Fracasó el intento por crear un gabinete de unidad nacional

Netanyahu fue designado para formar nuevo gobierno israelí

La centrista Tzipi Livni rechazó sumarse a una coalición de gobierno con Netanyahu y lo acusó de oponerse al principio de dos Estados en la región.

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El dirigente derechista Benjamin Netanyahu (der.) es el virtual nuevo primer ministro de Israel, luego de que el presidente Shimon Peres (izq.) decidiera encargarle hoy la formación del nuevo gobierno. Ahora, Netanyahu tendrá seis semanas para formar un gabinete de coalición que luego deberá ser aprobado por el Knesset (Parlamento israelí).

Foto: AGENCIA AFP

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AFP-EFE

El líder conservador israelí Benjamin Netanyahu será el encargado de formar el nuevo gobierno de Israel, decidió hoy el presidente Shimon Peres, después de fracasar en su intento de formar un gabinete de unión nacional con la participación del centrista Kadima.

Peres encargó oficialmente esta tarde al jefe del partido derechista Likud, el diputado Benjamin Netanyahu, la formación del nuevo gobierno de Israel.

Peres recibió a Netanyahu en la sede de la presidencia en Jerusalén, donde le entregó, siguiendo el uso, una carta en la que le encomienda formar gobierno. El líder del Likud dio al presidente una carta en la que acepta formalmente la misión.

Netanyahu dispone ahora de un plazo de 28 días, prolongable otros 14, para lograr el aval del Parlamento a su gabinete.

En un intento de evitar un gabinete exclusivamente de derechas que podría poner en peligro el proceso de paz con los palestinos, Peres se había reunido por la mañana con Netanyahu, jefe del principal partido conservador Likud, y con su rival Tzipi Livni, ministra saliente de Relaciones Exteriores y líder de Kadima (centro-derecha).

Al término de la reunión, Livni afirmó que el gabinete que pretende formar Netanyahu es un “gobierno sin visión política. Tal gobierno no tiene ningún valor y yo no le serviré de garante”, agregó.

Kadima superó por un escaño al Likud en las legislativas del 10 de febrero, obteniendo 28 diputados contra 27 para la formación de Netanyahu, pero éste dispone de una mayoría en el Parlamento gracias a una alianza con los partidos de la extrema derecha (laica o religiosa) y los ultraortodoxos.

Netanyahu había afirmado, sin embargo, estar dispuesto a invitar a Livni a entrar en su gabinete “debido a los grandes desafíos a los que se enfrenta Israel: Irán, el terrorismo, la crisis económica”.

Dos Estados

Tras el encuentro con Peres, Livni reiteró que Kadima “quiere una solución de paz basada en dos Estados”, uno palestino y otro israelí, y acusó al futuro gobierno de Netanyahu de oponerse a ello.

Livni ya había descartado por adelantado su entrada en ese gobierno después de haber pedido en vano la formación de un gabinete dirigido en alternancia entre ella y el jefe del Likud.

“Netanyahu quiere nuestra participación para estabilizar su gobierno. Pero no la obtendrá. La coalición que planea daña a nuestro país”, había declarado al diario Haaretz.

“No aceptaré participar con el único objetivo de salvar a Bibi (Netanyahu) de sí mismo y de sus socios”, agregó.

Haim Ramon, dirigente de Kadima y viceprimer ministro del gobierno saliente, también había descartado en declaraciones a la radio la participación de su partido en un gobierno “que rechaza el principio de dos Estados para dos pueblos”, con referencia a la creación de un Estado palestino.

A partir del momento en que Peres lo designe oficialmente, Netanyahu dispondrá de un plazo de 28 días, prolongable 14 más, para presentar su propuesta de gobierno ante el Knesset (Parlamento).

Netanyahu, que desde el principio se opuso a los acuerdos de paz de Oslo con los palestinos en 1993, redujo su alcance cuando fue primer ministro (1996-1999) reanudando a gran escala la colonización judía en los territorios palestinos.

Hostil a la creación de un Estado palestino, se mantuvo sin embargo impreciso sobre sus intenciones durante la campaña electoral.

 

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EL DATO

Coalición inestable

Netanyahu, quien ya fue primer ministro entre 1996 y 1999, formaría con otros cinco partidos ultranacionalistas y ultrarreligiosos una coalición con el respaldo de 65 de los 120 diputados del Knesset (Parlamento).

No obstante, esta fórmula podría resultar inestable a largo plazo, según la opinión de analistas, por lo que el propio Netanyahu sigue buscando un acercamiento con las fuerzas de centro.