Propuesta de estudios

Recuperar la política como un noble servicio al bien común

La Escuela de Política del Arzobispado de Santa Fe ofrece una opción para formar ciudadanos con vocación cívica y comprometidos en lograr una mejor convivencia social. La inscripción estará abierta hasta el 18 de abril.

De la redacción de El Litoral

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Frente al descrédito social que ha ensombrecido a la práctica política en los últimos años, el Arzobispado de Santa Fe ofrece con su Escuela de Formación Política una propuesta de estudios -de enseñanza no formal- destinada a despertar el compromiso cívico y la vocación de servicio desde el pensamiento católico. Pero también es un espacio participativo de diálogo, discusión y acción para revertir los problemas que aquejan a la sociedad. La inscripción a la escuela permanecerá abierta hasta el 18 de abril inclusive, día en que se realizará el acto inaugural del ciclo 2009.

Los objetivos educativos de la institución tienen dos grandes ejes: primero, dotar a los alumnos de herramientas teórico-prácticas relacionadas con la actividad política; segundo, ser una escuela popular que aporte a la formación de ciudadanos más instruidos y con conciencia crítica. “La idea es contribuir al encauzamiento de la vocación política, en el marco del compromiso en la fe cristiana. Hoy muchas personas se quejan de la política, pero sus argumentos vacíos se quedan en la mera protesta. La escuela trata de superar eso, y defiende a la política como una actividad ética al servicio del bien común”, fundamentó Humberto Terrizzano, director de la escuela, en diálogo con El Litoral.

Propuesta académica

La escuela se presenta como una instancia de enseñanza no formal. En ella se desarrolla un taller anual gratuito -los profesores trabajan ad honórem- que se puede continuar en un segundo año, y los cursantes no necesariamente deben acreditar título secundario. Los encuentros son los sábados y, al finalizar el ciclo, se entrega un diploma con la firma del arzobispo de Santa Fe. Se trabaja en grupos de discusión y se invita a profesionales de la ciudad para discutir sobre problemáticas que afectan a la sociedad. “Buscamos que los alumnos se vuelvan testigos lúcidos de su tiempo”, definió Héctor L. Copponi, también director de la institución.

El diseño académico implica que, durante el primer nivel, se haga hincapié en la cuestión formativa trabajando teóricamente sobre determinados conceptos. Así, se desarrollan cuatro marcos: político-social, histórico, institucional y teológico (con la visión cristiana y la doctrina social de la Iglesia).

“Entendemos que nuestra comunidad ha sido agredida en muchos de sus aspectos sustanciales de convivencia; por eso, debemos repensar las nociones de trabajo, educación, salud pública, institución familiar y medio ambiente, entre otras. Vivimos en una sociedad que perdió sus valores, pero nunca los sustituyó por otros superadores. Esa vaciedad de sentidos y valores es lo que debemos revertir”, opinó Copponi.

Del debate a la acción

En el segundo nivel, los alumnos cobran un mayor protagonismo: deben realizar propuestas de mejoramiento sobre distintas áreas de la ciudad, desde el lugar de la acción política. “Se trata de proponer intervenciones superadoras sobre problemáticas concretas, asumiendo un rol protagónico: pasar de la idea a la propuesta”, agregó Copponi.

Los temas de agenda son sugeridos por los propios alumnos: “Ellos mismos hacen seguimientos de temas de actualidad a través de la prensa, y luego realizan trabajos de análisis e interpretación en grupo. Esta participación es clave para el proceso pedagógico”, concluyeron los entrevistados.

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ADEMÁS

Debate plural

Para Fabián Jerkovich, secretario general de la escuela, “se trata de reivindicar a la política como una actividad noble, frente al desinterés en la sociedad actual. Estamos abiertos a todas las expresiones. El pluralismo es fundamental para la consolidación democrática, pero pensamos que hay otros aportes que se pueden hacer desde otros lugares igualmente válidos, sin caer necesariamente en la militancia partidaria. Desde el pensamiento de la Iglesia, hacemos una constante mención del valor de la política y generamos nuestra contribución a la comunidad”, enfatizó.

Por último, Copponi destacó: “Como dice monseñor Arancedo: la política es el arte del sentido común. Es el intento de todo pueblo en soberano protagonismo de sentar las bases para su convivencia pacífica y madura. En este sentido, la Escuela de Política no es otra cosa que un escenario de debate que la Iglesia católica le ofrece a la comunidad”.