Llegan cartas

Esa sensación de vivir

Clary Miroznik German

Señores directores: Vivir es un arte difícil de aprender. “Tenemos esa bendita costumbre de vivir”. La vida es una serie de momentos que se mueven en ciclos que van cambiando, y quien no ha vencido algún temor no conoce la vida. Todo es competitivo, todo está basado en esa idea de llegar al éxito, al poder, al dinero fácil. El ser humano sólo mira hacia fuera en busca y en pos de algo, cuando debería mirar su propio mundo interior, darse cuenta de que nada es nuestro realmente, que todo pertenece a la existencia, que estar en el mundo y no ser pecador no es posible, y que sólo se salvará ayudando a otros y ocurre muchas veces que nunca se da tanto como cuando se da una esperanza. Intentemos iluminarnos de fe, y la sensación de felicidad vendrá sola. En esta vida nunca se está libre de tentaciones, por eso siempre se tiene necesidad de armas espirituales.

Había un campesino que cuando despertaba todos los días estaba dispuesto a hacer cualquier tarea, porque se decía a sí mismo “Todavía estoy aquí, viva la vida”. Si toda la vida son cambios ¿por qué les tememos? Y si es tan difícil cambiarse a sí mismo ¿cómo se podrá cambiar a los otros?

La vida llama a seguir adelante. Bailemos, que la danza sea ahora y que venga de todo nuestro ser. Se vive una sobrecarga de preocupaciones, de dudas, urgencias, obligaciones. Hay que tener conciencia: cuando pienso, pienso, cuando río, río, y cuando decido, decido. Hay que cerrar historias pasadas, ésas que a pesar del paso del tiempo nunca dejaron de doler. Kafka era en sí un mundo profundo y extraordinario; el universo kafkiano fue de temas eternos, absurdos, trágicos. Hoy en el mundo se ha instalado la crisis global, los bancos tienen su versión, los clientes su preocupación.

Estamos en una depresión política, tiempos críticos, nuevas corrientes de pensamientos, un nuevo orden mundial. Soplan ráfagas de rencor en un clima de hastío, los países se están deslizando hacia planes de presión social insoportable.

Aun en tiempos pretéritos, Confucio solía decir: “En un país bien gobernado debe dar vergüenza la pobreza”. Agreguemos: “En un país bien gobernado debe dar vergüenza la ignorancia”. El gobierno y la cultura deben estar unidos para que el Estado florezca.

Miremos las rosas florecer, con la convicción de que estamos siendo testigos de la vida, sigamos esperando que nos inunde esa sensación de vivir y busquemos nuestro lugar en el universo. Hay cosas que no debemos dejar pasar, una mirada de afecto, el sentido real de una frase, la belleza de un verso. En todos los tiempos la vida se resuelve sólo en saber soportarla.