Las empresas de base tecnológica (III)

La necesidad del capital de innovación

Dr. Alberto E. Cassano (*)

En una primera contribución, se planteó una definición de las características de las empresas de base tecnológica (EBT) que, en resumen, son aquéllas sustentadas en la innovación que resulta usualmente de la aplicación del conocimiento a nuevas ideas para trasladarlas al mercado de usuarios. Estas empresas tienen un componente primordial en sus activos intangibles, tales como el capital humano y la madurez alcanzada, como para llevar a cabo innovaciones mediante la investigación y el desarrollo, en sus propias capacidades instaladas o accediendo a las de otros.

Más adelante, y continuando con la temática, se describieron las diversas formas que podía tomar el capital para la innovación, como una parte sustancial del “Tetraedro para el Desarrollo”, donde el sector financiero juega un rol fundamental. La pregunta que sigue de inmediato es ¿por qué es necesario el capital para la innovación?

El haber desarrollado no ya una idea sino aun una tecnología no es sinónimo de que la organización privada o pública que la ha generado sea capaz de darle valor mediante su introducción en el mercado. En muchos casos, estas tecnologías no lo alcanzan debido a diversos motivos, tales como: dificultades de financiación para acometer las inversiones ligadas a la fabricación, cambios en las expectativas o requisitos de potenciales usuarios que limitan el mercado inicialmente pensado, falencias en el proceso de industrialización a partir de los prototipos previos, pérdida de competitividad por la aparición de una tecnología alternativa, inexistencia de una cultura de comercialización o trabas legales no contempladas, que permitan convertirla en una actividad de carácter rentable económica o social. En este aspecto, la vinculación con empresas grandes o pequeñas, instituciones especializadas o grupos inversores, todos con experiencia en las etapas que deberían continuar, reducen el riesgo.

Los gobiernos de muchos países, no sólo los nacionales sino también los regionales (en nuestro caso provinciales), realizan esfuerzos para apoyar la creación de estas empresas, fundamentalmente en la financiación inicial aunque también mediante la creación de organizaciones dentro de los centros públicos que favorezcan su aparición. Una gran parte y seguramente la más importante, de las funciones de los parques tecnológicos es precisamente el soporte y la ayuda para la creación de estas nuevas empresas, intentando reducir las barreras para su nacimiento y desarrollo y minimizar los riesgos intrínsecos de esta nueva forma de actividad.

La minimización del riesgo

En cualquier caso, se está hablando de una actividad nueva que implica inseguridades y contingencias no siempre fáciles de anticipar. Con el objeto de minimizar el riesgo se diseñan estrategias para evitar los fracasos. En primer lugar, una actividad innovativa, no necesariamente nace, se desarrolla y cumple su ciclo productivo con el grupo que le dio vida. Existen otras posibilidades. Hidalgo Nuchera, reconocido experto español en el tema, menciona a título de ejemplo:

I) Innovación bajo demanda. El proceso de comercialización es impulsado por un usuario (cliente) que necesita utilizarlo. En este caso, la valorización está asegurada desde el comienzo.

II) Asociación con nuevas formas institucionales a través de parques tecnológicos.

III) Asociación con universidades u organismos de investigación y desarrollo que colaboren con los costos de los desarrollos.

IV) Adjudicación de licencias con o sin exclusividad. Comercialización de la tecnología, previamente protegida, a cambio de compensaciones económicas.

V) Venta a una tercera organización.

VI) Comercialización directa. Desarrollando su departamento de ventas y distribución. Es la más riesgosa, en especial si no se posee suficiente experiencia en el tema.

Pero en ningún caso se pasa en forma simple de una idea a una empresa productiva y menos más aún si es de base tecnológica.

Las fases de formación y el capital

Las empresas de base tecnológica atraviesan por un conjunto de fases que deben ser conocidas tanto por los tecnólogos como por los potenciales inversores:

I) Fase de exploración. Es la actividad que lleva a analizar una nueva idea y ejecutar todas las acciones necesarias para verificar su potencial factibilidad, culminando con un Plan de Negocios tentativo. De cualquier forma, una vez superada la primera instancia del desarrollo de una idea, es fundamental que la gestión de recurso tecnológico se convierta en un elemento fundamental, para asegurar el éxito de la empresa. En este aspecto, junto a la idea, el factor limitante por excelencia es el conocimiento del mercado potencial y la factibilidad del negocio. La gestión experimentada, puede provenir muy frecuentemente de instituciones especializadas, empresas preexistentes y en menor grado de centros de investigación o universidades. Ésta es la típica actividad de la Pre-incubación o la Incubación en un Parque Tecnológico. En estas etapas, el capital semilla, más frecuentemente a cargo del Estado, es fundamental.

II) Fase de nacimiento. El objetivo es iniciar las actividades y explorar la comercialización de los primeros productos o servicios reduciendo paulatinamente la dependencia con las empresas o centros de los que proceden. Al final de esta fase se supone que se ha encontrado y verificado un nicho de mercado en el que una nueva EBT puede desarrollar sus actividades y que, sobre esta base, ha logrado consolidar un plan de negocios verificado. El número de empleados necesarios suele, en general, requerir ya el acceso a fuentes de financiación privadas y/o ayudas públicas que van a cubrir la inversión necesaria desde actividades de investigación y desarrollo de la idea innovativa, hasta las pruebas de la factibilidad comercial. Esta fase es la más típica actividad de una incubadora de empresas en un parque tecnológico, con el objetivo bien definido de constituir la EBT. Acá intervienen tanto el capital semilla como el de arranque.

III) Fase inicial de lanzamiento. El objetivo es consolidar su presencia en el mercado, comenzando posiblemente también a vislumbrar un proceso de diversificación e intercambio de tecnologías con otras empresas. Los productos comienzan a estabilizarse y maduran mediante nuevas versiones. Se desarrollan las funciones de soporte a usuarios y mercadeo y aunque el número de empleados necesariamente crece, se mantiene un núcleo operativo de alta calificación. Para ello, se deben seguir recibiendo ayudas privadas o públicas muy selectivas para continuar el desarrollo de los nuevos productos o procesos o mejorar los existentes. Esta actividad puede ser llevada acabo con menor riesgo en las fases de pre-radicación de un parque tecnológico. Claramente estamos hablando del capital de arranque.

IV) Fase de consolidación. La nueva empresa de base tecnológica ya se percibe como una empresa consolidada, similar en servicios y competitividad a las establecidas previamente. Se teje una red de alianzas estratégicas para incrementar la presencia de sus productos y nuevos desarrollos, y alcanza un tamaño que le permite mantener su actividad con un cierto margen de seguridad. Aunque no es la única opción, ésta constituye la típica actividad de una radicación en un parque tecnológico. Y es evidente que desde el punto de vista financiero, no estamos refiriendo al capital de consolidación.

Por este motivo, mencionamos en la contribución anterior que sin la presencia del sector financiero, el desarrollo de una empresa de base tecnológica, salvo casos muy excepcionales o cuando se trata del “spin off” corporativo de otra gran empresa ya establecida, se torna casi una utopía. El creador de una idea y en mucho casos, las Pymes, por sí solas, no están en condiciones de afrontar las etapas antes descriptas. Y es aquí cuando surge la necesidad del “ángel inversor” que les tiende una mano que no está impulsada por la generosidad (que sería un error) sino porque vislumbra (sin certeza) la posibilidad de un negocio altamente rentable.

(*) Intec (UNL y Conicet). Presidente del Directorio del Ptlc-Sapem.

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