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análisis

Reflejos de una pequeña joya

Rosa Gronda

Mucho antes de que a principio de los años noventa se pusieran de moda las novelas históricas que ficcionalizaran personajes y momentos de la gesta argentina, Leoncio Giannello ya había escrito su “Delfina”.

La rosarina Editorial Ruiz la publica en 1943. Hay reediciones posteriores pero todas se han agotado. Esta dificultad por acceder actualmente a la obra, suma leyenda sobre la leyenda, sin que esto haya sido obstáculo para que la misma fuera teatralizada, musicalizada e incluso plagiada.

Sus páginas reviven el espíritu de una época histórica que los argentinos hemos conocido más por los manuales de historia del secundario que por la literatura. El período previo a la organización nacional y todas sus luces y sus sombras, sus pasiones violentas y su dramático acontecer político: “Páginas escritas con amor, con conocimiento profundo del contexto histórico y con rigor estilístico no muy frecuente en nuestro medio”, sintetiza el texto de la contratapa de la editorial Troquel, que reedita la novela en 1969. Seguidamente, se añade: “Nuestro sello se enorgullece en reeditarla, pues la considera una obra altamente significativa en la literatura nacional”.

Los interesantes datos históricos se incorporan naturalmente a la vida literaria propia del relato, donde el eje desencadenante de la trama es una joven de apenas dieciocho años, bella, fuerte y misteriosa, que mediante una pasional historia de amor sella su destino al del caudillo entrerriano Francisco Ramírez.

Los méritos de un clásico

El texto tiene el espíritu de las novelas románticas pero un trabajo formal propio del modernismo como movimiento literario que pone su mirada en los temas americanos con recursos estilísticos actualizados en las profundas renovaciones de la lírica europea de fines del siglo XIX, particularmente la francesa, con la valoración de la musicalidad de las palabras y la construcción de imágenes nuevas, alejadas de la retórica academicista.

En las páginas de “Delfina”, resuena la fuerza épica de las batallas con una calidad que no desentona con la tradición más noble del género. Aparecen todos los tópicos clásicos de la traición y la venganza rodeando al destino trágico del héroe y de su amada.

La novela tiene el mérito de un ritmo sostenido que articula un dosificado suspenso y la frescura de una prosa poética ágil, llena de elipsis que ahondan las sugerencias (en la relación Pancho-Delfina especialmente).

Las descripciones tienen una calidad cinematográfica, particularmente las escenas corales en los campos de batalla y las estrategias guerreras de caballos y lanzas.

El popular escritor Alejandro Dumas valoraba la posibilidad creativa que tiene la literatura para acercar la historia a las masas. Es este caso, en que el recorrido por la encantadora novela de Leoncio Gianello, posibilita la conexión con una historia mucho más próxima, tal vez en el indefinible punto en donde se unen historia y leyenda con el mejor de los formatos: la escritura de vuelo alto.

Datos extraídos de:

“Leoncio Gianello, Vida y Obra” de Clotilde Gianello de Suárez, Santa Fe, octubre de 2005.

“Delfina”, Editorial Troquel, Buenos Aires, 1969.