Ganados y carnes

Los servicios pintan como los peores en varias décadas

Debido a la elevada faena de vacas y vaquillonas, menos vientres quedarán preñados. La menor producción de terneros se reflejará en una menor faena en 2010.

Ignacio Iriarte

De acuerdo con los últimos datos completos de vacunación (primera campaña 2008), la existencia de vacas habría caído en 468 mil cabezas, pero el número de terneros sólo habría bajado en 54 mil cabezas. Lo que marca una relación ternero/vaca (indicador imperfecto de la tasa de marcación) del 64,3 por ciento, contra 63,2 por ciento del año anterior.

En otras palabras, se logró casi la misma cantidad de terneros con 468 mil vacas menos. Una mejora de sólo el tres por ciento en la tasa de marcación permitirá la liquidación de 1,2 millón de vacas sin que se afectara el número de terneros logrados.

Desde muchos sectores se llama la atención sobre la faena de vientres y la caída del número de vacas en el stock, pero cuando la tasa de marcación ha bajado tanto y es tan pobre. Hay que prever que pequeñas mejoras en su magnitud compensen los vientres perdidos. En realidad, el dato a seguir es el número de terneros logrados, lo que los americanos llaman el calf crop o “la cosecha de terneros”, que es el dato que nos revela cuál será la oferta de carne en el futuro.

En Estados Unidos, donde la tasa de marcación está estabilizada en el 90 por ciento, y donde la edad de faena de novillos y vaquillonas es casi constante, el calf crop permite anticipar con dos años de antelación el volumen de carne que se producirá.

Hemos advertido, en los últimos años, que no necesariamente un menor número de vacas significaría menor número de terneros logrados y por ende menor producción de carne. Porque un menor número de vacas, pero mejor alimentadas por la menor carga, podrían dar la misma cantidad de terneros que antes, por lo que la producción de carne no caería.

La realidad argentina

En algún momento de esta década, al calor de las buenas perspectivas del negocio ganadero, pareció que la cría, actividad tecnológicamente rezagada, se iba a profesionalizar e iba a acompañar el salto de productividad que había dado la invernada e incluso en el engorde a corral.

Pero sucedió lo contrario: hoy hay millones de vacas en manos de productores que no viven de las vacas, porque hacen agricultura o porque son profesionales o empresarios cuyo ingreso principal es otro que las vacas. En años recientes miles de agricultores y contratistas exitosos arrendaron campos en el semiárido, en el litoral y en el NOA (amén de las Islas) y los llenaron de vacas de cría, como parte de una cartera de inversión diversificada.

Mientras duró la bonanza económica general, y la bonanza agrícola en especial, estos empresarios ocasionales no liquidaban vientres casi a ningún precio del ternero.

Ahora las cosas parecen haberse invertido: el ciclo agrícola 2008/2009 arrojará fuertes pérdidas a miles de agricultores y contratistas vaca-tenientes que ya están liquidando vacas (y campos alquilados) de manera incipiente.

Por la caída dramática de precios y de rendimientos, miles de productores necesitan hacer plata el excedente financiero de mejores épocas invertido en vacas de cría. Otros mega-proyectos del norte tendrán que esperar mejores épocas para seguir creciendo.

Mal servicio

Esta temporada de servicio pinta como la peor en décadas. Como consecuencia de la elevada faena de vacas y vaquillonas (nos hemos estado comiendo la reposición) recibirán servicio menos vientres. Estos animales, al principio del verano y fin de primavera están en un estado corporal que no podrá ser recuperado en las últimas semanas del servicio.

En muchas zonas, la seca sigue y en otras las lluvias han sido insuficientes para revertir una situación forrajera casi terminal. Una baja del cinco por ciento en la preñez, sobre 23 millones de vientres, puede significar una baja de 1,1 millón de terneros logrados. Hace unos años, en la era pastoril, una vaquillona se faenaba con 14-16 meses de edad y un novillo empezaba a llegar a los mercados o frigoríficos con 18-22 meses. Pero ahora, con seis millones de cabezas engordadas a corral, la edad de faena ha descendido drásticamente.

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EL DATO

Faena joven

Como es probable que el 90 % de lo que proviene del feed lot se faena con menos de un año de edad, puede decirse que de un mal servicio 2008/2009 puede esperarse una mala parición a partir de la primavera del 2009. Y en consecuencia, una caída en la faena “proporcional a la menor parición” ya en el segundo semestre del 2010. Con el acortamiento brutal del período de engorde, el feed lot permite que se refleje en la faena mucho más rápidamente que antes las caídas en los nacimientos.

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La cosecha de terneros es el dato que muestra el consumo a futuro. Aquí, la tendencia es clara.

Foto: Archivo