Mercados y tendencias

Los ROE no impactaron en el maíz

Esta vez, los precios no reaccionaron. Las primeras semanas de este mes, el maíz promedió casi 400 pesos, pero bajó a un promedio de 380 desde que se presentaron los expedientes de los nuevos negocios.

Flavia Rossi.

A medida de que avanza la cosecha de la gruesa se confirma la gravedad del fracaso productivo. Los nuevos datos de la Bolsa de Cereales recortaron nuevamente las estimaciones de producción, dejándola en 13 millones de toneladas de maíz y en 36,2 millones de toneladas de soja.

Estos valores todavía son tentativos, pero teniendo en cuenta que falta cosechar casi 40 por ciento de la oleaginosa y 30 por ciento del cereal, existe la posibilidad de que los guarismos vuelvan a bajar.

En medio del alto nivel de incertidumbre, se destaca la decisión de Oncca respecto al maíz. Luego de dos meses sin novedades, se autorizaron ROE por 1,2 millones de toneladas. Con esta nueva asignación, las autorizaciones para exportar, correspondientes a la campaña 2008/2009, acumulan casi 5,8 millones de toneladas, dejando un saldo adicional menor a 300 mil toneladas.

Sin prisa pero sin pausa

Como los márgenes de la campaña anticipan ser muy ajustados para todos, las empresas productoras están siendo muy cautelosas demasiado a la hora de tomar precios, intentando definir los volúmenes que quedarán remanentes. De a poco están volcando al circuito interno la mercadería que destinarán a la exportación. La ventana de tiempo se acorta y la gente lo sabe.

Mismas medidas, diferentes efectos. La primera asignación de ROE se hizo a mitad de febrero de este año y tuvo un efecto positivo sobre los precios internos del maíz, que superaron los 400 pesos por tonelada (más de 110 dólares) acercándose y llegando a superar los valores de paridad en el sector exportador. Sin embargo, esta vez los precios no reaccionaron.

Las primeras semanas de abril el maíz promedió casi 400 pesos, bajando a un promedio de 380 pesos desde que se presentaron los expedientes de nuevos negocios.

Resistencia

La resistencia que mostraron los precios está vinculada con distintos elementos. Por un lado, la cosecha está generalizándose, lo que ahora implica mayor disponibilidad de mercadería a pesar de la escasez que se sentirá en el circuito dentro de unos meses.

Por otro lado, los exportadores estuvieron comprando de a poco sin necesidad de recalentar al mercado. Algunos compraron de más, otros de menos, aunque en términos agregados no parece haber faltantes importantes. Además, se embarcaron unos dos millones de toneladas y los límites legales para cargar lo remanente se extienden hasta el segundo semestre (agosto y octubre, según el límite de 180 días de la condición de contratación).

La falta de transparencia que existe en el mercado también complica la jugada. Las partes no pueden estimar las posiciones de los que están del otro lado del mostrador, lo que aleja las puntas y aumenta las primas de riesgo.

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En medio de todo este clima enrarecido, los consumos son conscientes de que la producción de forrajes será mucho menor, pero se mantienen tranquilos. Todo indica que cuando la exportación termine de cubrir sus ROE, les quedará mayor espacio para negocios.