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Por los derechos del animal

Por los derechos del animal
 

una de las actividades de addera son las campañas de concientización acerca del ciudado responsable de los animales.

 

Personas que aman a los animales conformaron Addera, una asociación que desarrolla diversas acciones: asistencia a perros de la calle, reubicación a través de la adopción y campañas antisárnicas. TEXTOS. AGUSTINA MAI. FOTOS. A. VILLAR Y L. CETRARO

La Asociación Defensa de los Derechos del Animal (Addera) es una entidad sin fines de lucro, integrada por personas que aman a los animales y, sin recibir remuneración alguna ni subsidios del Estado, donan su tiempo, dinero y esfuerzo en pos de la defensa de los animales.

Estas personas realizan muchas acciones: asisten a animales de la calle y accidentados, desarrollan campañas antisárnicas y de concientización y entregan perritos en adopción los sábados en la peatonal santafesina.

Gabriel Piedrabuena, vicepresidente de Addera, y Yoana Copper, una de las integrantes de la asociación y del “grupo peatonal” conversaron con Nosotros para relatar el trabajo que realizan con tanta pasión y sacrificio.

En los barrios

Cada tanto, un grupo de unas 10 personas visita algún barrio marginal de nuestra ciudad y alrededores para llevar adelante una campaña contra la sarna. “La campaña antisárnica consiste en brindar atención a todos los animales que tienen esta enfermedad. Si nos acompaña un veterinario podemos dar otro tipo de atención, pero esto no sucede siempre. Así que nos limitamos a la aplicación del medicamento que combate la sarna en los barrios marginados, donde las personas no cuentan con un apoyo económico para brindarle al animal la atención que requiere”, explicó Piedrabuena. El último barrio que recorrieron en Santa Fe fue Villa Oculta. Quienes participaron de la campaña quedaron “sorprendidos por la predisposición de las personas”. “Uno tiene la idea de que la gente de barrio no quiere al animal, pero nos venía a buscar, nos llevaba a su casa y estaba muy agradecida. Además, a pesar de estar catalogada como zona roja, no tuvimos ningún problema con la seguridad; al contrario, la gente se abrió y nos dio una buena recepción”, relató Gabriel.

Una de las particularidades de este barrio, según los que estuvieron allí, es que muchas personas viven de la recolección, selección y posterior venta de basura. Es por esto que el caballo se convierte en una herramienta fundamental de trabajo. “Son concientes de que si tienen el caballo en malas condiciones no pueden trabajar, así que si no lo hacen es por falta de recursos económicos”, señaló.

Un trabajo intensivo

“El trabajo consiste en ir casa por casa, que es una tarea muy intensiva pero da resultado”, explicó Yoana. “El sábado previo a nuestra visita a Villa Oculta, hicimos una volanteada para que los vecinos estuvieran al tanto de que íbamos a ir el fin de semana siguiente. Cuando llegó el día, un grupo se quedó en la casa de un vecino, a la espera de gente que ya estaba avisada. Otros dos grupos salieron a recorrer el barrio, que es lo más efectivo”, relató Gabriel.

Por lo general, se encuentran con animales en “estado deplorable”. “La mayoría de los perros tiene sarna y está abandonado”, sentenció Yoana y agregó que “hay mucha ignorancia”. “Si personas que tienen cierto nivel de educación no se acercan a un perro sarnoso por miedo al contagio, imaginate el conocimiento que pueden tener los sectores marginales. La gente no sabe que la sarna se combate con un medicamento aplicado durante dos semanas”, sostuvo Piedrabuena.

Algunos mitos en torno a la sarna obstaculizan un correcto tratamiento, como creer que “el animal se cura solo, sin intervención del humano” y que “es contagiosa para las personas”. Pero estas dos creencias son falsas. El animal necesita de una droga para curarse de la sarna: la ivemectrina, que puede ser administrada vía oral o inyectable. De todas formas, se recomienda consultar al veterinario ante un cuadro como este.

Por otra parte, si bien es transmisible de un animal a otro, los ácaros de perros y gatos no hallan en las personas un medio adecuado para sobrevivir.

Tarea docente

Además de recorrer los barrios más marginados de nuestra ciudad, Addera extiende su trabajo a otras localidades, como la comunidad mocoví de Recreo. Allí realizaron 2.000 atenciones a animales, durante 4 sábados.

En este sentido, remarcó la importancia de llevar a cabo una actividad docente: “Además de combatir la sarna, uno conversa con las personas, les dice que no tengan los animales atados, que la sarna se cura con una inyección, que si necesitan asistencia nos llamen y tratamos de hacerles entender que el animal también sufre y que se trata de una vida”.

Todo a pulmón

A pesar de las limitaciones económicas, Addera ha realizado esta tarea educativa y de concientización en distintos barrios, como Varadero Zarzotti, Alto Verde, San Pantaleón y Pompeya.

¿Con qué fondos sustentan las actividades que desarrollan? “Contamos con unos 300 socios, que pagan una cuota mensual, pero no alcanza. Para que te des una idea, una operación por fractura, que es muy común en perros accidentados, que lamentablemente encontramos todas las semanas, sale cerca de $500. También necesitamos comprar los medicamentos contra la sarna y las inyecciones descartables. Además no contamos con una movilidad propia para ir a los distintos barrios. Todo es a fuerza de pulmón y gracias a la ayuda de la gente. Nosotros no recibimos nigún subsidio del Estado”, contó Gabriel.

Quienes quieran asociarse y colaborar con la acción de Addera, pueden llamar a los teléfonos (0342) 156-309621 y/o 154-464955.

Castraciones

Otro problema de la ciudad de Santa Fe es que muchos perros, perras, gatos y gatas no están castrados, con lo cual se reproducen varias veces al año, aumentando la cantidad de animales abandonados en la calle.

Para comunicarse con gente de Addera que trabaja en el tema castraciones, se puede llamar al (0342) 154-798519.

“Muchas asistencias las hacemos en la calle y tenemos que dejar al animal en la calle porque no tenemos dónde llevarlo. A pesar de esto, no compartimos la idea de seguir creando refugios porque se terminan convirtiendo en depósitos de animales, en los que se les niega la calidad de vida que requieren porque están hacinados. La única manera de combatir el problema de los perros de la calle es a través de la castración”, sentenció Piedrabuena.

Cabe recordar que la Sociedad Protectora de Animales, otra entidad que trabaja a favor de estos seres vivos, cuenta con un refugio, en el que cerca de 700 perros esperan un hogar.

Respecto a los animales accidentados, Piedrabuena se quejó porque el Zoocobem funciona de 7 a 13 y fuera de ese horario cuenta con sólo 30 horas para atender urgencias. Cumplidas esas horas extras, el servicio se restringe a trabajar por la mañana.

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Adopciones

Desde el 2000, todos los sábados de 10 a 13 en 1º Junta y San Martín, integrantes de Addera y de la Sociedad Protectora de Animales llevan cachorros para dar en adopción a personas responsables. Por mes se entregan unos 60 cachorros. Para adoptar se puede llamar al (0342) 154-798519.

Hogar de tránsito

Cuando un perro es encontrado en mal estado, necesita tiempo y atención si está accidentado, a veces una operación- para recuperarse y ser dado en adopción. Personas de buen corazón funcionan como “hogares de tránsito”, albergando a estos animalitos hasta que puedan ser adoptados. Addera colabora con la alimentación y atención veterinaria.

Maltrato animal

Ante casos de maltrato (golpes, tenerlos atados, falta de alimentación o atención veterinaria, etc.), cualquier persona puede hacer la denuncia en la seccional correspondiente al lugar donde se produjo el hecho. En el caso de los caballos, se recomienda llamar al Comando. También se pueden comunicar con el (0342) 154-626203 (casos Santo Tomé) y (0342) 154-228752.

más datos

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los integrantes de la asociación advierten sobre la necesidad de la tenencia responsable.

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Los perros en los hospitales

Son cotidianos los reclamos para que saquen los perros de los hospitales de la ciudad.

Integrantes de Addera se reunieron con el subdirector del Hospital Cullen y el Consejo de la Administración.

“Ellos plantean el alojamiento de los animales como un problema, pero ¿de quién es la culpa?”, se pregunta Gabriel Piedrabuena. El origen de esos perros tiene que ver con personas que ingresan al hospital, seguidos por sus mascotas. A veces la persona fallece, entonces el can se queda en el lugar esperando a su dueño.

“Le pedimos al hospital que controle la cantidad de animales, que no permita más el acceso, cerrando las puertas de ingreso. Los que ya están pueden ser vistos como un recurso, a través de la zooterapia, que utiliza los animales para facilitar algunas terapias”, explicó.

Hasta el momento no obtuvieron respuesta, así como tampoco se pudo avanzar en la castración de los perros de los hospitales ni se pudo encarar una campaña para que sean adoptados.

Por otro lado, desde Addera denunciaron el estado del Instituto Antirrábico, perteneciente al Ministerio de Salud. “El ministro Cappiello dijo que lo iba a cerrar, pero sigue funcionando como siempre”, se quejó el vicepresidente de la asociación.

“Cualquier persona que lleva un perro bajo el pretexto de que mordió, deja el animal encerrado en una jaula de 1 metro por 1 metro durante 10 días. No se pide denuncia policial ni certificado médico. Lo peor de todo es que, aunque no se le constate rabia porque los casos con escasísimos en todo el país, si la persona pide que se lo sacrifique, el Antirrábico lo hace. ¿Cómo alguien puede arrogarse el derecho sobre la vida con tanta impunidad?”, denunció Piedrabuena, quien recordó que la causa judicial contra el Antirrábico todavía no ha sido resuelta.