Al margen de la crónica

La sociedad los mira de lejos

Envalentonados con el lenguaje crispado que bajó desde la cúspide del poder político en la Argentina, los dirigentes gremiales han tomado como costumbre dirimir diferencias por la fuerza, a plena luz del día y no privándose de ningún método, en una especie de vale todo.

Esta semana fue en Rosario -en la sede e inmediaciones de Atilra, un gremio que agrupa a los trabajadores de empresas lácteas- el campo de batalla de palos, bombas de estruendo y armas de fuego que nunca faltan. Semanas atrás, fue en la zona limítrofe entre Mendoza y La Pampa donde petroleros y la Uocra dirimieron con afiliados, quemando vehículos con trabajadores en su interior, e incluso arrojando autos a las aguas del río cercano. Todavía está presente en las imágenes colectivas la actitud patoteril de “Madonna” Quiroz frente a la quinta de San Vicente, cuando trasladaban los restos de Juan Domingo Perón. Pistola en mano, ganó posiciones el chofer del titular de un sindicato poderoso redimido por la veterana voz de Antonio Cafiero, quien preguntó “¿cuántos muertos hubo?”, y ante la respuesta negativa minimizó los hechos.

Con violencia, el gremio de camioneros fue ganando afiliados en comercios y otras actividades, con el argumento de obstaculizar la salida de vehículos de bocas de expendio hasta lograr el propósito. El método fue aplicado en estas semanas a plantas impresoras de diarios y revistas, que vieron demoradas sus salidas a la calle por la actitud patoteril.

Con todos estos antecedentes, ahora se instaló el debate en la provincia de Santa Fe sobre si la policía actuó bien o mal, si debió prevenir o si falló la inteligencia. Las fuerzas de seguridad están para resguardar el orden público, que fue violentado por la protesta. Algunos cuestionan que la fuerza haya rodeado la zona en una especie de cuadrilátero, para que las facciones puedan dirimir a golpes sus cuitas. Tal vez fue lo mejor, porque los violentos lo único que buscan es una excusa para enfrentarse y últimamente las cuestiones gremiales parecen estar de moda.