¿Qué le pasa al “Turco” en estas fechas finales?
Mohamed está acompañado y extrañamente se siente solo
Darío Pignata
Siempre pasa algo en Colón y lo peor de todo es que el hincha, que todo lo aguanta a cambio de pasión, muchas veces no sabe ni entiende el porqué. Ahora, a la recesión futbolística del equipo —apenas 1 punto de los últimos 9— que pone en duda alcanzar el objetivo de los 25 puntos para cada torneo corto, se suman las dudas acerca de la continuidad del entrenador Antonio Mohamed al frente de la plantilla sabalera.
Como mínimo, las cosas que pasaron en las últimas horas tienen que catalogarse como “raras”. Porque el miércoles, justo cuando Estudiantes jugaba por la Copa en el Beira Río, presidente y técnico cenaron viendo el partido. La tele, una excusa. Allí, con Verdirame de un lado y otro dirigente más como testigos, se empezó a delinear el futuro.
Se delinearon las fechas de la pretemporada y la modalidad. “Volvemos el 5 de enero o, quizás, antes, el 3. Nos vamos a Paraná un par de días para hacer los estudios y, después, diez días a Mar del Plata, donde reservamos el Hotel Iruña con las canchas de cadetes para entrenar. Allá, la idea es realizar algunos amistosos. Después, el cuadrangular internacional y, a lo mejor, un amistoso más antes de debutar con River en el 2009”.
Incluso, de acuerdo con la agenda que armó Mohamed, los dirigentes rechazaron una jugosa oferta de la cadena internacional Fox Sports: la revancha con el Santos de Brasil en Santa Fe, otra vez en el Cementerio de los Elefantes.
Además, por lo que pudo averiguar El Litoral, la coincidencia entre los dirigentes y Mohamed fue total: depuración del plantel, reducción del número de profesionales, jugadores a promocionar de las inferiores y dos puestos clave: quién llegará como refuerzo en lugar de Garcé y quién por “Tito” Ramírez.
“Está todo acordado con Mohamed”, dijo el presidente Lerche, mientras presenciaba la práctica del viernes, algo que El Litoral había adelantado el jueves. Pero, cuando los mismos micrófonos fueron a buscar a Mohamed, la respuesta no fue en el mismo sentido: “Faltan dos fechas, después de Boca lo vemos”.
Ahora, envenenado con su propia receta de los 25 puntos, el técnico empezó a abrir el paraguas cuando el pronóstico del tiempo marca “día soleado”. Lanzó frases como:
1) “Tengo que pensar en lo que sea mejor para el club y para mi carrera deportiva”.
2) “No hay que encapricharse en una cosa. Si vos intuís que no les podés sacar más jugo a los jugadores, por ahí viene otro técnico y lo puede hacer; o, quizás, te podés reforzar y tenés otra expectativa al cambiar algunos futbolistas”
3) “Tenemos que analizar varias cuestiones: si el equipo puede dar más o no, si éste es el techo del equipo, si soy el técnico ideal para revertir la situación”.
4) “Si éste es el techo del equipo, vamos a estar complicados para el torneo que viene”
5) “Uno está para cumplir un objetivo; si no se cumple, son los directivos los que deben resolver”.
Los dirigentes nunca se pusieron, con respecto a Mohamed, una tablita en el bolsillo para ir calculando los 25 puntos a fin de resolver la continuidad del “Turco”. Todo lo contrario; apostaron a darle continuidad a una misma conducción técnica en el mayor tiempo posible. “Queremos que Mohamed se quede acá el mismo tiempo que estuvo Cabrero en Lanús”, sostienen.
Este doble mensaje de Mohamed —arreglar para adentro y dudar para afuera con los medios— descolocó a todos en Colón. Porque los dirigentes quieren que se quede y lo acompañan dándole todo lo que pide. Pero Mohamed, por lo visto, se siente solo. ¿Se va o se queda?
Se advierte que cualquier parecido con la situación de Alfio “Coco” Basile en el 2004 es simple casualidad.
