Anuncio oficial de su retiro

El similar ocaso de dos grandes

Alejandro Galetto

Finalmente, Guillermo Coria oficializó ayer su abandono de la actividad profesional en una conferencia de prensa ofrecida en el Vilas Club de Bosques de Palermo, Buenos Aires. En ella, sus declaraciones no difirieron de las que había otorgado a una radio capitalina horas antes, aunque sí se pudo apreciar la gran similitud de su experiencia con la que tuvo otra grande de nuestro tenis, Gabriela Sabatini.

De hecho, existen muchas similitudes entre sus carreras. Sabatini llegó a ser número 3 del mundo en un momento en el que había un grupo de grandísimas jugadoras, algo similar a lo que le ocurrió a Coria, coetáneo de Federer, Nadal y Roddick, entre muchos otros.

Gabriela tuvo todo para ser número 1 pero falló en un partido que tenía ganado (ante Mary Joe Fernández en Roland Garros 2003 estaba 6-1 y 5-1 y lo perdió) y ya nunca volvería a ser la misma; Coria tenía la Copa de los Mosqueteros 2004 en sus manos cuando se acalambró y le permitió festejar a Gastón Gaudio.

Por último, Gaby comenzó a tener muchos y graves problemas con su servicio, que hicieron que toda la prensa del mundo hablara sólo de ello; lo mismo le ocurrió al venadense.

Las palabras que se difunden a continuación pertenecen a Sabatini. “No fue una decisión fácil ni de un día para otro. Los dos últimos años estaba sufriendo, padeciendo las ganas de jugar al tenis, no estaba feliz dentro de la cancha, pero no sabía bien qué era lo que me pasaba. Gracias al trabajo con un psicólogo deportivo pude darme cuenta de que en realidad no quería jugar más, que me pesaba mucho jugar al tenis y entrenarme”. La idea central de estas frases es la misma que dejó el santafesino.

Todo esto evidencia con claridad las dificultades que conlleva estar tan arriba en un deporte a nivel mundial y las presiones que suponen para aquellos que deben sostener ese status. Porque tanto Sabatini como Coria fueron dos protagonistas destacados del concierto mundial, pero no “extraterrestres” mentales como Nadal, Federer o Steffi Graf. Igualmente, más allá de los vacuos exitismos, fueron dos figuras enormes que quedarán para siempre en los anales del deporte blanco argentino.