Se realiza en París la Conferencia Mundial de Educación Superior
Piden a los gobiernos frenar
la desinversión en educación
Algunos países han logrado casi el acceso universal a la educación superior con un 70 u 80 % de las tasas de participación de edad, mientras que otros siguen estando muy por debajo del 10 %.
Horacio Finoli (Télam)
Mil cuatrocientos veintiséis delegados del más alto escalón del conocimiento mundial exhortaron en París (Francia) a todos los gobiernos a frenar la desinversión en el área de educación superior, por la crisis económica, destacando que hay que redoblar la apuesta presupuestaria para movilizar las palancas productivas.
El director general de la Unesco, el japonés Koïchiro Matsuura, dijo el domingo en la apertura simbólica de la Conferencia Mundial de Educación Superior que el sector -integrado mayoritariamente por las universidades- está protagonizando un “rol revolucionario”, por el incesante aumento de estudiantes sobre cuyos hombros recae el futuro inmediato del planeta.
El delegado mexicano y presidente de la Asociación Internacional de Universidades, Juan Ramón de la Fuente, pareció dar en la tecla al ratificar la oposición generalizada a la Organización Mundial del Comercio, cuando a fines del siglo pasado declaró a la educación como un bien transable, lo que pavimentó el camino de una privatización desregulada.
En los mismos términos está escrito el borrador de uno de los tres documentos centrales del encuentro, en el que participan ministros de buena parte de los 191 Estados miembro de la Unesco, al señalar que “el comercio de servicios es una manifestación de la globalización que causó gran preocupación en la comunidad académica”.
El debate ideológico que se avecinaba en este punto, sin embargo, pareció neutralizarse de ese modo diplomático y el interés se centró más al conocerse, por ejemplo, que sólo el 26 por ciento de la población mundial en “edad educativa”, tiene acceso a Internet, pese a los esfuerzos que se están haciendo en sentido contrario.
El mencionado informe preliminar sobre el que empezarán a trabajar mañana los especialistas, revela que “algunos países han logrado casi el acceso universal a la educación superior con un 70 u 80 por ciento de las tasas de participación de edad, mientras que otros siguen siendo muy por debajo del 10 por ciento”.
Argentina tiene una de las mejores coberturas, superando el 46 por ciento y posicionándose casi al tope de la lista en América Latina y el Caribe, con tendencia ascendente, ya que además de las casi sesenta instituciones particulares de educación superior, tiene 40 estatales.
China tiene 2.200 instituciones de ese nivel y, en los últimos años, incorporó a 260 millones de jóvenes de la franja etaria correspondiente, al sistema en el que, curiosamente, también hay un grupo importante de casas de estudio privadas.
Disertación de Tedesco
En tanto, ayer, la primera jornada real de discusiones en la Conferencia Mundial de Educación Superior giró en torno a la necesidad de reforzar la igualdad en la escalera educativa, para enfrentar los próximos pasos de la humanidad. Casi todo el día estuvo dedicado a pasar revista a la situación de África.
El ministro argentino Juan Carlos Tedesco fue la voz de América Latina y el Caribe y planteó que para salir del pantano (“el corto plazo es urgente”, sintetizó), su país piensa en “proteger la inversión en el sector y asegurar la equidad social desde los primeros tramos educativos”.
El funcionario declaró a Télam que los tres ejes de la reunión de la Unesco son, además de ese fortalecimiento a los sectores más desprotegidos, “el rol del Estado para definir esas prioridades y la firme decisión de comprometernos a que esas cuestiones estén separadas de la coyuntura, porque son inmodificables”.
“¿Qué habría pasado si hace unos años -preguntó Tedesco a este cronista- no se hubiera declarado de bien público el genoma humano? ¿Tenemos idea de las consecuencias que para nuestra propia historia genética y la acción de los laboratorios, significaba eso?”, añadió.
El ministro volvió a aludir así a una de las obsesiones de los congresales de la Unesco: el pronunciamiento categórico de los 191 países contra la consideración de la educación como un bien transable. Incluso, entre algunos participantes ya se echó a rodar la idea de que esa respuesta tiene que ser con el concepto de “servicio público”, para -implícitamente- evitar a futuro conflictos sindicales salvajes, como los que hubo a principios del actual ciclo lectivo en la provincia de Buenos Aires.