Los 50 años de educación

inicial en la provincia

Beatriz A.G. Martínez (*)

Habiéndose festejado el 28 de mayo ppdo. el Día de los Jardines de Infantes, instituido por la Unión Nacional de Asociaciones de Educadores del Nivel Inicial -Unadeni- y conmemorado los 50 años de la Ley 3.514 de Creación de Jardines de Infantes, estimo oportuno efectuar algunas consideraciones que vinculen el camino recorrido con un hoy que aparece incierto en el área.

Imposible efectuarlas sin evocar, con admiración, la excelente obra, en el orden privado, de Sara Faisal, en cuya institución, que también cumplió 50 años, se formaron las primeras maestras jardineras santafesinas. Imposible dejar de recordar con afecto a Nélida B. de Boente, pionera en el orden oficial, en la lucha por lograr un espacio para la educación inicial, poner en marcha los primeros 39 jardines de infantes, organizar los profesorados oficiales de formación docente... Nélida fue un ejemplo de convicciones profundas sobre el cometido que se le asignara al instrumentarse la Ley 3.514, por su empuje para convencer, lograr acuerdos y ocupar espacios, al impulso de sólidos fundamentos.

Su obra tuvo muchísimos seguidores: la comunidad y las maestras jardineras, quienes debimos sortear avatares político-institucionales y socio-económicos estos 50 años, los que determinaron momentos difíciles: cierre de establecimientos, cercenamiento de libertades, desconocimiento, “olvidos”.

Pero además, siempre los docentes, que nos organizamos en la Unadeni hicimos, desde las entonces fuertes asociaciones de base, bastiones de elaboración de propuestas para apoyar y/o revertir situaciones.

Con respecto a las conducciones políticas de educación inicial, es de justicia reconocerlo, siempre, ¡siempre!, siguieron construyendo y redoblando esfuerzos, contra viento y marea.

Quienes demandaban el “preescolar” sólo para “aprestar” en matemática y lecto-escritura, a la par sostenían que los niños llegaban a la escuela primaria conversadores, muy inquietos, reclamando juego. Hoy, como nunca se revaloriza el juego y la participación activa en el aprendizaje, pero es posible admitir que en casos, cabía poner un “bemol”.

Los docentes seguimos intentando definir con perfiles precisos la educación infantil, más allá de las estimaciones útiles antes expresadas, que no rechazamos y sí integramos, así como la valoración del cuerpo y el movimiento, a objetivos y valores humanistas. Siempre sostuvimos la idea de sistema, y adherimos a la concepción de educación permanente, integral, centrada en el hombre, capaz de aprender y perfeccionarse toda la vida, desde la niñez, cuando se imprimen señales básicas e indelebles. ¿Es que acaso esta concepción no está explícita en el actual currículum del nivel?...

Debíamos además cumplir con el mandato instituido. La Constitución Provincial, en su sección Octava, establece la obligación del Estado de “proveer a la educación preescolar y elemental” —sistema existente al momento—, “pudiendo proteger la enseñanza secundaria, técnica y superior”. Pues había que cumplirlo.

Fue Santa Fe la primera provincia en tener su Ley del Nivel Inicial, la 10.411/89, que estableció que éste se constituía en el primer tramo del sistema educativo. Su reglamentación, decreto Nº 4.340, dio paso al primer Digesto del Nivel Inicial existente en el país.

En el camino por la identidad del nivel, las sucesivas gestiones impulsaron posturas cada vez más integrales respecto a currículum, lográndose el diseño vigente, comprensivo de los dos ciclos. Se puso en marcha la autonomización del nivel, se trabajó con municipalidades por el control de servicios particulares, se profundizó en la integración de niños con dificultades de aprendizaje, y tratando de hacer realidad la equidad y la justicia social, se desarrollaron proyectos para servir a los sectores sociales más desprotegidos.

Todos las propuestas se llevaron a cabo con la participación de docentes, padres, autoridades municipales, profesionales... De esta afirmación dan fe los intervinientes y obran constancias documentales escritas y fílmicas. Una de ellas exhibe la demanda, el proceso y la riqueza de propuestas para la puesta en marcha de servicios en zonas rurales.

En relación con un aspecto como es la articulación, trabajado desde todas las perspectivas, se dio contenido y sentido a la obligatoriedad de los 5 años, elaborando el informe final que representa exponer logros alcanzados, más que garantizar la concurrencia al Jardín de Infantes. Docentes del Nivel Inicial y Primario participaron en esta tarea acordada en el Consejo Federal de Educación.

Los proyectos están y “deben estar” en proceso, deben ser profundizados, mejorados con criterio científico. Corresponde en consecuencia, efectuar evaluaciones sistemáticas y participativas, y proceder en consecuencia. La realidad contemporánea impone, a la vez, nuevos proyectos que surgirán de actitudes comprometidas y creativas de quienes actúan y conducen el área.

Cuando la Ley Federal de Educación, y luego la Ley de Educación Nacional, estructuran el sistema educativo y colocan al Nivel Inicial como su primera unidad pedagógico-organizativa, Santa Fe había dado muchos pasos para afirmar un perfil de avanzada, como lo juzgó el Consejo Federal de Educación.

Hoy preocupa a quienes somos parte de la historia del nivel, cuanto sucede o “no sucede” en el área desde hace más de un año y medio, y desconcierta la aparente ausencia de conducción y de políticas para la gestión, cuando se afirma que “Educación es la prioridad número uno”. A fines de 2007 se “olvidó” crear la Dirección Provincial, posteriormente se creó, pero —supervisores y directores— desconocen los proyectos y programas de la misma. Hace unos meses, la directora provincial pasó a hacerse cargo de la Dirección de Educación Superior dejando, en la práctica, acéfala la de Inicial.

¿Puede otra docente, sólo relevada de su cargo, “atender el despacho” de Inicial, cuando es claro que a cada problema, a cada situación o demanda que allí se exponga corresponde una “decisión ideológico-política” coherente con los Lineamientos del Ministerio de Educación?

Deseo fervientemente que éste no sea uno más de los problemas que nos tocó transitar en el área.

Estas consideraciones y estimaciones tienen como objetivo exponer inquietudes, con todo derecho y con un deber profesional y cívico, aspirando a que las dificultades sean rápidamente superadas. Creo que será así, porque las maestras siempre están dispuestas a acompañar, reflexiva y críticamente los proyectos. Lo sé y lo he experimentado desde todos los cargos y funciones que desempeñara en el Nivel Inicial.

(*) Ex supervisora de Jardines de Infantes; ex directora Provincial de Educación Inicial; cofundadora de la Asociación de Maestras Jardineras y de Unadeni.