///

análisis

Deudas pendientes

Antonio María Hernández (*)

En una enumeración que no es taxativa, entre las deudas pendientes de la democracia, podemos mencionar:

1) Argentina es un “país al margen de la Ley”, como lo dijera Carlos Santiago Nino, con una situación de “anomia”, que significa el incumplimiento de la Constitución y de las leyes en nuestra sociedad, lo que implica la decadencia de nuestro estado democrático de derecho, con graves violaciones del sistema republicano, de la forma federal de estado y de la vigencia plena de los derechos humanos. Ello se aprecia con claridad al observarse las patologías del “hiperpresidencialismo”, que actúa sin los debidos controles legislativos y del Poder Judicial, en base a un gobierno por “decreto” o por simples “resoluciones”, mediante el uso inconstitucional de institutos como los decretos de necesidad y urgencia, la legislación delegada y los llamados “superpoderes”.

2) La centralización del país a través del poder presidencial significa actualmente el desconocimiento de las autonomías provinciales y de las municipales, que dependen económicamente de los subsidios y envíos del gobierno central, efectuados de manera irracional y arbitraria, en contra de los principios constitucionales fijados para la coparticipación impositiva, cuya ley convenio debió dictarse antes del 31 de diciembre de 1996.

3) En cuanto a la violación de los derechos humanos, es menester simplemente recordar lo que fue el “corralito”, la resolución 125 y lo que se pretende sobre los aportantes a las AFJP, para comprender la situación actual. A ello debe agregarse la gravísima realidad de la marginación, de la exclusión social y de la pobreza, que nos indica el nivel de violación de los derechos económicos, sociales y culturales de vastos sectores de la población.

4) En nuestro país vivimos de emergencia en emergencia, con todo lo que ello significa para la plena vigencia de la seguridad jurídica y de nuestro ordenamiento constitucional.

5) Las bajísimas calificaciones que presenta el país en materia de lucha contra la corrupción profundizan la sensación de impunidad y descreimiento en las instituciones, que se observan en las encuestas efectuadas.

6) La penosa situación en que se encuentran los partidos políticos, sin adecuados debates doctrinarios y con deficiente vida interna, que impiden el estricto cumplimiento de sus importantes funciones en una democracia constitucional.

7) Tampoco pueden desconocerse los graves problemas que presentan la salud y educación nacionales, como aspectos esenciales de nuestra sociedad.

(*) Constitucionalista y especialista en Derecho Público. Ex convencional constituyente.