Pablo Gigliotti registró la bajante del río Paraná del ‘59

Tomó una foto familiar sin pensar que 50 años después reflejaría un hecho histórico

2.jpg

Una familia marplatense visitó por primera vez Santa Fe, en medio de una de las bajantes más grandes del río Paraná. El fotógrafo jamás se imaginó que ese material sería un gran testimonio para la historia. Foto: Archivo El Litoral

En 1959, el río Paraná enfrentaba una importante bajante que, sin proponérselo, fue registrada por un vecino de la ciudad que tomó una fotografía familiar. La misma fue publicada por El Litoral aquel año. Hoy, en el marco de otra bajante, esa imagen es un importante material histórico.

De la Redacción de El Litoral

redacció[email protected]

Transcurría 1959 cuando un joven tomó una fotografía sin imaginarse que 50 años después sería nuevamente publicada por El Litoral pero esta vez teniéndolo a él como principal protagonista. Aquel joven, hoy todo un hombre, es Pablo Gigliotti, un santafesino contactado por la producción de C&D Noticias por haber sido una de las personas que, sin quererlo, registró una de las mayores bajantes del Río Paraná. A continuación, la entrevista que dio el hombre al noticiero del canal de El Litoral.

—¿Cuándo y cómo sacó esta foto que refleja lo que pasaba en la laguna Setúbal?

—Antes que nada les agradezco su presencia, porque de verdad me toma de sorpresa y nunca pensé que esa fotografía pudiese llegar a tener tanta trascendencia. Esa imagen la tomé yo, personalmente, en una oportunidad en la que llegaron desde Mar del Plata unos parientes que venían a visitar Santa Fe por primera vez. El Puente Colgante era nuestra mejor carta de presentación, por eso los llevamos ahí. Grande fue la sorpresa de ellos cuando vieron que debajo de semejante puente no había nada de agua. Frente a lo que debí explicarles que la Setúbal es un brazo del río Paraná, donde había una bajante importante.

—¿En qué año fue esa bajante que usted fotografió?

—Fue en el año 1959. Duró bastante tiempo, no recuerdo exactamente cuánto pero sí que fue larga y muy pronunciada.

—¿Era la época en que los abuelos comentan que la laguna se podía cruzar a pie?

—Exactamente. El agua era tan poca que en la playa de Guadalupe, que en ese entonces estaba a la altura de Javier de la Rosa y nosotros la conocíamos como la bajada de Javier de la Rosa, había que caminar como 10 cuadras para llegar al agua. La Setúbal siempre fue inestable: había veces que crecía de tal manera que había que salir disparando y otras donde se producían bajantes como éstas.

—Cuando tomó la foto ¿el agua dónde estaba?

—Estaba, apenas, entre medio de los dos pilares del puente. Era un arroyito, que se podía cruzar tranquilamente de lado a lado.

—La bajante de entonces ¿llamaba la atención de la gente o era algo habitual?

—Y si... llamaba la atención. Principalmente en verano, que era cuando la gente podía disfrutar de la playa y del agua. Antes no era como ahora que tenés más de 2 kilómetros de playa. En 1959 de suerte que había un pedacito de playa a la altura de Ángel Cassanello y Javier de la Rosa.

—¿Por qué llevó su foto al diario El Litoral para que se la publiquen?

—Para reflejar la bajante. Me la publicaron muy gentilmente, y para mí fue un orgullo porque la había tomado yo, que nada tengo que ver con las fotografías y esa profesión.

—¿Tiene conciencia de que fotografió algo extraño que pasó en la ciudad?

—Sí, sobre todo porque en aquel entonces no era como ahora. Es decir, había que llevar la foto al laboratorio para revelar los negativos y era todo un proceso el que había que seguir para obtener una fotografía.

—Cuando usted muestra esa foto a los más jóvenes de su familia, ¿qué le dicen?

—Se asombran. Dicen que no lo pueden creer. Nunca más hubo una bajante como ésa, al menos que yo recuerde.

Por último, cabe recordar que el Paraná viene registrando una bajante que no se observaba hacía mucho tiempo: descendió más de la mitad de su profundidad promedio. El tiempo lo dirá, pero tal vez la historia de Pablo Gigliotti se repita alguna vez por alguien que, también sin pretenderlo, registre este descenso que, como se estima, se prolongará en los próximos 15 días.

1.jpg

Hace cinco décadas, Pablo Gigliotti fotografió una de las más importantes bajantes del río Paraná.

Foto: Néstor Gallegos