarse Escuela de Enseñanza Media Nº 429 Mario Vecchioli. También una calle, una plaza y todos los monumentos que se encuentran alrededor de la plaza central cuentan con versos de su autoría. Una sala del Centro Cultural Municipal (Sociedad Italiana) lleva su nombre, recordando su trabajo en la Secretaría General de la entidad que funcionaba en ese mismo edificio.

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ADEMÁS

Poemas “vivos, sanos y perdurables”

El conocido escritor rafaelino contemporáneo, Fortunato Nari, quien lo ha recordado en innumerables homenajes, dijo en alguna oportunidad sobre Mario Vecchioli las siguientes palabras: “Mario decidió escribir encontrando la realidad de su propio mundo en el océano incontaminado de su propio corazón, tratando de comprenderse a sí mismo, y de que así todos tuvieran la posibilidad de comprender sus palabras luminosas, para lo cual exaltó hacia cielos de magnificencia su lenguaje hecho, precisamente, de belleza en plenitud, es decir, conjugando armoniosas proporciones de bondad, de verdad y de claridad.

“Su razón, potente y equilibrada, percibió la posibilidad de penetrar en la esencia de la verdadera poesía y las palabras le llegaron obedientes, respetuosas, hechas de puro temblor musical. Y así nacieron, vivos y sanos y perdurables sus poemas, generados con toda la calidez de las criaturas destinadas a amar y justificar la vida con el latido secreto del bien y del arte a flor de piel”.

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LA CLAVE

Un año dedicado

a su memoria

En 2003, con motivo del centenario del nacimiento de Vecchioli y 25 de su fallecimiento, la Municipalidad de Rafaela lo declaró Año Vecchioliano, y similar denominación utilizaron el Ministerio de Educación de la provincia y el Senado provincial. Se realizaron innumerables actos recordatorios en distintos lugares del país. Además, tiempo atrás, fue grababa en CD la primera antología oral del poeta, con lectura de 30 poemas efectuada por el actor Miguel Ebenegger y fondo musical de la pianista Mariela Vecchioli.