EN LA INAUGURACIÓN DE UNA MUESTRA

Marcos López director de cine,

Ramón Ayala el protagonista

Un delirio, un juego, otra creación. Ramón Ayala inauguró su muestra en el Quinquela Martín de La Boca. Marcos López filmó la escena de la película “Entre la selva y el río”.

Marcos López director de cine,  Ramón Ayala el protagonista

Marcos López, Dalila, Gardel y Ramón Ayala, en el Quinquela Martín. Los personajes de las fotos no se quisieron perder el evento.

Foto: GENTILEZA PRODUCCIÓN

DE LA REDACCIÓN DE EL LITORAL

[email protected]

“Ramón es el objetivo y también la excusa que nos permite mostrar la textura emocional de un país. La textura del mantel de hule. La reina de la fiesta del algodón vestida de gala en el Club Social de Resistencia y los recolectores de algodón bajo el sol ardiente del Chaco boreal. La piedra y el camino, como decía Yupanqui”, define Marcos López al músico, compositor, poeta, pintor y dibujante. Se trata de Ramón Ayala quien el sábado pasado dejó inaugurada su muestra en el Museo Quinquela Martín de La Boca (Buenos Aires). En la oportunidad el otro artista -fotógrafo y santafesino-, Marcos López, filmó una escena del film que viene haciendo sobre la vida y obra del misionero, con el nombre “Entre la selva y el río”.

La pandemia, la paranoia, las medidas preventivas por el virus invisible que puede atacar en distintos rincones impidió la ceremonia inaugural, pero Ayala estuvo ahí y Marcos también y en ese contexto decidieron estar presentes algunos inmunes personajes de las fotos de López: Dalila, personaje clave del underground porteño de los ochenta, con su grupo Dalila y Los Cometas Bras, fundadora del reducto de los ochenta Medio Mundo Variete. También saludó a Ramón Angel Rico (Gardel).

A pedido del público, Ramón tocó y cantó sus temas míticos “El mensu” y “El cosechero”, de fondo una pintura de Quinquela Martín. También estuvo la camarera, Mercedes, una actriz fetiche de las fotos de Marcos López.

EN ACCIÓN

La espontánea y confusa situación de actores y público condimentó la escena como pretendía el director: “Poner en juego elementos dramáticos y escenográficos de puesta en escena donde se desdibujan los límites entre lo teatral, el documental clásico, el video art, el cine de ficción, el happening propio del pop art, y una performance de arte contemporáneo”.

Hacía tiempo que el fotógrafo tenía ganas de hacer una película, hasta que decidió llamar a Ramón, a quien le comentó la idea y sin demasiados rodeos después de ese llamado buscaron un camarógrafo y un sonidista. Otro empujón lo constituyeron un subsidio del Instituto de Cine y premios estímulo. “Ahora estamos siguiendo a Ramón por todos lados. Tiene una energía, un optimismo y un buen humor envidiable. No le gusta decir su edad. Nunca lo escuché hablar mal de nadie. Hemos compartido un cuarto de dos por tres en el medio de la selva misionera, en una casita de madera, y en mis naturales insomnios hablamos de algunos miedos en común, de algunos porqués y paraqués de la cuestión de vivir y la obsesión de tratar de dejar alguna huella en el camino. Me cuenta los mismos chistes muchas veces. Inventa sus propias escenas para esta película...”.

A Ramón lo conoció personalmente a mediados de los ‘80, en una rueda de amigos artistas en la que el misionero cantó, con su guitarra de diez cuerdas, varios de sus clásicos: “El mensu”, “Posadeña linda”, “El jangadero”, “El cosechero”, “Mi pequeño amor”...

“Algo pasó, quedé conectado. Su particular delirio, su capacidad pictórica para describir el río, la selva, los duendes, la magia, el mundo guaraní... Por las venas de Ramón corre la estirpe del gauchaje profundo más autóctono y también hay algo de Walt Whitman reencarnado en un “Dandy Fifty Pop’ tomando un Martini en la sofisticada y setentosa confitería Rond Point, la que está frente al edificio de ATC”.

/// EL DATO

PROTAGONISTA

Ramón Ayala (Ramón Gumercindo Cidade) es uno de los grandes maestros de la canción popular argentina. Nacido en Posadas, en medio de una naturaleza plena de selvas y ríos lindantes con el Paraguay y el Brasil, el “Mensú” es autor de temas clásicos como “El cosechero”, “El mensú”, “Posadeña linda”, “El jangadero”, “Pan del agua”, “Mírame otra vez”, “El gualambao”, “Alma de lapacho”, “Canto al río Uruguay”, “Mi pequeño amor”, “Los gurises”.