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Historias de árboles, mails y tarjetas virtuales

Los saludos virtuales no pusieron fin al armado de nuestro tradicional arbolito de Navidad de la redacción, que se nutre de tarjetas de papel.Textos de Mariana Rivera. Foto: G. Di Salvatore

Las herramientas que nos da a diario el ciberespacio para comunicarnos van en detrimento de nuestro tradicional festejo de la Navidad en la redacción. Y sí: año a año vemos cómo los Power Points, las tarjetas vía e-mail y hasta las más sencillas salutaciones para las fiestas de fin de año vienen por esta inmensa autopista virtual, cuestión que es contraproducente para armar nuestro arbolito navideño.

No obstante, una vez más conseguimos armarlo gracias al aporte de nuestros lectores y amigos, quienes enviaron sus buenos augurios de paz, trabajo, felicidad y bienestar en papel, en hermosas tarjetas con imágenes sacras, purpurinas palpables y estrellas de Belén que estaban casi al alcance de la mano, algo que para muchos ya parece una antigüedad.

Es una tradición que éste se forme con las tarjetas de salutación que llegan todos los fines de año a nuestra redacción, actividad que me fue legada por su mentor: José “Grillo” Mendoza, quien en mayo de 2008 finalmente decidió disfrutar de la jubilación y dejar atrás tantos años al frente de la jefatura de Diagramación del diario.

Desde hacía más de 25 años, él era el encargado de armar -cada 8 de diciembre- este particular árbol de Navidad, que no era el típico pino con sus borlas y adornos, luces y estrella, como el que está en la administración de la empresa.

Según me fue enseñando en estos años, el árbol se iba formando de una cadena interminable de tarjetas de buenos deseos de fin de año, unidas entre sí, que van colgadas sobre un hilo de nylon (que este año aportó la gente de la rotativa) convenientemente dispuesto para que forme una estructura (que fue armada por compañeros del área de fotocomposición, con algunos elementos y herramientas aportadas por personal del área Técnica), formada con un perchero de aluminio que hace las veces de gran tronco, ubicado sobre algunos muebles que se encuentran en el centro de la redacción.

Como detalle decorativo, este año conseguimos una especie de bonete que corona nuestro arbolito, de color plateado y rojo, que lleva una estrella y un enorme “09”, que presagiaba un buen comienzo de año. Esta contribución también se la debemos a nuestros creativos del área de fotocomposición.

Otros tiempos

En 2006, Grillo Mendoza recordaba la historia del nacimiento de este arbolito: “Esto empezó cuando el diario estaba en el local de calle San Martín, entre Catamarca y La Rioja. Comenzaron a llegar tarjetas de salutación por Navidad y Año Nuevo en grandes cantidades. Entonces, uno de los directores, Enzo Vittori, me pidió hacer algo que sintetizara el agradecimiento de la empresa. Teníamos percheros que me llamaban la atención por su belleza y se me ocurrió tirar unos hilos, darle la forma de arbolito, y colgar allí todas las tarjetas”.

En todos estos años de trabajo con él pudimos entender que -seguramente- fue el destinatario de tal emprendimiento por sus consabidas habilidades manuales, ya que tiene muchas facilidades para el dibujo, el diseño y la orfebrería, que desarrolla plenamente aprovechando sus días de jubilado (dicho con todo respecto).

Este año quedaron varias anécdotas del armado del arbolito, como por ejemplo cuando bromeaban diciendo que tratara de no caerme de la silla cuando colgaba las tarjetas más altas del árbol ya que no iba a poder explicar a la ART (aseguradora de riesgo de trabajo) qué hacía, en medio de la redacción, subida a una silla en horario de trabajo.

Muchos no daban crédito a esa debilucha estructura que se erguía el 8 de diciembre pero finalmente tuvo forma de arbolito el día en que fue desarmado. La tarea de armarlo siguió haciéndose de manera compartida, como en todos estos años, para que fuéramos partícipes de este tradicional momento del año en que comenzamos a hacer balances, pero que está lleno de despedidas, reencuentros o sentidas ausencias. Por este mismo motivo, el hecho de sociabilizar esta tradición de la gente de El Litoral fue una manera de rememorar pero también de mirar para adelante.

Como cada año, el día previo a la noche de Reyes, el 5 de enero, El Litoral publicó en su edición la foto de nuestro arbolito de la redacción y su sincero agradecimiento a quienes enviaron sus tarjetas de fin de año. Vaya también nuestro reconocimiento a quienes aportaron esta idea que se mantiene viva entre quienes hacemos el diario y que debería perpetuarse con la misma intención con la que surgió.