Proyecto de reconversión productiva

Los frutos de la frambuesa

Ante los vaivenes que está teniendo la actividad frutillera, una nueva fruta comienza a despertar en las quintas corondinas. Un grupo de productores se animó a hacer un aporte a las 7 has. que están implantadas en esta zona.

Los frutos de la frambuesa

Ivana Zilli

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Entusiasmo, cautela y dedicación son las claves que motivaron a productores e industriales de Coronda -departamento San Jerónimo- a dar vía libre a la producción de frambuesa. Pretenden diversificar y complementar la tradicional actividad frutillera que desde hace un tiempo se encuentra alicaída en esta zona. “La reducción en los márgenes de ganancia sumado a algunos inconvenientes que se han presentado en la comercialización de las frutillas nos llevó a buscar nuevas alternativas que nos permita trabajar dentro de lo que nosotros sabemos hacer”, reconoció Angelina García; que junto a su hermana, Soledad; su padre, Floreal García; y su tío, Miguel García, conducen los destinos de este establecimiento de más de 80 años. Es que la producción de frutilla es muy similar a la de frambuesa porque “las dos son frutas finas, la cosecha se realiza de forma manual, debe hacerse día por medio y se tienen que colocar inmediatamente en el frío para que la fruta no pierda calidad”, señaló la ingeniera agrónoma María del Huerto Sordo, del INTA-Agencia Santa Fe; y docente de la cátedra de Cultivos Intensivos de la Facultad Ciencias Agrarias de la UNL.

La familia García decidió empezar con esta propuesta productiva luego de contar con el asesoramiento del INTA. Aquí “nos interiorizamos de cómo era el manejo de frambuesas”. Y, tras “pulir distintos puntos, en julio del año pasado implantamos 3.000 plantines de frambuesas en un tercio de hectárea del terreno que ya tenemos ocupado con frutillas”, comentó Angelina.

Una experiencia similar está viviendo Valentín Burgos (Huertas de Coronda), quien hoy trabaja un cuarto de hectárea con frambuesa. “Pensamos vender esta fruta en fresco y agregarle valor por medio de la elaboración de dulces”. El se animó a apostar a este emprendimiento porque considera que la incorporación de cultivos alternativos -frambuesa, mamón, entre otros- es una propuesta más que válida ante los altos costos y la baja rentabilidad que está teniendo la producción frutillera.

A la vez, “esta fruta se realiza en contraproducción a la frutilla y esto nos permite ocupar la mano de obra y las instalaciones que ya tenemos en el establecimiento”, remarcó Leandro Santrich (Frutillas Belén, está trabajando media hectárea con frambuesa).

Es una alternativa “interesante porque la comercialización se puede hacer en fresco y en forma congelada para heladerías, industrias y cuando exista una mayor cantidad de producción hay posibilidades de destinarla a la exportación. Es que la frutilla por sí sola no está funcionando bien y, por eso, nos vemos obligados a diversificar un poco la producción”, remarcó Santrich.

En Coronda, hay 7 hectáreas ocupadas con tres variedades -Heritage, Autumn bliss y Rubi- de frambuesa. Los rendimientos varían entre 3.500 y 5.000 kilos por hectárea, de acuerdo a los lotes y a las características de plantas que se utilicen.

Se trata de una iniciativa que está integrada a un proyecto de reconversión productiva, la cual, comenzó a dar sus primeros pasos de la mano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA)-Agencia Santa Fe- y del Ministerio de la Producción de Santa Fe.

Repercusión en la industria local

Antes de que esta experiencia comenzara a concretarse, los industriales de la zona tenían que recurrir al sur del país para conseguir este tipo de frutas; y “al terminar la época de la cosecha de frutillas, las industrias quedaban cuatro meses con capacidad productiva ociosa porque no contaban con materia prima para procesar”, señaló Sordo.

Al tener frambuesa -se implanta en agosto- que se empieza a cosechar en noviembre y diciembre hasta que surgen las primeras heladas, esta producción puede ingresar a las plantas para ser elaborada en el momento justo en el que se deja de procesar frutillas.

El ingeniero Fernando Píccoli, gerente de producción de Elaboradores de Frutas, reconoció la importancia de este proyecto. Por un lado, para que “los productores tengan otro ingreso”; y por el otro, “para que las industrias puedan continuar trabajando cuando se termina la producción frutillera”. A partir de esta iniciativa, “podemos contar con un producto nuevo que se puede comercializar e industrializar sin ningún inconveniente”, resaltó Píccoli.

Si bien “Argentina nunca se caracterizó por tener un desarrollo destacado en la producción de frambuesas y, en muchos casos, tuvo que traer de Chile, pienso que éste va a ser un negocio bastante bueno durante los próximos cuatro años. Y, si hubiese cantidad de producción suficiente se podría vender al exterior”, resaltó el ingeniero Píccoli.

Es que hay industrias de caramelos y grandes cadenas de heladerías que requieren de frambuesa para incorporar en la elaboración de sus productos.

“Nuestra empresa está en condiciones de llegar a mercados muy exigentes como Alemania donde están muy interesados en comprarnos frambuesas pero no tenemos cantidad. Acá recibimos la frambuesa, la lavamos, desinfectamos y le realizamos un congelamiento individual”, puntualizó el ingeniero Píccoli.

Este año, Elaboradores de Frutas procesó 12.000 kilos de frambuesa que trajeron del sur del país; y entre 3.000 y 4.000 kilos que compraron en la zona. “Aún es muy poco este volumen para poder exportar; y además, como el mercado interno no está abastecido, el precio local es muy bueno”.

Sin embargo, “si uno piensa en un trabajo a largo plazo hay que prever de trabajar en los dos mercados -el interno y el externo-. El mercado de Argentina es muy chico y la frambuesa no es un producto popular; por eso, hay que ver que la venta de dulces, jaleas y productos para heladería es muy interesante aquí y en Europa, Estados Unidos y Canadá”.

En la actualidad, se paga entre 12 y 18 pesos el kilo de fruta fresca al productor.

Objetivo primordial

El eje central de esta propuesta está orientado a generar una reconversión productiva de los frutilleros y para la zona de Coronda “se buscaron los cultivos que se pueden utilizar en la industria y que antes se traían de otros lugares”.

Es por eso, que se empezó a trabajar con “la producción de frambuesa, higo y mamón que se puede ir incorporando en el momento que se termina la cosecha de frutillas”, precisó la ingeniera agrónoma, María del Huerto Sordo.

Como el trabajo con frambuesa es una experiencia nueva, “les sugerimos a los productores que empiecen con una superficie que oscile entre un cuarto y media hectárea porque se necesita mucha mano de obra. Hay que ir aprendiendo a medida que se extiende el cultivo y se amplíe la superficie porque en el momento pico, se necesita entre 6 y 7 personas para trabajar en las quintas”, resaltó Sordo.

Un gran desafío al que se enfrentan los frutilleros que están interesados en diversificar

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en números

7

hectáreas

están ocupadas con frambuesa en la zona de Coronda.

en imágenes

FotoS: Amancio Alem

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Angelina y Soledad García son las que conducen los destinos de la plantación de frambuesa que tienen en la empresa familiar de gran trayectoria en la zona.

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El Ing. Fernando Píccoli comentó que ya habían procesado entre 3.000 y 4.000 kilos de frambuesa de la zona; y otros 12.000 kilos que trajeron del sur del país

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Valentín Burgos apostó a diversificar la producción frutícola en su quinta y pretende agregarle valor por medio de la elaboración de dulces.

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en números

entre

3.500 y 5.000 kg.

por hectárea

es el rendimiento que se obtiene de acuerdo a las características de cada lote y a la variedad que se haya implantado.

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Leandro Santrich destacó que la producción de esta fruta es muy interesante porque se puede comercializar en fresco o congelada.

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el dato

demanda

El sector industrial y heladerías de la región requieren frambuesa congelada para incorporar a la elaboración de sus productos. Sin embargo, como la producción local todavía es escasa en muchas oportunidades tienen que traer esta fruta de otras provincias.

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