Presente complicado y futuro incierto...

Unión busca una bombita a lo lejos que lo ilumine

Sin éxito deportivo, los problemas institucionales y económicos ensombrecen la realidad. Los dirigentes están llenos de buenas intenciones, pero nadie sabe qué pasará en dos meses.

Enrique Cruz (h)

El hincha de Unión, el genuino, el pasional, el que muchas veces hace girar su vida —al menos, lo que tiene que ver con los estados de ánimo— según el resultado de su equipo, piensa en el partido con la CAI, en el que viene con los rafaelinos y mira la tabla y hace cálculos para ver si se puede dar el milagro de entrar cuarto para jugar una Promoción.

Ese hincha no se detiene demasiado para observar un poco alrededor del fútbol y no entiende de estas cuestiones institucionales, políticas y económicas que trascienden a un partido y que, en definitiva, son las que marcan con más firmeza el pulso del club.

Martín Zapata dijo ayer que los cheques que les dieron a los jugadores por el sueldo de enero vinieron “rebotados”. Agregó que “los dirigentes se comprometieron a solucionarlo en los primeros días de la semana que viene”. Y me imagino al secretario del club, el ingeniero César Donna, “abollado” por los reclamos recibidos en este viaje a Comodoro Rivadavia y tratando, con la mejor cara, de explicarles a los jugadores cómo está la situación y cuáles son las vías de solución.

¿Hay salida?

El aspecto económico está mal y los dirigentes son los primeros en saberlo porque, además, ponen plata. Antes, el tubo de la solución desembocaba en el bolsillo de Juan Vega. Sin dudas que, con él en vida, esto no habría ocurrido. Y, posiblemente, tampoco se habría resquebrajado la unidad de la comisión directiva, porque Decoud no habría pedido licencia y continuaría trabajando en el Departamento de Socios, porque se habrían tranquilizado las aguas con el plantel y hasta Teté Quiroz no habría hecho todo lo posible —como lo hizo— para irse de Unión.

Todo potencial, pues Juan Vega ya no está. Y, a partir de su muerte, se originó todo lo que hoy se vive, con un par de aristas graves y preocupantes: la relación dentro de una comisión directiva que está dividida y los serios problemas económicos.

De esto último, de los problemas económicos, los dirigentes esperan soluciones con gestiones que están abiertas y, en algunos casos, son factibles de concretar y esperar. Por ejemplo, aguardar la venta de Canuto es algo posible; hacer otro tanto con respecto a la venta de “Tarrito” Pérez y de Márquez no lo es tanto; y esperar que desde Francia venga el dinero del Toulouse, por más que Cabrol diga que le donará 300.000 euros a Unión, esto forma parte hoy de una posibilidad que vaya a saber uno cuándo se dará.

Creo en la palabra de los dirigentes cuando, en medio de esta conflictiva y hasta desesperante situación, hablan con optimismo sobre el futuro económico de la institución. Pero uno advierte, desde afuera y a la distancia, muchos temas respecto de los cuales, a veces, ese optimismo desborda los parámetros de la lógica.

Los dirigentes creen que hay salida. Y hasta alguno se anima a aventurar un buen balance —el que cerrará en junio— desde lo económico y un tercer año de mandato con más orden. Posiblemente, sea un análisis cargado de optimismo, que hasta podría tildarse de desmesurado. Quizás. Y es factible también que, a pesar de las versiones y rumores que en esta ciudad tan futbolera pululan, sea una expresión de deseos tendiente a asegurar gobernabilidad hasta el 30 de junio de 2010, fecha en la que finalizará el mandato de esta comisión.

Reordenar todo

Unión está muy cerca, con un plantel que presagiaba un destino totalmente diferente, de quedar afuera de toda posibilidad futbolística de pelear por algo en este torneo. Es imposible resistir la tentación de decir que este plantel de Unión, más jerarquizado en nombres que el del año pasado, era un plantel para pelear bien arriba. Y también me resulta irresistible pensar en que esto es un fracaso deportivo. Y que ese fracaso deportivo desemboca en un estado de incertidumbre muy grande en cuanto a qué hacer en el futuro.

Unión tiene que reordenarse deportivamente, analizar qué hay (futbolística y económicamente) y acertar en todo. Suponer que se armará un equipo con varios refuerzos de jerarquía es, lisa y llanamente, mentirle a la gente. Unión no está en condiciones económicas de nada. Y habrá que ver con qué se queda en lo futbolístico. La situación es incierta y habrá que sentarse a pensar y a generar ideas para el futuro, inclusive convocando no sólo dirigentes, sino también gente importante que haya tenido que ver con Unión, con sentimientos genuinos, despojada de intereses, para que colaboren. Algo de eso se está intentando con Pumpido. Sería bueno sumar alguno más, si se puede.

La otra cuestión, a la hora del reordenamiento, es la institucional. Esta comisión directiva no podrá seguir funcionando en estas condiciones, con un evidente quiebre entre el presidente Decoud y la mayoría de los directivos que integran los principales cargos. Por eso no se puede formar una subcomisión de fútbol profesional, por eso hubo que esperar hasta último momento para ver quién viajaba a Comodoro, por eso los jugadores no tienen hoy una referencia puntual para hablar, por eso hay gestiones que encabeza el presidente y otras que hace el resto, por eso pasan tantas cosas hoy en Unión que complican el presente y dificultan más el futuro.

Los dirigentes de Unión están plagados de buenas intenciones, eso es indudable. Hay buena gente, eso también es irrebatible. El tema es que les está costando mucho ser funcionales. Las relaciones humanas no son fáciles. Y, cuando hay problemas, recrudecen, se agigantan, se hacen evidentes. Si Unión estuviera peleando el ascenso, todo esto quedaría en un segundo plano y se le daría la razón a ese hincha que sólo piensa en el equipo y en el resultado del fin de semana. Pero, con esta campaña tan pobre, las peleas, las divisiones, las dificultades económicas pasan a un primer plano. Lamentablemente. Que Dios los ilumine.

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Dos imágenes tan emotivas como fieles en cuanto al reflejo de la realidad. El hincha espera alegrías, se fortalece y seguirá siempre al lado de su amado club.

Fotos: Pablo Aguirre

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ADEMÁS

Igualdad ante Ecuador

La selección de Argentina que igualó 1-1 con Ecuador lidera el grupo B del XIII Sudamericano Sub 17 de fútbol, que se juega en la ciudad chilena de Iquique, en el norte del país trasandino.

El gol de Argentina fue obra de Daniel Villalba, a los 19 minutos, mientras que Jonathan de la Cruz anotó, de penal, a los 57 minutos, el tanto para el representativo ecuatoriano.

Recordemos que en ese plantel que dirige el “Tata” Brown está Ignacio Arce, arquero de Unión que juega como suplente.

En otro partido del Grupo B, la selección de Venezuela sufrió su tercera derrota consecutiva, esta vez a manos de su similar de Uruguay por 0-1.

Esta nueva derrota dejó a Venezuela sin ninguna opción de obtener una plaza para el próximo mundial de la categoría, mientras Uruguay se afianza en la tabla de clasificaciones con seis puntos, sólo uno menos que la Argentina.

Unión necesita definir cuestiones que tengan que ver con su futuro futbolístico, por más que lo económico sea un tema de absoluta incertidumbre.

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