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Los escritores y sus voces

Los escritores y sus voces

“Ocho libros”, de Salvo (1983). El nuevo sello propone difundir autores relegados o inéditos

 

Con nada menos que diez títulos, surgió en la escena de la poesía argentina la editorial El Suri Porfiado, con el objetivo de publicar tanto a las voces nuevas como otras relegadas o escasamente difundidas. FUENTE. AGENCIA TÉLAM. FOTO. EL LITORAL.

Un nuevo emprendimiento editorial, con un singular nombre, acaba de aparecer en la escena de las letras argentinas: Suri Porfiado. Lo de “porfiado” cabe al espíritu obstinado, tenaz, de quienes dirigen este proyecto: el poeta salteño Carlos Aldazabal y el pampeano Sergio De Matteo, abocados desde hace tiempo a presentar el sello en diversas provincias del país.

Entre los libros de El Suri Porfiado se destacan obras de jóvenes poetas, como “Parque de destrucciones”, de Rodrigo Galarza; “Cheetá”, de Emiliano Bustos; y “Poema en veinte vinos”, de Dante Sepúlveda, además de “El Caserío” y “Diario de navegación”, de Aldazabal y De Matteo, respectivamente.

También hay trabajos de escritores reconocidos, aunque con una difusión accidentada, como los libros “Penúltimo poema del fútbol”, de Bernardo Canal Feijóo y “Elegías de la piedra que canta”, de Juan Carlos Bustriazo Ortiz.

“La nueva editorial -contó Aldazabal- surgió de charlar mucho entre amigos, de pensar en conjunto alguna alternativa a la invisibilidad que veníamos padeciendo poetas de distintas regiones del país que no estamos en los cánones de la moda”.

Sobre la particularidad del nombre, el editor explicó que “suri” significa “ñandú”, en quechua: “Fuimos tirando distintas variantes, y entre las que yo propuse estaba el suri porfiado, un poco en tono de broma. Y finalmente fue elegido por unanimidad”.

Nacido en 1974 en Salta, Aldazabal -tiene publicados varios libros, entre ellos “La soberbia del monje” y “El Caserío- recibió el Primer Premio Regional de Poesía de la Secretaría de Cultura de la Nación.

Poesía, a secas...

El nuevo sello está integrado principalmente por poetas jóvenes que -según el salteño- se reconocen en las distintas tradiciones de la poesía argentina. “Con Bustos está lo mejor de la poesía rioplatense (Lamborghini pero también Miguel Angel Bustos); y con Galarza vuelve a escucharse la nitidez de la poesía de Corrientes, en especial la voz de Francisco Madariaga”, destacó Aldazabal.

En esa dirección, agregó: “Con Dante Sepúlveda la poesía patagónica muestra que ya tiene sus propios referentes: Jorge Spíndola, Ricardo Costa, Juan Carlos Moisés, Raúl Mansilla, Graciela Cros; en el caso de De Matteo está la tradición de la provincia de La Pampa: Olga Orozco, Bustriazo y Edgar Morisoli”.

El mismo Aldazabal, como uno de los gestores de El Suri Porfiado se siente heredero de la poesía del Norte: “Manuel J. Castilla, María Elvira Juárez, pero también Néstor Groppa, Bernardo Canal Feijóo o Jacobo Regen”, citó.

La elección de los primeros títulos surgió de una posición meditada: “No queríamos una colección de poesía joven, sino de poesía a secas, donde hasta el más joven tuviera una trayectoria y un compromiso con el oficio poético. Por eso arrancamos con pares y maestros”, señaló.

Esfuerzo cooperativo

Organizados como una cooperativa editorial, los poetas de El Suri Porfiado exponen su propuesta: “Si bien hay una fuerte impronta de las nuevas voces, también nos interesa rescatar a referentes olvidados de nuestra cultura. Así, publicamos a poetas que admiramos: Oscar Steimberg, Canal Feijóo y Bustriazo Ortiz”, indicó Aldazabal.

Tras subrayar que les interesa “abrir un espacio donde se evidencie la riqueza y la diversidad poética de la Argentina”, el editor se refirió a la dificultad de editar poesía en Argentina: “No es fácil. Pero, al parecer, para las nuevas generaciones se vuelve imprescindible la tarea. Las condiciones económicas impuestas en los 90 y la crisis del 2001, desataron una proliferación de micropymes, incluso las de poesía. Frente al desinterés de los grandes conglomerados editoriales por el género, la producción independiente se presentó como una solución posible”, afirmó Aldazabal.

“El problema -enfatizó- fue que esta proliferación, en vez de ser un espacio de diversidad y de libertad, se transformó en un eco esnobista aprovechado por tendencias hegemónicas; un esnobismo moldeado principalmente desde Buenos Aires, Bahía Blanca y Rosario”.

Publicar a autores un tanto marginados como Canal Feijóo y Bustriazo, le significó a El Suri Porfiado, “una gran felicidad por hacer circular nuevamente voces importantísimas de la poesía nacional: “Penúltimo poema del fútbol”, de Canal Feijóo es de 1924, un texto pionero en la antigua relación entre literatura y fútbol. Lo mismo ocurre con la poesía de Bustriazo Ortiz, con el agregado de que ‘Elegías de la piedra que canta’, es un escueto fragmento de una obra monumental y secreta compuesta por casi 80 libros. De la obra de Bustriazo se venía hablando mucho. Ahora van a poder empezar a leerlo”, acotó Aldazabal.

Sobre los próximos pasos de El Suri Porfiado, el poeta salteño habló de un catálogo en preparación, en el que ya figuran los nombres de Alberto Szpunberg, Jacobo Regen, María Elvira Juárez, Paulina Vinderman: “También algunas antologías de poesía joven latinoamericana”, adelantó.

La distribución de la nueva editorial está a cargo de la distribuidora de los principales sellos independientes, con nombre no menos llamativo: “Voy a salir” y “Si me hiere un rayo”.