PERFILES

TEXTO. FLORENCIA ARRI. FOTO: MAURICIO GARÍN.

Juan Candioti

 

Este músico santafesino ejecuta piano, guitarra, violoncello, acordeón a piano e instrumentos aerófonos.

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Hombre orquesta. “No me considero un hombre orquesta. Para serlo hay que tocar muy bien los instrumentos y todavía no he encontrado el mío... Si bien puedo sacar de ellos sonidos y transmitir, no sabría decir cuál me acompaña más. Tal vez la guitarra y el piano, con los que compongo. De algún modo, en la sociedad el músico es visto como el vago que va y viene con su guitarra, y templando dos cuerdas ya dice que trabaja... Es difícil hacer ver que es un trabajo, que uno estudia y dedica mucho tiempo a su instrumento para poder dedicarse. Si bien tiene una técnica, tiene una faceta intelectual muy fuerte porque hay que aprender y recordar arreglos, partituras, los temas que componen cada repertorio. Cada concierto es trabajo, sin menospreciar las peñas donde muchos se creen que es ir de fiesta, pero es también trabajo. Las peñas son etapas para los músicos populares donde se produce el encuentro con otros músicos. Hoy estoy en varios grupos pero más más tranquilo que otros años; lo fácil es interpretar lo instrumentos; lo difícil, transportarlos”.

Escaramujo. “El grupo está en pausa, por una cuestión de tiempo. El “Edu’ (Bavorovski) y “Poli’ (Gomítolo) organizaron para el año pasado los festivales de música latinoamericana, que por estos días se piensa hacer con carácter bienal. Escaramujo fue un aporte muy grande en mi formación. Con ellos vivimos experiencias maravillosas y por eso me une un lazo afectivo. Me sumé hace nueve años cuando me llamaron “Poli’ y Matías Mancipar, sus fundadores. Cuando ví lo que tocaban me pregunté cómo podría tocar con ellos, pero pasó el tiempo y me integré con instrumentos aerófonos. Entonces fue algo completamente nuevo.... El grupo tiene fuerza e identidad a partir de una raíz musical latinoamericana, y una fuerte dosis de transmisión. Hay temas que son muy fuertes, tal vez por eso es un grupo que gusta o no gusta, sin medias tintas. Tiene una muy fuerte raíz tímbrica que representa sonidos que vienen desde hace años. La música es movilizadora de por sí, pero hay música que llega aun más al corazón. Hay una esfera que si realmente no se siente, es muy difícil transmitir. Cada tema tiene su historia, y para un músico es muy importante saberla y contarla, a través de su voz o instrumento. De algún modo, quien sabe transmitir cuenta su propia historia más allá del tema, y la deja en el escenario, en la gente. Cada músico cuenta su historia a través de su arte”.

El arte de la combinación. “Para vivir de la música se hacen malabares porque a veces no hay actuaciones y otras se suspenden, pero por suerte, gracias a los años que llevo en esto. nos hemos hecho. Hablo en plural porque para mi familia esta profesión siempre ha sido un sacrificio. Ella tiene el importante rol de acompañar, porque muchos fines de semana hay espectáculos y se pueden perder cumpleaños o ir a contramano de espacios familiares. Eso no quiere decir que no nos encontremos; nos vemos todos los días y por suerte puedo disfrutar mucho de mis hijos. De algún modo, la familia siempre se puede amoldar, porque la música es el arte de combinar los sonidos pero, principalmente, los horarios. Con Ana (Retamozo, su señora) nos complementanos, nos organizamos... todavía no le he dedicado ninguna canción, pero de alguna manera todas son para ella. Somos compañeros en la familia y en el trabajo, porque es profesora de artes plásticas y muchas veces intercambiamos elementos, nos ayudamos. Con los chicos, si bien hay momentos sacrificados no me pierdo mucho; estuve en los nacimientos -una vez llegué justo-, pero no me perdí nada. Al contrario, creo que ganamos muchísimo en la posibilidad de poder compartir, de verlos crecer. Tal vez si tuviese un trabajo formal, con otro horario, no tendría la misma posibilidad de poder estar con ellos”.

Agradecido. “En algún momento fui verdulero en un supermercado y, en otro, vendedor... cuando me casé iba a buscar trabajo e Itatí Barrionuevo pasó por casa y me invitó a tocar con ella. Yo estaba por dejar la música, porque si bien lo vivía como experiencia artística laboral había pensado en buscar otro trabajo. Pero Itatí me despertó, me dijo “tenés que dedicarte’, y acá estoy. Me defino como músico, si bien tengo experiencia como docente. Soy un músico teatrero -adoro el teatro-, compositor y acompañante, porque también he acompañado a mucha gente, artistas conocidos y en formación... Para acompañar hay que saber muchísimo, porque es encontrar un camino junto con la voz. Todas las facetas me encantan y me llenan muchísimo; por eso estoy también agradecido de poder tener esta familia, de poder dedicarme a lo que me apasiona. Estoy agradecido de poder seguir, y ojalá que pueda hacerlo por mucho más tiempo”.

Un maestro en el arte de combinar sonidos

 

así soy yo

Inicios

Integra el grupo Escaramujo y el infantil La Gordini. Acompañó a Itatí Barrionuevo, al trío Morena’s Son y a Nahuel Ramallo, entre otros. También integrá la Orquesta Infantil de la Vecinal Guadalupe Oeste, el seminario de Rodolfo Valss, Aguacuentos y el grupo teatral Operetas.