Llegan cartas

Salir de Cuba

María Cristina Colasanti.

DNI: 11.085.999.

Señores directores: Mi carta va como aporte a lo que se ha comentado en una radio local acerca del tema Hilda Molina. Conozco Cuba de una vida, mi corazón es en parte argentino y en parte cubano y mi desvelo es la tierra cubana y su gente. Allí para decirlo en forma breve, tengo amores que serán eternos.

No vengo aquí a cuestionar los postulados de la revolución cubana. Los pueblos son libres de autodeterminarse y elegir el camino que consideran correcto. Quiero simplemente decir que yo personalmente, lo cual puede constatarse en la embajada de Cuba en la Argentina, como en la embajada argentina en Cuba, he tramitado una carta de invitación para un cubano que actualmente reside en tierra santafesina. El trámite es costoso, es engorroso, es complicado y no hay certeza de la entrada del cubano invitado, pues luego de pagar fortunas en valor dólar, incluido pasaje, no hay seguridad de que le brinden la salida al invitado. Primero se paga y mucho, luego se saca pasaje de ida y vuelta y luego si el gobierno cubano estima procedente, se le da lo que se llama carta blanca. Si dicha carta no prospera, se pierde todo el dinero invertido como igualmente los pasajes.

La carta de invitación puede serlo por quince días a un mes, prorrogable hasta el plazo máximo de once meses, el que podría extenderse en caso de que el cubano consiga un trabajo legal. Repito, es mucho dinero, cosa que no ocurre si cualquier ciudadano de cualquier parte del mundo decide visitar cualquier lugar del mundo. Pero el cubano no puede salir de Cuba con una simple visa y un pasaje, así sea ida y vuelta. Imperiosamente necesita la carta de invitación y el gobierno cubano decide a su forma de entender a quién se le otorga el derecho de salir y a quién no, y además tendrá que depositar en un banco cubano de su domicilio el valor de cincuenta cuc diarios (moneda convertible cubana hoy a valor euro) por cada día de estadía, en este caso en la Argentina.

Médicos no salen de Cuba, ya en la embajada cubana si cualquiera va a solicitar carta de invitación, indican que no hay que molestarse en ello si de médicos se trata. Tengo un ahijado cubano llamado Yasser Palay Esquivel, con una preparación intelectual superior, tiene maestría en Ciencias Hídricas y ha sido aceptado en la Universidad Nacional del Litoral para cursar una pasantía. De no haber sido cubano simplemente saldría de su tierra con visa de turismo y pasaje, y estando en Santa Fe tramitaría su visa de estudiante en la Dirección de Migraciones de Rosario, pero por ser cubano se requiere que su visa de residencia temporaria sea gestionada por abogado inscripto en un registro especial, para lo cual se precisa un costoso carné que nos ha demorado siglos en ser otorgado, y además, por si fuera poco, pues todos estos trámites se traducen en dinero más dinero, que dicho abogado se haga cargo responsable del comportamiento de la persona involucrada.

Quiero decir sin entrar en polémica alguna, que no es nada fácil para un cubano visitar tierra extranjera y que soy una de las tantas personas que brega por una Cuba más abierta, donde mis amigos que tanto adoro puedan venir a visitarme sin que yo tenga que ponerme a pagar altos costos.